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Cocina y gastronomía
EL VINO
Vinos españoles: Los vinos de Galicia - 3ª parte
El Ribeiro tomó el testigo (continuación)
n la comarca
comprendieron la enorme diferencia existente entre los vinos que ya se
elaboraban con anterioridad y los nuevos. Las dificultades con que se
topaban eran muy distintas a las que tuvieron los productores de Rías Baixas, ya que en ésta el Albariño ya se trabajaba, sólo había que
mejorar el proceso. Sin embargo, en el Ribeiro, la transformación pasaba
inevitablemente por arrancar las cepas antiguas, plantar las nuevas y
esperar su crecimiento para volver a producir.
La recuperación de lo autóctono continuó con Valdeorras y Monterrey
Fueron técnicos de agricultura de la Escuela de Ingenieros Agrónomos de Madrid, los que se pusieron manos a la obra para recuperar la variedad Godello en la zona de Valdeorras. Aquí la operación fue más difícil que en el Ribeiro, ya que existían muy pocas cepas, y la labor de replantación fue larga y laboriosa. Aunque en un principio no existía un atractivo para los consumidores, finalmente una familia del lugar consiguió hacer despegar los vinos de Godello 100%, poniendo a esta variedad en una posición que le permitía codearse con otros grandes vinos, incluso de todo el mundo.
Zona
de Valdeorras
Por su parte, en la zona orensana de Monterrei, se siguió un proceso similar a Valdeorras, utilizando las variedades Godello y Doña Blanca fundamentalmente. Una bodega fue pionera, Terra do Gargalo, propiedad del afamado diseñador de moda Roberto Verino.
Ribeira Sacra: la viticultura heroica
La Ribeira Sacra merece un apartado. Los viticultores de la zona ejercen de auténticos héroes, cultivando cepas en laderas más cercanas al cielo que la tierra, que reciben el milagro de una temperatura constante, favorecidas por la presencia de ríos. Los viñedos están protegidos del viento y orientados al sur para permitir una óptima maduración de la uva.
Resulta asombrosa la forma de cultivo, toda una hazaña en forma de escalones vertiginosos, pendientes imposibles y condiciones de gran peligrosidad. Algunas labores, como la vendimia, son en determinadas zonas un constante desafío. Cables, raíles, ascensores, o simplemente cuerdas atadas al cuerpo a modo de arneses para descender a las zonas cultivadas, constituyen los métodos utilizados por los viticultores para dominar la orografía del lugar. Esta actividad es conocida en el resto de Europa como "viticultura heroica".