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Botánica
HISTORIA
El culto a las plantas - 8ª parte
Clasificación según su empleo (continuación)
Eróticas
a mitología contiene una larga serie de hierbas que tienen la virtud de inspirar el amor. Ya en los tiempos védicos se conocían las plantas que proporcionaban filtros poderosos, en el Rig-veda (X,97) y el Yagurveda negro (IV,2) se dice que el rey de las hierbas es Soma y que la mejor hierba es la que procura el amor; en otras palabras, que Soma, la hierba lunar, la ambrosía lunar (y por ende, la planta de la que se prepara el soma del sacrificio), Sarcostema acidum (asclepiadácea), es la hierba suprema. En dicho lugar, el dios del amor, Kama se personifica en el árbol kumatara; kumalata (bejuco de amor) designa la Bignonia olens; kumavati y kumini o amorosa, se aplica a una especia de cúrcuma, el kamalu o vaso del amor, se identifica con la Bauhinia variegata, variedad encarnada del Diospiros.
En el Hir y Ranjhan, leyenda de Pundjab (ïndia inglesa), se dice que la vista de las rosas produce en el corazón afligido el efecto del soplo del Mesías; y la materia médica popular conoce un sinnúmero de estas hierbas, entre las cuales la más eficaz, según el Libellus de virtutibus Herbarum, atribuido a Alberto el Magno, es la llamada provinsa, probablemente la pizzhugurdu de los sicilianos. Siguen a ésta otras como la mandrágora, la zanahoria, el cyclamen, el ombligo de Venus, la valeriana y, en general, las orquídeas, especialmente la Orchis odoratissíma y el Satyrium albidum (Herba conjugalis).
En la colección de cantos populares servios, publicada por Vick, se citan dos hierbas, samdoka y okolocev, que se administran en forman de tisana y que son filtros amorosos irresistibles, y en Polonia se da el nombre de troizicle (tres hierbas) a una planta de hojas azuladas y flores encarnadas, que tiene la virtud de engendrar amor y hacer olvidar los pasados, transportando al que la emplea adonde él quiere.
Análogas propiedades eróticas tienen ciertas hierbas de la noche de San Juan, Diabólicas. A Hécate, la diosa infernal de los griegos, que conocía todas las hierbas y enseñó las virtudes de las mismas a sus hijas Medea y Circe estaban especialmente consagradas las siguientes hierbas: Mandrágora, Belladona, Artánita, Saolanum nigrum, Azalea pontica, Cyperus officinalis, Cantueso, Mentha cervina, Teucrium polium, Piper aethiopicum, Matricaria chamomilla, Leontopodion, Adianthum, Sesamum orientale y Smilax aspera. Se trata, evidentemente, de una serie de hierbas que poseen cualidades buenas y cualidades malas y que, en manos de las brujas o hechiceras, eran consagradas preferentemente a la reina de los hechizos, la sombría Hécate. "Las hechiceras no sólo tienen el poder -dice De Gubernatis-, de discernir las virtudes de las hierbas, sino que saben convertir en malas y nocivas las plantas innocuas y aún propicias.
Algunas de las hierbas consagradas a Hécate, la diosa infernal de los griegos
Cantueso(Lavandula stoechas)
Belladona (Atropa belladona)
El diablo preside ciertos enlaces matrimoniales por medio de una hierba; la demanda de matrimonio entre los campesinos rusos del gobierno de Twer se hace de la manera siguiente: Se introduce en una botella llena de aguardiente la llamada hierba del diablo, la botella se adorna con cintas de colores, y con este presente, el padre de la novia va a casa del novio, cuyo padre ha de rescatar inmediatamente este diablo pagando cinco kopecks (20 céntimos); entonces el padre de la novia replica: "Nuestra princesa vale más que esto", y la cifra del rescate aumenta, llegando hasta la suma de 50 kopecks, equivalente a un rublo de plata".