Una misteriosa cinta en la heliosfera al borde del sistema solar

Durante años, los investigadores han sabido que el sistema solar está rodeado por una vasta burbuja magnética llamada “heliosfera”, que surge del sol y se extiende mucho más allá de la órbita de Plutón, proporcionando una primera línea de defensa contra los rayos cósmicos y las nubes interestelares que intentan entrar en nuestro espacio local. A pesar de que la heliosfera es enorme y, literalmente, llena el todo el cielo, no emite luz y nadie la ha podido “ver”.

Hasta ahora

La nave espacial de la NASA IBEX (Interstellar Boundary Explorer), ha logrado construir el primer mapa de la heliosfera y los resultados han sido tomados por sorpresa por los investigadores. Los mapas están atravesados por una brillante cinta de origen desconocido.

Color map
El mapa creado por la IBEX revela un filamento brillante de origen desconocido. Las marcas V1 y V2 indican las posiciones de la naves espaciales Voyager.

“Este es un nuevo resultado chocante”, dice el principal investigador del programa IBEX, Dave McComas, del Southwest Research Institute. “No teníamos idea de la existencia de esta cinta, ni tampoco de qué la ha creado. Nuestras anteriores ideas acerca de la heliosfera exterior va a tener que ser revisada”.

Aunque la cinta se ve brillante en el mapa del IBEX, en realidad no “brilla” en el sentido convencional. La cinta no es una fuente de luz, sino más bien una fuente de partículas, átomos neutros energéticos (ANE) que los sensores de la IBEX puede detectar, y que se producen en la heliosfera exterior donde el viento solar comienza a disminuir, y que se mezclan con la materia interestelar que procede del exterior del sistema solar.

“Esta cinta de de extraños vientos estaba presente entre las dos naves espaciales Voyager 1 y 2, pero éstas no fueron capaces de detectarla”, señala Eric Christian, científico de la misión IBEX. “Es como tener dos estaciones meteorológicas, pero no puede observar la gran tormenta que existe entre ellas”.

A diferencia de la nave espacial Voyager, que ha viajado durante décadas hasta llegar al borde del sistema solar sin parar de tomar muestras a su paso, la IBEX se quedó más cerca de nosostros. Está en la órbita de la Tierra, girando alrededor de los ANE y recogiendo información de todas las direcciones. Esto le permite al IBEX obtener la “gran imagen”, necesaria para descubrir en ella algo tan vasto como ha sido la misteriosa cinta.

La cinta tiene una estructura fina, son pequeños filamentos de las emisiones no más de unos pocos grados de ancho. Esa estructura fina resulta ser para los investigadores un misterio igual de grande que la propia existencia de la cinta.

Map of interstellar television.

Una pista importante: La cinta es perpendicular a la dirección del campo magnético galáctico justo fuera de la heliosfera, como se muestra en la ilustración de la derecha.

“Eso no puede ser una coincidencia”, dice McComas. Pero, ¿qué significa? Nadie lo sabe. “Nos falta algún aspecto fundamental de la interacción entre la heliosfera y el resto de la galaxia. Los teóricos están trabajando como locos para resolver esto”.

Entender la física de la heliosfera exterior es importante por el papel que desempeña en la protección del sistema solar contra los rayos cósmicos. El tamaño de la heliosfera y la forma son factores clave en la determinación de su poder protector y, por tanto, cómo muchos de los rayos cósmicos podrían alcanzar la Tierra. Por primera vez, el IBEX revela cómo la heliosfera podría responder cuando se tropieza con las nubes interestelares y los campos magnéticos galácticos.

“IBEX está haciendo un segundo mapa de todo el cielo, y estamos ansiosos por ver si la misteriosa cinta está cambiando”, dice McComas. “Mirando la cinta evolucionar –si es que está evolucionando– podría darnos más pistas”.

Fuente: NASA

¿Te gusta? pincha para compartir en tus redes sociales….

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *