Nos podemos encontrar ante variadas situaciones de supervivencia. Será muy diferente aquella que sucede por motivo de un aislamiento forzoso o un accidente, que la que hemos planificado previamente por razones de entrenamiento, preparación física o simplemente por el afán de enfrentarnos a la Naturaleza, intentando sobrevivir con lo que nos ofrece la tierra y el mar, descubriendo nuestras propias limitaciones y capacidad de adaptación a un entorno, y disponiendo de lo mínimo imprescindible para conservar la vida en un estado aceptable.
En este artículo no abordaremos las técnicas de supervivencia, de las cuales existen excelentes manuales y guías, sino que nos centraremos en el conocimiento y uso de los cuchillos, imprescindibles para afrontar situaciones extremas en el entorno natural, y que no deberían faltar nunca en la mochila del montañero o el explorador, pero sobretodo del aventurero que pretenda adentrarse y sobrevivir en la naturaleza salvaje. En una situación límite, el cuchillo es tan valioso como lo sería para un cocinero profesional, sin él no podría ejercer su profesión.
Si podemos elegir los utensilios que llevaremos con nosotros en una aventura organizada o programada, los cuchillos de supervivencia (aparte del hacha y el machete) serán lo primero a incluir en nuestra lista. Si no podemos elegir y nos viéramos inmersos en un estado de aislamiento involuntario, todo objeto que hallemos (metal, madera, tejido…) o que sea susceptible de construir por nuestros propios medios, puede significar la diferencia entre vivir o correr el riesgo de perder la vida. Los objetos metálicos son, con diferencia, los materiales más preciados, pues nos pueden permitir construir armas y herramientas, para cazar, cocinar o trabajar la madera.
El cuchillo es la herramienta más importante en una situación de supervivencia
Algo que se observa habitualmente cuando leemos tratados o guías de supervivencia, son las escasas referencias a las herramientas de corte y su importancia fundamental como elemento que puede ayudarnos a salvar la vida. El cuchillo, y especialmente el cuchillo de monte, es una herramienta multifuncional, su utilidad es indiscutible en situaciones de supervivencia, pero es igualmente útil en cualquier ocasión en que decidamos adentrarnos en la Naturaleza, sea para explorar, acampar, hacer montañismo o realizar una simple excursión por el bosque. Un dicho esquimal dice que con cuchillo se sobrevive, pero sin él necesitas un milagro.
Con un cuchillo no sólo nos podemos defender de animales ofensivos, sino que es también una poderosa arma de caza; se puede utilizar mango en puño, en cuerpo a cuerpo con la presa si ésta es accesible, o como punta de lanza si la atamos en el extremo de un palo largo, a modo de bayoneta. Además, con el cuchillo podemos fabricar otras armas, como lanzas y flechas de madera, arcos, o nasas y trampas para pescar o cazar pequeñas piezas como aves o conejos. Si nuestro cuchillo es consistente, podemos incluso utilizarlo como pequeño machete, para cortar ramas o troncos de poco porte, con los que construir una cabaña. Con el cuchillo podemos modelar los travesaños de una balsa improvisada, y enlazarlos sin necesidad de usar clavos ni cuerdas. También podemos cortar y picar hielo, para obtener agua potable o construir un igloo. Si somos habilidosos, podemos usar el borde más recio del cuchillo para golpear piedras de pedernal y formar chispas con las que hacer fuego.
Cómo debe ser un cuchillo de monte o supervivencia…
Este tipo de cuchillos tienen que ser especialmente fuertes, manejables y seguros (deben proteger la mano de posibles deslizamientos, por eso suelen contar con un tope o retén para que los dedos no puedan deslizarse accidentalmente hacia la hoja). La empuñadura debe tener forma cómoda; el tipo de material también influye en ello, la madera y el hueso son dos de los más recomendables. La hoja debe tener filo sólo por una de sus caras y terminar en punta; un espesor típico es 3 o 4 mm. La longitud ideal para este tipo de cuchillos no es superior a 15 cm, aunque existen modelos que pueden superar los 17 cm y hasta 5 mm de espesor que, aún siendo más pesados, son mucho más robustos y pueden ser empleados en operaciones que requieren materiales muy resistentes. La calidad del acero también es importante, por eso es conveniente adquirirlo en una tienda de confianza. La mayoría de cuchillos de monte disponen de un ojal en el extremo de la empuñadura, para pasar un cordón con objeto de asegurar el cuchillo al puño; es útil cuando necesitamos usarlo en condiciones de riesgo de caer, por ejemplo durante una escalada, cuando se trabaje en las proximidades del agua y otras situaciones que requiera sujeción al puño.
El cuchillo debe contar con una funda adecuada, que proteja la hoja, pero de un material que también evite lesiones durante su manipulación o transporte. Si no se desea usar funda, se puede sustituir un cuchillo de monte por una buena navaja, pero en ese caso debe ser de hoja fuerte y que permanezca muy firme cuando está abierta, de manera que no se produzca un cierre accidental.
Cómo se utiliza el cuchillo…
Al tomar el cuchillo debemos hacerlo siempre por su empuñadura, nunca por fuera de ella o asiéndola por el lomo de la hoja. El dedo índice debe tocar directamente con el retén inferior de la empuñadura, para evitar que la mano se deslice si clavamos la hoja con fuerza. Si usamos una navaja en vez de cuchillo, debemos prestar atención al tipo de golpe que vayamos a dar; si la hoja de la navaja recibe inesperadamente una fuerza de empuje hacia arriba, podría cerrarse sobre nuestros dedos causándonos graves lesiones; muchas navajas de monte poseen un sistema de bloqueo que evita este tipo de accidentes.
Hay que recordar, que el uso del cuchillo puede aflojar la empuñadura. El tipo de golpe dado, así como el material sobre el que se aplica, puede mellar e incluso quebrar la hoja. Cuando se corte madera, hay que hacerlo siempre deslizando la hoja de dentro hacia afuera, es decir, alejándola de nuestro cuerpo.
En cualquier caso, la hoja del cuchillo o navaja no debe introducirse nunca en aceites calientes, ni en las llamas o ascuas ardientes (el metal puede destemplarse o perder resistencia), tampoco se debe introducir en la tierra (dañaría el filo).
Qué cuidados requiere un cuchillo de monte o supervivencia…
Debemos proteger la hoja de nuestro cuchillo o navaja del óxido, así como usar una piedra de afiliar adecuada para repasar o asentar el filo. Las piedras de grano fino y medio sirven para desbastar, usualmente utilizando agua como elemento para eliminar los resíduos. Por su parte la piedra de asentar es de un grano extrafino, para terminar de alinear el filo y corregir las microscópicas irregularidades que hayan quedado en él; en este caso se suele utilizar aceite en vez de agua. El cuero y la madera también sirven como materiales para asentar el filo. Cuando se utilizan piedras de afilar movidas por motor, hay que mantener siempre la hoja mojada para evitar que se recaliente y pierda su temple.
Es importante saber, que un cuchillo sin filo es más peligroso que uno bien afilado, al contrario de lo que pueda parecer. Cuando un cuchillo pierde su filo es necesario aplicar más fuerza y, en consecuencia, es más fácil perder el control y que la hoja termine dañando nuestro cuerpo.