La moto, es ese medio de transporte que desde hace muchas décadas, en el ánimo de buena parte de sus usuarios ha pasado de ser tal para convertirse en un objeto de culto, en un modo de vida, e incluso en una religión en casos extremos de amor incondicional por las dos ruedas. Algunas marcas revolucionaron ese concepto, como Harley-Davidson, Indian Motorcycle, etc.
Pero la realidad, es que actualmente la moto ya no es solo un medio para apasionados y amantes de la libertad. Cada vez más el ciudadano de a pie recurre a ella como medio alternativo, y en algunos casos como único medio; sólo en España ya representa el 15% del parque de vehículos, y evoluciona al alza. Los fabricantes tienen que atenerse a una normativa específica para este sector, aunque cada vez más uniforme con respecto al de los vehículos de cuatro ruedas. Por su parte, para los conductores supone atenerse, con algunas excepciones, casi a las mismas normas que rigen para los coches, entre ellas los seguros para motos, la ITV, y por supuesto el control sobre contaminantes, que en el caso de las motos no pueden superar determinados parámetros propios, pero cuya tendencia es que a partir de la segunda década de este nuevo siglo, queden homologados los índices de emisiones entre motos y coches, lo que obligará a los fabricantes a esmerarse en mejorar las tecnologías que permitan reducir los contaminantes y mantenerlos dentro de los márgenes legislados.
Las motos son menos sostenibles que los coches, pero eso va a cambiar. Los modelos EURO.
Aunque pueda parecer que una moto es más sostenible que un coche, la verdad es que haciendo una valoración global no supera esa prueba, aunque la superará muy pronto y lo explicaremos más abajo. Esta diferencia resulta de valorar en conjunto la capacidad de transporte (una moto transporta menos pasajeros que un coche), la seguridad (la tasa de accidentalidad es alta y el índice de mortalidad es mayor que en coches), la contaminación acustica y los daños para la salud (en aceleración una moto puede superar los 90 decibelios, y con más de 65 ya se pueden presentar problemas de salud) y, sobretodo, la contaminación ambiental, que en motos aún es superior al de coches a día de hoy.
El motivo de que una moto contamine más que un coche, no es debido en principio a un problema tecnológico insalvable, sino a una legislación permisiva que se ha mantenido en el tiempo desde que se establecieron los modelos europeos de regulación sobre emisiones contaminantes, en 1993 sólo para coches con el modelo EURO1, y en 2003 también para motos con el modelo EURO2.
En estos modelos se establecieron límites para las emisiones de monóxido de carbono (CO), hidrocarburos sin consumir (THC) y óxidos de nitrógeno (NOx), y aunque el dióxido de carbono (CO2) no se considera contaminante, ahora también se registran esos valores.
El modelo EURO evolucionó hasta el EURO6 que comenzó su andadura en 2014. Estos modelos se han aplicado por separado en coches y motos. Así, mientras que en 2005 los coches particulares nuevos ya tenían que cumplir la norma EURO4, en 2015, diez años después, las motos sólo estaban obligadas a cumplir la EURO3, cuyas emisiones de NOx se fijaron en 0,15 gramos/Km, en tanto que la última normativa EURO6 la fijó casi en la mitad (0,08 gramos/Km). En 2016 entró en vigor la EURO4 para motocicletas con cilindradas superiores 125cc, donde también se estableció obligatoriamente para ellos el sistema de frenado ABS; y en 2018 será de aplicación esta norma también para los nuevos ciclomotores de cilindradas inferiores a 125.
Esto demuestra una evolución desigual en el tiempo en la aplicación de las normas EURO en coches y motos, a pesar de que hace más de una década que los fabricantes de motocicletas han abandonado mayoritariamente los diseños de motores de dos tiempos y las carburaciones clásicas, pasando a diseños de cuatro tiempos, inyecciones electrónicas y otras notables mejoras tecnológicas, que podrían permitir la equiparación de la norma en ambos tipos de vehículos en la actualidad. Esto no es así hoy, pero se estima que para el año 2021 a las motos les será de aplicación la norma EURO5, con lo cual se estrechará el margen entre motos y coches de estos protocolos obligatorios.
En consecuencia, con los avances tecnológicos aplicados a las motocicletas, aquellos valores de menor sostenibilidad de estos vehículos han ido dando un giro, que podrían permitir en un futuro más o menos cercano una sostenibilidad equiparable a los coches, siempre que las normativas mantengan su evolución tendentes a una homologación total para todos los vehículos a motor.