© Detlef Reinhard Un sector de la zona núcleo de la reserva de biosfera de Bliesgau (Alemania). |
La noción de ecología urbana es fundamental en Bliesgau, una zona protegida de Alemania que se ha sumado el 26 de mayo a la Red Mundial de Reservas de Biosfera de la UNESCO. Bliesgau no es el primer sitio de la Red que comprende áreas urbanas, pero sí es el único con una densidad de población de 310 habitantes por kilómetro cuadrado.
Pequeño, pero impresionante. Este podría ser el lema del Land del Sarre, el más pequeño en superficie de los Estados federados de Alemania, si se exceptúan las tres Ciudades-Estados de Hamburgo, Berlín y Bremen. Un tanto aislado al sudoeste del país, el Sarre da la impresión de ser un pequeño apéndice de Alemania. Rodeado en gran parte por el vasto Land de Renania-Palatinado, su territorio confina con Francia hacia el sur y al oeste con Luxemburgo.
El Sarre es también uno de los sitios de Alemania donde el clima es más cálido. Por eso, no es sorprendente que el hombre se estableciera en sus tierras desde miles de años atrás, como lo atestiguan las huellas dejadas por sus primeros pobladores. El menhir de Gollenstein, con sus 4.000 años de antigüedad, es el mudo testimonio de la presencia de seres humanos en la región desde la Edad de Piedra.
Luego fueron los celtas los que poblaron el Sarre, conquistado más tarde por Julio César. Con la llegada de los romanos se introdujo la viña en la región, iniciándose así un cultivo de larga tradición que perduraría hasta la primera mitad del siglo XX en el valle del río Blies.
Bliesgau es el nombre de un territorio de 370 km2 situada al sur del Sarre, que acaba de sumarse a la Red Mundial de Reservas de Biosfera. En los prospectos turísticos se exaltan en términos entusiásticos su “clima mediterráneo”, “sus colinas ondulantes” y sus “huertos de árboles frutales que se extienden hasta perderse de vista en el horizonte”. Su suelo calcáreo, formado por restos de conchas de moluscos, permite que crezcan numerosas variedades de orquídeas.
A pesar de su aspecto idílico, Bliesgau no es en absoluto un sitio natural intacto. La mano del hombre ha modelado en gran medida su paisaje. En efecto, Bliesgau cuenta con una población de 111.000 habitantes, repartida en dos ciudades Sankt Ingbert y Blieskastel. Con 310 habitantes por km2, su densidad demográfica no sólo es superior a la media registrada en Alemania, sino también a la de todas las reservas de biosfera existentes en el mundo.
Desde el punto de vista de la protección de la naturaleza, Bliesgau tampoco tiene nada de particular con respecto a las demás reservas de biosfera. Los dispositivos para proteger su fauna y su flora existían ya desde mucho tiempo atrás. La región cuenta con varias reservas naturales y, antes de sumarse a la Red Mundial de Reservas de Biosfera de la UNESCO, el 43% de su territorio estaba ya constituido por zonas protegidas.
“Hoy en día, estamos preparando un proyecto de preservación de la naturaleza urbana”, dicen Detlef Reinhard y Holger Zeck del Ministerio de Medio Ambiente. En efecto, muchas de las especies animales censadas en Bliesgau viven en las ciudades, por ejemplo el murciélago ratonero grande, la lechuza de los campanarios y la golondrina común. Estos animales forman parte de la reserva de biosfera. “Queremos efectuar un estudio sistemático de la evolución de la naturaleza en los sitios urbanos”, añaden ambos. “Lo que interesa observar es cómo las especies que emigran a las ciudades modifican sus costumbres y se vuelven dependientes de la infraestructura urbana, sobre todo en lo referente a la alimentación”.
¿Por qué Bliesgau es una reserva singular?
La noción de ecología urbana es fundamental en esta reserva de biosfera. Detlef Reinhard y Holger Zeck estiman que la singularidad de Bliesgau estriba en su excepcional biodiversidad y la importante presencia del hombre. “Los prados, valles y bosques conforman el paisaje, pero lo más importante es la cohabitación del ser humano con la naturaleza, así como la fuerte integración de las zonas rurales en las urbanas.
Son estas dos últimas características las que hacen que esta tierra sea tan singular”.
“No se puede comparar la situación de Bliesgau con la que se da en las demás reservas de biosfera”, dice Pia Schramm, miembro de la Asociación Pro Biosfera de Blieskastel. “Muchas reservas de biosfera adoptan esencialmente enfoques clásicos de salvaguarda de la naturaleza y de desarrollo regional, centrándose principalmente en actividades vinculadas a la comercialización de los productos regionales. Nosotros, además de esto, queremos demostrar cómo un sistema urbano de envergadura considerable puede integrarse en una reserva de biosfera y contribuir a la protección del medio ambiente”.
Ecología urbana
Situada en la parte septentrional de Bliesgau y poblada por 40.000 personas, la ciudad de Sankt Ingbert es un modelo de la interacción de las zonas urbanas con las rurales. “En Sankt Ingbert, la noción de biosfera no es cosa nueva”, dice Monika Conrad, responsable de la unidad del departamento municipal de desarrollo que trata las cuestiones del medio ambiente y de la reserva de biosfera. “Los vecinos militan activamente por la protección del medio ambiente. Ahora, se acaba de poner en marcha un proyecto para fomentar el uso de la energía solar y les estamos ayudando a equipar los tejados de sus casas con instalaciones adecuadas”, agrega Monika. Los que no viven en casas individuales pueden comprar acciones de la cooperativa que instala tejados solares en los edificios públicos. Así, obtienen un dividendo anual y esto les estimula aún más a coadyuvar a la realización de este proyecto.
Otro ejemplo de desarrollo urbano sostenible: una central de cogeneración, alimentada por la fábrica de abonos orgánicos del municipio y los desechos de madera del bosque de Bliesgau, suministra calefacción a las empresas instaladas en la zona industrial de Sankt Ingbert, así como al edificio del ayuntamiento y la sala polivalente situada en sus proximidades.
Por otra parte, en Bliesgau se han desarrollado considerablemente los transportes colectivos para que los niños de la comarca puedan acudir a la escuela de Sankt Ingbert, y también para facilitar los desplazamientos de los agricultores que venden los productos de la región en las ciudades.
Todo esto muestra que, para los responsables del proyecto de preservación de la naturaleza urbana en Bliesgau, el componente socioeconómico del desarrollo sostenible es tan importante como el ecológico.
Jens Lubbadeh, periodista de Der Spiegel (Alemania)
Foto 2 : © Detlef Reinhard
La ciudad de Blieskastel forma parte de la reserva de biosfera de Bliesgau.Foto 3 : © Biosphärenzweckverband Bliesgau
En Bliesgau, la labor en pro del desarrollo sostenible comprende iniciativas pedagógicas y actividades de sensibilización a la preservación del medio ambiente.
Información procedente de la UNESCO Más información en la web de la Institución –>Aquí |