Siguiendo la línea de distribución geográfica de sur a norte, la siguiente isla del grupo de Las Lealtad que nos aparece en el horizonte es la minúscula Tiga que nosotros consideraríamos la indicada para aquellos que intentan una desconexión total de este mundo alocado que nos ha tocado vivir y donde cuatro cantamañanas [educados, eso sí en las más prestigiosas Escuelas de Negocios] no paran de vaciarnos los bolsillos y dejando en la cuneta a miles de familias que ya prácticamente no volverán al surco de la vida ante el batacazo al que han sido sometidos.
A pesar de su liliputiense tamaño y su escasa población, es posible llegar vía aérea, algo bastante común en todas las tierras francesas de ultramar a donde a veces sólo vuelan científicos o las rotaciones de los escasos militares que realizan tareas de vigilancia, sobre todo, pesquera y de protección a las áreas naturales declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Desde el aire se asemeja, el perímetro de la islita, a una gigantesca tortuga. En el Pacífico es habitual tropezarse con estos gigantescos quelonios. Tiga está formada por un arrecife coralino y apenas unas decenas de metros de altura de especies en muchos casos únicas en la región. Fue en el 2008 cuando la pista de aterrizaje fue asfaltada y se introducía en la industria del mundo del turismo aunque este todavía no haya acabado con el paraíso tropical que aún vive al ritmo de la vida de sus pobladores [apenas 150], sus clanes, la tierra y el mar. El ñame es el alimento omnipresente y el que rige las tareas de sus habitantes que tienen a la tortuga como su tótem sagrado.
Si uno pretende llegar a Tiga es lógico advertir que debe hacerlo con tiempo y con las autorizaciones de los jefes de las tribus para evitarnos problemas en una zona donde prácticamente no hay conexión con el mundo exterior. Tener claro qué hacer y qué no podemos hacer, el exhibicionismo corporal prácticamente prohibido en toda Nueva Caledonia, salvo la zonas turísticas por excelencia [biquinis y monoquinis no están aceptados en ninguna de las islas Lealtad, sus pobladores son sumamente amables y tranquilos y así quieren continuar]. El Jefe de Tiga también puede ser contactado en Nouméa, para ello basta preguntar por Louis Kouriane [Teléfono 451 783] que les preparará una estancia con alguna de las familias que los acogerá al modo tradicional y hará [con toda seguridad] que ello sea simplemente una experiencia inolvidable a pesar de su simplicidad.
Recuerde que apenas viven 150 personas cuya característica es la sonrisa y la amigable charla en francés [el nengone y el drehu son las dos lenguas kanakas autóctonas, tienen también su propia academia de la lengua] y el vuelo desde Magenta apenas dura 45 minutos.
Dependiendo el tiempo de estancia, ese será el problema principal para el visitante: cuánto tiempo invertir en una preciosa isla que prácticamente se puede visitar caminando con la tranquilidad que el tiempo estipulado por el viajero estime conveniente; este año han inaugurado varios senderos de gran interés para los amantes de la naturaleza y, por supuesto, hay que respetar las señalizaciones de conservación [especialmente en épocas de nidificación o de la puesta de las tortugas] que se advierte con gran profusión por toda la región.. Su vegetación no es extremadamente variada, pero tiene varias grutas que harán las delicias de los aficionados a la espeleología que también podrán practicar submarinismo en unas aguas genuinamente cristalinas. No olvidemos que LE LAGOON es una zona Patrimonio de la Humanidad y ellos están celosos de ser los guardianes de una tierra verdaderamente tranquila y hermosa.
Recordemos también que Tiga, hasta hace cuatro días no estaba en los circuitos y la información turística escasa, así que los que no tengan espíritu de robinsones y buscan otras realidades pueden verse sorprendidos o decepcionados. Pero ¿nos vamos al fin del mundo a descansar o a continuar con nuestras estresantes rutinas? Una buena distracción es la radio cuando cae la noche, para ello le recomendamos llevar pilas y alguna linterna calculando el tiempo de estancia. La onda media nocturna nos sorprenderá con las emisoras australianas, también llega la de Nouméa y Port Vila. Según la propagación nocturna, a veces entran otras voces que nos deleitarán con música totalmente diferente a la que nos tienen acostumbrados por Europa. Las bandas tropicales ofrecen un comportamiento anómalo y no siempre localicé estaciones activas.
El sobre dedicado a la liliputiense Tiga sólo nos muestra la pista o camino de tierra junto a una cabaña tradicional en medio de los altivos cocoteros. Lamentablemente el sello no nos ofrece un motivo de la isla, sino el de la de Lifou con su cartografía y la división administrativa lo que nos hace pensar que cuando se pensó en esa emisión no disponían de la cartografía correspondiente a ella y optaron por una de las tres estampillas plasmadas en las nueve piezas precedentes. Si le interesan los sellos de esta región entonces basta con buscarlos en cualquiera de los múltiples enlaces de Internet dedicados a la filatelia.
http://www.iles-loyaute.com
http://www.air-caledonie.nc
http://www.airalize.com
http://www.betico.nc
JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@yahoo.es