En esta ocasión regresamos una vez más al Mar Adriático donde están enclavadas estas tres preciosas islas y a las que le han dedicado otros tres sellos centrados en el mundo de los faros (2,80 y 2×5,80 Kunas), tres sellos que comenzaron a circular el pasado 30 de mayo de 2014.
PALAGRUZA
Este faro se halla a unos 70 kilómetros de Split, es el archipiélago croata más alejado del continente y conforma una referencia de vital importancia para la navegación marítima en la ruta con destino a Otranto y el resto de los puertos del Adriático. Importancia de este pasillo de navegación es el testimonio de los numerosos naufragios que albergan las azuladas aguas de este grupo insular que está conformado por dos islas mayor (La Grande y Pequeña Palagruza), otras tres más pequeñitas las denominadas Kamila del este y del oeste, a la que acompaña la de Galijul. Finalmente encontramos una quincena de peñascos que complementan el idílico panorama de esta zona isleña prácticamente deshabitada: Baba, Cuvi, Gace, Pupar, Volici, etc.
La isla grande, sobre la que está edificado el faro, tiene 87 metros de altura máxima y 29 hectáreas que son rocas sedimentarias emergidas tras 135 millones de años del lecho marino y conectaban con tierra firme engarzando con las zonas de Gargan, Tremiti, Susac, Lastovo y Mljet.
Aparecieron por primera vez recogidas en la cartografía del siglo XIV y a la Gran Palagruza apenas le separan una cincuentena de kilómetros de la península Adenina y una decena de la isla croata más próxima que es la de Susac, isla y faro que también se han filatelizado hoy.
La zona es rica en pesca y atrae a numerosas compañías pequeñas de las vecinas Vis, Lastovo y Hvar. Es recordada, asimismo, por el célebre viaje papal de Alejandro III que desembarcó aquí en 1177 cuando realizaba un viaje a Venecia y en la zona en la que acabó comiendo aquella comitiva se le denomina Campo del Papa (Pope’s Field).
El faro que es el motivo de la serie del correo croata fue levantado en 1875, aunque los vestigios humanos que se han hallado llevaron a los arqueólogos a afirmar que estuvieron habitadas desde el neolítico. La construcción del faro se prolongó durante dos largos años y en esa empresa participaron casi doscientos obreros. Su haz luminoso comenzó a ser una referencia para la navegación a partir de 1876 y alcanza las 25 millas náuticas.
Sus aguas fueron testimonio de numerosas batallas, una de ellas ya durante la I Guerra Mundial de la que en estos momentos estamos celebrando el I Centenario, fue un episodio en que la Armada Austriaca destruía el faro y ello aconteció en 1915. Pero sería reconstruido en 1923 por parte de Italia. Hoy es el edificio más grande en el este del Adriático. Cada planta tiene más de 200 metros; en el primer piso es donde están ubicados los dos apartamentos que suelen acomodar a los turistas que buscan soledad y un entorno de inigualable belleza paisajística y pesquera. La luz de sus instalaciones brilla a una altura de 110 metros, pero debemos recordar que aquí todos los productos necesarios para la estancia deben traerse desde tierra firme, incluso el agua para el consumo básico.
STRUGA
Esta instalación farera se localiza a unos 80 kilómetros de Split en la isla de Lastovo y se levantó en 1839, es uno de esos destinos preferidos por los amantes de la pesca. El faro fue erigido por los arquitectos del Imperio Austro-Húngaro en la parte central de la zona sur de la isla en donde está el promontorio más alto.
La edificación es reconocida por su característica torre cilíndrica de veinte metros de altura que acaba convirtiéndose en 104 si añadimos la natural del lugar en que se erigió. Su haz luminoso es uno de los más importantes de la región. La planta tiene 22 metros cuadrados y se acabó de automatizar en las primeras décadas del siglo XX, en el 2002 fue totalmente restaurado y se levantaron los cuatro apartamentos turísticos que están actualmente en explotación y conectado también a la red eléctrica insular. El agua de lluvia es recogida en una cisterna y asegura lo básico para los visitantes que disfrutan del espectáculo de su acantilado de 89 metros a los que hay que añadir casi una decena más debajo del agua. La peculiaridad de este faro es su gente: siempre fueron de la misma familia sus fareros: los Kvinata, por allí han pasado ya tres generaciones y llegamos al actual Jusica Kvinta.
En sus oscuras y profundas aguas hay una abundante riqueza, langostas y cangrejos tienen un hábitat poco frecuente y sus cuevas marinas también ofrecen una rica y variada fauna marina. Los mejores colares rojos de todo el Adriático se localizan aquí, justo en el acantilado que hemos citado se llegó a recoger un coral que pesó 45 kilos y una langosta de nada menos que 18. ¡Vaya, que los amantes del submarinismo no quedan indiferentes cuando se desplazan a la zona!
SUSAC
El faro se levantó en 1878 en la isla homónima situada a unos 40 kilómetros de Hvar y a 20 de Lastovo, está totalmente automatizado y un par de personas lo revisan a final de cada mes. Su torre se yergue sobre un centenar de metros sobre el nivel del mar y nos ofrece una impresionante panorámica sobre el mar abierto. Esta islita es famosa por su atípica geología: una capa de diez metros de arenas que recubre la plataforma caliza y en donde los viñedos son omnipresentes, la riqueza de sus escasos pobladores está en consonancia con la cantidad de cepas que poseen y que suelen cultivar, primorosamente, en forma de bancales protegidos por muros de caña o de piedra algo prácticamente consustancial a todas las islas del Adriático que tienen un uso agrícola.
La emigración causó estragos en la minúscula isla [apenas 6 km²], su único núcleo habitado se divide en dos partes (superior, sería la vieja) e inferior que se fue construyendo junto a la abadía de San Miguel a partir del siglo XI. El traje popular de sus escasas féminas es sumamente atractivo y en la actualidad los lugareños tratan de incentivar el mosto de sus cepas que antaño gozó de un gran prestigio en las mejores mesas de la región.
Lo más atractivo son sus cristalinas aguas que ene. Sur permiten disfrutar de algunas calas de arena aunque, lo más sorprendente es descubrir su lago marino en la zona del nordeste, justo tras unos impresionantes acantilados y para los que se atreven a pasarlo, sólo tienen un pasaje submarino de algo más de diez metros. En la actualidad apenas encontramos 200 personas residiendo en la liliputiense Susac, restos de su pasado humano son las dos pequeñas iglesias del siglo IV.
En la zona norte encontramos la altura máxima de la isla que es de 239 metros. El farero vive su tranquila existencia instalado en la planta baja y dos apartamentos turísticos son explotados en la segunda planta. Anualmente suelen recogerse unos 20 litros por metro cuadrado y se recogen en una cisterna que permite, con cierta administración de los recursos hídricos, cubrir las necesidades básicas.
Los tres sellos fueron preparados por Orsat Frankovic y las fotografías las realizó Andrija Carli. Se emiten en minipliegos de diez ejemplares en offset multicolor y 100.000 series completas de tirada. Comenzaron a circular el 30 de mayo de 2014 y los faciales fueron 2,80-5,80-5,80 Kunas. Digamos de paso que los faros en Croacia tienen en la mayoría de los casos un uso turístico a precios relativamente económicos y, en algunos casos, no están exentos de comodidades, cualquier interesado puede realizar su instancia, basta darse una vuelta por www.adriatica.net y, sobre todo, que le guste la soledad.
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JUAN FRANCO CRESPO
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