Islas del mundo: Pabay

Esta isla forma parte del archipiélago de las Hébridas (Noroeste de Escocia) y está localizada en los 57º 16.7’ N 05º 51.5 W a poco más de cuatro kilómetros de la población de Broadford (situada al sur de la isla de Skye) población por donde recibe el correo que llega a este minúsculo territorio habitado por apenas veinte personas en sus 360 acres de superficie. Su altura máxima es de 28 metros sobre el nivel del mar y se da en los «acantilados» del Norte y del Este.

 

La isla fue descrita por Hugh Miller, misionero y geólogo, como una especie de llano en el horizonte, viajó con su amigo el Reverendo Swanson (pastor de las islas pequeñas), recorrió la región con el pequeño yate «Betsey» en 1844 y realizó unas fabulosas descripciones de aquellas latitudes que destacan, sobre todo, en el terreno poético de la era victoriana. Su nombre deriva de una serie de rocas sedimentarias del período Jurásico que se extienden por la zona interior de las Hébridas [Pabba Shales] o esquistos. Para otros investigadores su nombre deriva del viejo idioma nórdico [recordemos que los vikingos visitaron prácticamente todas las tierras del Atlántico Norte, incluso llegaron a Vinlandia –actual América- 500 años antes de que lo hiciera Cristóbal Colón] y significa «priests isle» [isla de los sacerdotes] y se basan en los vestigios de su pasado religioso, es posible localizar los restos de una vieja capilla que data del siglo XIII.

Aunque no se disponen de datos exactos, los primeros pobladores de Pabay, al parecer, llegaron entre el 9500-5000 a.C., cuando la región fue ocupada por cazadores y recolectores que vivían de manera nómada. Se han descubierto y estudiado una serie de túmulos rocosos en zonas próximas a cavidades naturales y, al parecer, la isla tuvo dos poblados en aquella lejana época, de acuerdo a los últimos estudios realizados acerca del origen de los primeros escoceses.

En el pasado estuvo totalmente cubierta de bosques, pero corrió la misma suerte que otras tierras del Viejo Mundo: su riqueza forestal sucumbió ante las necesidades de combustible de la sociedad de la época: la madera era empleada para usos domésticos, calefacción, construcción de viviendas, navíos, etc., de ahí que sea tan difícil encontrar restos de las poblaciones vikingas en las tierras en donde anduvo este pueblo rudo, guerrero, comerciante y conquistador.

En la actualidad, los propietarios de la isla, tratan de devolver a Pabay su estado original y están empeñados en un ambicioso plan de reforestación con especies autóctonas adaptadas a su peculiar suelo. En 1989 se inició un proyecto de reforestación y se plantaron más de 40.000 ejemplares en las praderas de la isla con especies de la región para evitar la desertización y el paulatino empobrecimiento de su suelo. Las especies más numerosas fueron Alnus glutinosa, Betula pendula, Betula pubescens, Corylus avellana, Crataegus monogyna, Fraxinus excelsior, Ilex aquifolium, Prunus avium, Prunus padus, Pinus sylvestris, Populus remula, Quercus petrea, Salís aurita, Salís caprea, Sorbus aucuparia, etc. O lo que en lenguaje popular conocemos como álamos, avellanos, acebos, brezos, fresnos, pinos, etc. Están catalogadas 32 especies de flora silvestre, 49 hierbas y 40 de pastos, musgos, juncos, helechos, etc.

En cuanto a su fauna, hay que destacar la presencia de nutrias, focas, caracoles, 32 especies de pájaros tienen aquí su particular santuario y anidan de manera regular en sus árboles y praderas; otras 72 especies emplean la isla como zona de paso en sus largos viajes migratorios. Hay también una abundante y expansiva cabaña de conejos y multitud de musarañas completan su particular y peculiar fauna salvaje. Finalmente, sus ricos pastos son consumidos, de manera estacional, por una abundante manada de ovejas de las Shetland. Aunque, sin duda, Pabay resulta más conocida en la región por su riqueza geológica, en su suelo se hallan infinidad de fósiles y muchos científicos la visitan cada año buscando respuestas a sus interrogantes en estas tierras emergidas del lecho marino hace casi 200 millones de años. Hace 60 millones estuvieron asociadas a una intensa actividad volcánica que abrió el Océano Atlántico a las fricciones de la corteza terrestre entre las fallas americana y euroasiática.

Pabay escapó a los modernos métodos de explotación agrícola gracias precisamente a la dificultad de su acceso y su rigurosa climatología, aunque no significa que no interviniera el hombre: en la zona sur se localizan los edificios de algunas de las granjas que disponen ahora de sus propios generadores de electricidad y, hacen, dentro de las dificultades, más placentera la vida. Sólo podemos llegar a ella por medio de un bote o el helicóptero, medios que también emplea el correo para entrar y salir de este perdido punto en el mapa de las islas británicas.

En 1950 la isla fue adquirida por la familia Whatley y ellos permanecieron aquí hasta 1969. Inicialmente la administración de correos británica [Royal Mail] llevaba el correo una vez por semana desde la población de Broadford (Isla de Skye). El Sr. Whatley consideraba que el servicio no era adecuado y perjudicaba sus intereses comerciales (básicamente artesanías y tallas en madera), por lo que exigió al todopoderoso servicio postal británico que hubiera dos enlaces semanales como ya ocurría con otras islas de la región, pero sus razonamientos no doblegaron a los del Royal Mail y él mismo se vería forzado a recoger y transportar la correspondencia al tiempo que exportaba sus productos que eran los que de una u otra forma le permitían sobrevivir en estas solitarias latitudes [normalmente hay doce personas en invierno y en verano raramente pasan de veinte].

LOS SELLOS DE PABAY

En 1962 Whatley emitía su primer sello de 2d impreso de una manera artesanal en bloques de cuatro, fue en color azul sobre papel blanco. Aquel primer sello local representaba un barco y llevaba la inscripción ISLE OF PABAY SKYE MAIL SERVICE POSTCARD 2 (Servicio Postal de la isla de Pabay a Skye, Tarjeta Postal 2). En la actualidad se ha convertido en uno de los sellos más raros y difíciles de obtener de todos los que lanzaron los propietarios de la isla a lo largo de cuarenta años de emisiones, aunque hubo largos períodos de inactividad filatélica. A ese valor le siguieron otros en 1962 y 1963 con sellos de flores. En 1964 el tema serían los pájaros que se localizan en sus tierras y en 1965 aparecerían crustáceos. En esa época también hubo una serie de sobrecargas: Europa, Churchill, Kennedy, Olimpiadas, etc. Todo ello motivó un inusitado interés por los sellos privados entre los coleccionistas temáticos, sobre todo entre los especialistas en sellos locales, una rama prácticamente desconocida en la filatelia española [sobre todo si exceptuamos a los estudiosos de nuestra Guerra Civil que también profundizó en esa peculiar parcela: ahora estaría jubilado si hubiera guardado «aquellos cromitos» que un día jugando descubrí en el archivo municipal y que me habían dicho eran sellos de los «rojos», por lo tanto, ni hablar de ellos… Apenas contaba yo ocho años]. Lógico advirtamos que los sellos locales no están permitidos ¿por cuánto tiempo ahora que llegó la privatización de los correos de medio mundo? en las exposiciones patrocinadas por la FIP (todo se andará). En estos momentos la isla ha superado los 300 sellos, muchos de ellos aparecieron en un período que sólo perseguía un objetivo: aprovecharse del interés demostrado por filatelistas de todo el mundo para sacarle los cuartos fácilmente. Actualmente suelen emitir unos 10 ejemplares al año, aunque el 2004 fue pródigo en nuevos efectos [o sobrecargas en viejas emisiones invendidas, algunas realizadas sobre sellos precancelados, o sea, que hay «mucho» que cortar].

En 1971 pasó a otros propietarios: Anne y Edward Gerrard, al año siguiente aparecerían los nuevos valores con un mapa de la isla y pájaros de la zona, fueron tres valores de 3-10-25 peniques y un diseño similar seguirían las algas que aparecieron en 1978, las caracolas fosilizadas llegarían tres años más tarde. El siguiente cambio de propietarios aconteció en 1985, dejan de emitir sellos propios hasta el año 1992 en que apareció un nuevo facial conmemorativo.

1992: EL AÑO DE LA ESTACIÓN DE LOS RADIOAFICIONADOS

Hacia finales de mayo de aquel año nos llegó la noticia de una DX-Pedition [Expedición DX en el argot de los radioaficionados] a la isla, la emisora y sus operadores llegarían en el verano, concretamente en el mes de agosto y el día 10 de dicho mes comenzaba a surcar el éter la señal GM0PNS (Golf Mike Zero Pabay Near Skye), este hecho dio paso al sello local conmemorativo que tuvo una gran acogida entre los aficionados a la radio: prácticamente se agotó y puso en el mapa del mundo esta solitaria tierra del archipiélago de las Hébridas [entonces todavía Internet no había desbancado a esta noble afición de los novios de las ondas, aunque llevaban años experimentando con un sistema similar que en su jerga denominaban radio-paquete «Packet-Radio»].

Nos llamaba la atención el hecho de que ese evento fue conmemorado con una estampilla local, de nuevo un sello artesanal, también de color azul, mostraba la cartografía de la isla y un círculo coronado con una antena como símbolo del nuevo hito de las comunicaciones insulares. El sello se completaba con el indicativo de la emisora y, sobre el mapa, el nombre de la isla. En la parte inferior izquierda va un rectángulo con la mención de Local Mail [Correo Local] y a la derecha el valor facial de esta sencilla estampilla: 50 peniques [unas 100 pesetas en aquella época] era la tarifa que sus propietarios cobraban por cada carta que transportaban hasta Broadford para hacerla seguir por intermedio del Royal Mail. Esta emisión local también tuvo un sobre de primer día que, en algunos casos, circuló hasta el domicilio de los peticionarios: era un sobre que empleaba el Administrador de la isla para su correspondencia y al que le aplicó, con una imprentilla, la mención «First Day of Issue» [Sobre de primer día]. Los sellos locales suelen ir adheridos al lado izquierdo de los sobres o bien en el reverso de los mismos, cuando se entregan en las oficinas del Royal Mail se franquean de nuevo con los sellos británicos y según la tarifa vigente hasta destino. Esto da lugar a unos curiosos franqueos mixtos habituales en las islas británicas, pero poco conocidos allende sus fronteras.

Los propietarios piensan que también es posible ingresar unas libras adicionales a sus economías, aunque lo cierto es que, mayoritariamente, exceptuando la temporada turística, es más un pasatiempo que permite matar el tiempo muerto y estar conectado con el exterior al tiempo que no se pierde la totalidad de los recursos que se invierten en la confección de estos sellos que, en ocasiones, están mejor logrados que los de organismos postales públicos. Por ejemplo, el conmemorativo de los radioaficionados [después llegarían más expediciones DX] tuvo una tirada de 1500 efectos y, suponiendo que todos fueron vendidos, dejó un margen de 150.000 pesetas. Pregunten a un radioaficionado lo que cuesta montar una expedición DX a una isla remota y verán que los recursos obtenidos por esta vía apenas dieron para pagar parte de los gastos ocasiones por el barco.

Una verdadera minucia si comparamos con las Teletarjetas o Sobres Enteros Postales que suelen emitir [sin ningún uso postal: público o privado] muchas de nuestras exposiciones filatélicas en la piel de toro que a veces se venden hasta 20 veces su valor liberatorio. Al menos, los sellos privados de Pabay [o los de tantas islas británicas] han sido adheridos a unos sobres y realizado un trayecto postal desde islas incomunicadas oficialmente hasta la oficina del Royal Mail.

Ante ello, por mucho que los jurados los tachen de locales o privados, uno no para de hacerse preguntas, entre otras el ¿por qué se acepta que en las exposiciones españolas se comercialicen tanta «quincallería» pseudo-postal-filatélica generada por aquellos que deberían de velar por el buen nombre de la filatelia? ¿Por qué se aceptan las pruebas en negro emitidas a millares por nuestra FNMT y que también comercializa el Servicio Filatélico de Correos a precios más que prohibitivos? ¿Por qué no se aceptan las colecciones de sellos locales si, fiscales, patrióticos, viñetas, etc., van teniendo cabida en algunas exposiciones?

Muchas administraciones postales oficiales [Correos-España, por ejemplo] deberían ver la calidad y la profesionalidad alcanzada en las últimas emisiones de correos locales de estas islas o los de Hawai.

NOTA.

El artículo fue posible gracias a J D Harris, Administrador de la isla de Pabay, que nos facilitó materiales gráficos y literarios. Desde aquí queremos expresarle nuestra gratitud por sus consejos e impagable ayuda.

Los que deseen conseguir los sellos locales pueden visitar la página www.pabay.org en donde encontrarán detalles al respecto. También pueden escribir en inglés a Mr. J D Harris, Administrator, The Isle of Pabay, Broadford, Isle of Skye, Scotland IV49 9BP (Reino Unido).

El código IV corresponde a Inverness, Tierras Altas de Escocia, allí tendremos que dirigir nuestras miradas para intentar localizar esta minúscula islita.

JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@yahoo.es

 

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Juan Franco Crespo

Maestro de Primaria, licenciado en Geografía, doctor en Historia de América.

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