En estas fechas el telescopio espacial Hubble es noticia, y ello nos da pie a profundizar un poco en este maravilloso ingenio, poco conocido fuera de los ambientes científicos, pero que ha resultado trascendente para reducir a la mínima expresión la miopía de los telescopios ubicados sobre la superficie terrestre.
El Hubble ha sido, sin duda, uno de los proyectos más relevantes de la ingeniería espacial, y desde el punto de vista de conocimiento de las profundidades del espacio ha sido posiblemente el más importante en toda la historia humana. Muchas teorías interestelares más o menos evidenciadas han sido corroboradas gracias al Hubble, otras fueron corregidas, y algunas han sido formuladas por primera vez, proponiendo así nuevos retos a las ciencias del Espacio.
Fuente Wikimedia Commons
El Hubble, bautizado así en honor del importante astrónomo estadounidense Edwin Powell Hubble (1889-1953), fue lanzado al espacio el 24 de abril de 1990 a bordo del transbordador Discovery. El entusiasmo inicial de los científicos se vio no obstante frustrado cuando el telescopio comenzó a enviar sus primeras imágenes, comprobándose un ligero desenfoque de las mismas debido a un fallo en el esmirilado del espejo primario. En 1993 se planeo entonces lo que sería la reparación más audaz de la historia espacial. Siete astronautas a bordo de un transbordador recuperarían el Hubble en vuelo y lo introducirían en la bodega de carga para intervenirlo. No sólo fue un éxito, sino que se pudieron instalar nuevos equipos en el telescopio para mejorar aún más las avanzadas características que ya se le suponían.
Fantástica imagen de la nebulosa del Águila tomada por el Hubble. Fuente Wikimedia Commons
A principios de 1994 el Hubble ya veía más lejos que nunca, y con una claridad como jamás pudo observarse el espacio interestelar, los astrónomos que pudieron ver las primeras imágenes las calificaron de “absolutamente increíbles”. La reparación no sólo solucionó su problema más grave, sino que mostró un grado de perfección que ni habían sospechado inicialmente cuando se diseñó el proyecto. Había nacido una herramienta insustituible a partir de entonces, cuyos descubrimientos llevarían a la comunidad científica a replantearse incluso la propia edad del Universo, posiblemente mucho más joven de lo que nos imaginamos.
Desde su lanzamiento y posterior reparación el Hubble ha sido intervenido en el espacio en más de una ocasión, pero por motivos menos dramáticos que los sufridos inicialmente en su primera andadura. Los resultados obtenidos durante todos estos años son de una magnitud, en cantidad y calidad, que no admite comparación con ningún otro método de observación espacial realizado desde la superficie terrestre. Al menos, se han podido fotografiar y estudiar un mínimo de 10.000 galaxias, realizar medio millón de fotografías, y explorar una cantidad superior al millón de objetos de diversa naturaleza. Todo ello en una resolución de imagen extraordinaria. Además, el Hubble integra en su sistema un programa con la ubicación exacta de 15 millones de estrellas, pudiendo enfocar cualquiera de ellas con una precisión imposible de alcanzar desde la propia Tierra.
ASOCAE posee en sus páginas educativas un visor espacial de la NASA y el Hubble, donde los visitantes pueden observar las fascinantes fotografías tomadas por este telescopio: https://www.natureduca.com/util_visual_espacial_marco.php