Filatelia: Aves de los Departamentos Bolivianos (2)

Viene de la parte 1

Manguari ardea cocoi (Pando, 10,50 Bs) o garza mora, suele habitar en toda América del Sur, excepto la parte andina, sus colores son blanco gris y negro, de rasgos sedentarios, suelen observarse solos o en parejas en época de cría que varía según la región, el nido suele confeccionarlo sobre copas de árboles que utiliza a modo de atalaya, usualmente pone tres huevos azulados con pintas blancas, la incubación suele durar 25 días y su régimen alimenticio se basa en peces, ranas e insectos acuáticos que atrapa a cualquier hora ya que es una especie activa las 24 horas. De vuelo lento, algo común a garzas y garcetas, es la especie más grande de esta familia.

Ara ararauna o guacamaya azul (Santa Cruz, 5,50 Bs), características similares a todas las aves psitácidas (comúnmente conocidas como loros), la espectacular cola de esta especie le confiere su gran vistosidad y a veces logra los 50 centímetros de largo; de costumbres típicas de su hábitat boscoso, suele habitar siempre en las ramas más altas de los gigantescos árboles de la región, de carácter sociable, suele mantener una pareja fija, aunque no es tan fácil educarla para que hable, suele ser muy apreciada por esta particularidad; de ahí que sea frecuente observarlo en muchas cabañas en las zonas rurales, llega a vivir hasta 50 años; existen hasta 30 especies, la filatelizada también se conoce como aras, macaos o papagayos, sin duda los miembros más grandes de esta vistosa familia.

En la época de cría las bandadas se dividen en parejas y ambos padres se encargan del cuidado de los polluelos, es entonces cuando se da una etapa de inusitada agresividad de la especie que defiende su nido contra la presencia de cualquier intruso que se acerque. Los polluelos llegan tras cuatro semanas de incubación y a las trece semanas inician el vuelo con sus padres y se integran en las grandes colonias. En las selvas centroamericanas aún recuerdo la destreja de los «patojos» [niños] para cortar el árbol y hacerse con sus mascotas poco antes de que iniciaran el vuelo, después de su adiestramiento -les cortaban las plumas de las alas- su grácil figura alegraba los pequeños arbolitos que solía haber a las puertas de las endebles cabañas de los indígenas.

Porphyrula martinica (Santa Cruz, 7,50 Bs) ave acuática que se localiza en toda la región santacruceña y hasta los 500 metros de altura. Es una especie habitual de lagunas y ríos, sobre todo en las zonas en las que flota abundante y densa vegetación acuática; de unos 30 centímetros, suele pesar sobre los 250 gramos. Cabeza, cuello y vientre son de color púrpura, el dorso de color verde bronceado, las coberturas subcaudales son blancas, su escudete es de color azul en la parte superior del pico y las patas amarillas.

También es conocido como gallito azul, su período de reproducción es entre mayo y octubre (la época de las lluvias en la región), sus máximos se dan entre julio y agosto. En la región se han llevado estudios pormenorizados en la zona del Río Guárico, los nidos tenían cinco huevos de los que generalmente las parejas lograban sacar adelante a cuatro polluelos; en Venezuela se han encontrado promedios algo superiores, sobre todo en el estado Portuguesa. En su ingesta cuenta el arroz -en cuyos sembrados instalan sus nidos a unos 30 centímetros del nivel del agua-, semillas, flores, insectos y pequeños moluscos.

Opisthocomus hoazin (Beni, 7,50 Bs) peculiar ave tropical que suele ser habitual en zonas pantanosas que envuelven el Amazonas y el Orinoco; similar a los faisanes, aunque de porte aún más esbelto, tiene cuello y cola más larga, su cabeza es muy pequeña y está coronada por un atractivo penacho. El hoacín se alimenta de plantas y frutas que localiza en los pantanos en donde vive, una característica de esta especie es que usa la fermentación bacterial en la parte delantera del estómago que se encarga de descomponer la materia vegetal que ingiere [tal y como hacen vacas y otros rumiantes].

De hábitos gregarios, los hoacines hacen sus nidos en pequeñas colonias, pone 2-3 huevos sobre un lecho realizado con bastones sobre los árboles que cuelgan sobre el agua. Los polluelos tienen, cuando son pequeños, una especie de garras en la punta de las alas que permiten asirse a las ramas y trepar por los árboles hasta que alcanzan la edad de volar, estas peculiaridades han llevado a pensar a los especialistas en el pájaro fósil arqueópterix.

Platalea ajaja (Oruro, 7,50 Bs), familiarmente Espátula rosada,  mide algo más de 80 centímetros y alcanza los 14 kilos, habitual en terrenos anegados de poca profundidad, manglares y bosques pantanosos. Anidan una vez al año y la puesta suele ser de 2-4 huevos blancos con pintas castañas rojizas. Se alimenta de pequeños peces, crustáceos y especies acuáticas que atrapa con su característico pico en forma de C que va movimiento mientras lo tiene sumergido y lo cierra al detectar alguna pieza.

De plumaje rosado, una vez adultos son habituales zonas amarillentas. Los machos son algo mayores y su pico más grande. A principios del siglo XX la especie sufrió un gran retroceso debido a la popularidad que alcanzaron los sombreros adornados con sus bellas plumas rosadas. En algunas zonas de la región suele conocerse como flamenco, algunos predadores suelen robarle huevos y pichones  en momentos en que los progenitores abandonan la zona en busca de sustento.

Pulsatrix perspicillata o búho americano, también conocido como lechuzón orejudo (Cochabamba 6,50 Bs), posee una penetrante mirada y como suele suceder por otras latitudes, también aquí goza de gran simpatía entre la población, el encuentro con un ejemplar está considerado como una señal de buen augurio; antiguas leyendas dicen que si nos mira directamente a los ojos, éste se adentra en nuestra alma y nos transmite su mítico poder.

Habitual en zonas de arboledas, está documentada la presencia de la especie desde el nivel del mar hasta los 4400 metros; suele usar nidos de otras aves tras abandonarlos, su puesta es de dos o tres huevos que incuba la hembra, el macho se encarga de alimentar a su pareja durante la incubación. Los mamíferos pequeños son habituales en su dieta, aunque no hace ascos a conejos, patos o gansos. Su tamaño ronda los 50 centímetros y alcanza un kilo de peso.

Ramphastus toco (Beni, 5,50 Bs), más conocido como tucán, sin duda una de las  más bellas que he podido admirar durante mis estancias en la selva. La especie filatelizada se distribuye por las Guayanas hasta el norte de Argentina, habitual de las selvas de galería (las que crecen a lo largo de los cursos fluviales) y húmedas, se han documentado hasta 1200 metros de altitud, alcanza los 50 centímetros y apenas sobrepasa los 500 gramos.

La característica básica de esta peculiar ave es su multicolor pico en donde contrasta el fuerte tono anaranjado y la punta negra. También se le conoce como Tucán Grande, todo su cuerpo es de color negro excepto el blanco de la garganta y parte superior del cuello, alrededor del ojo tiene un anillo azul, su dieta alimenticia se centra en las frutas, también ingiere insectos, pequeños reptiles y huevos que toma de los nidos de otras aves. Suele tener una puesta anual de 2-4 huevos que incuban durante tres semanas y comienzan a volar los polluelos tras 40 días de cuidados, a los tres meses suelen iniciar la vida independiente. De carácter sedentario, tienen una zona más o menos delimitada, la alteración del hábitat está poniendo en precario el equilibro de la especie que, en algunas zonas, es comercializada como ave de compañía, tienen una esperanza de vida que ronda los tres lustros. Su pico, a pesar de su gran tamaño, es muy liviano y le da ese característico rasgo que le hace sumamente fácil de identificar y resulta un ave simpática.

Rupicola peruviana (La Paz, 5,50 Bs) o gallito de las rocas (también conocido como tunqui entre los habitantes de la región andina), presenta una amplia distribución desde Venezuela hasta Bolivia. De mediano tamaño, apenas sobrepasa los 30 centímetros y tiene un marcado diformismo sexual en su colorido. El macho es rojo anaranjado intenso, alas y cola negra (con algunas plumas grises perla en las alas), la hembra tiene un color marrón oscuro y de cresta más pequeña, se localiza en zonas de bosques húmedos y cerrados, frecuenta arroyos, paredes rocosas y acantilados.

Se trata de una especie muy silenciosa que sólo se le escucha en temporada de celo, polígama y gregaria, en época de reproducción la mayor parte del día la pasa en los árboles en donde el macho realiza unas vistosas danzas para atraer a las hembras de la zona, es todo un espectáculo observar los diferentes machos disputándose los favores de las hembras que permanecen, impasibles, posadas sobre las ramas a la espera de elegir el que copulará con ellas en esta especie de picadero colectivo, zonas de apareamiento o «lek» como se les denomina en la región; frugívoros, sólo mientras son pichones tienen en su dieta insectos. Es una de las aves más vistosas del mundo, hay dos tipos, la filatelizada en esta ocasión por el correo boliviano y la Rupicola rupícola (gallito de las rocas guayanés).

La puesta de esta especie suele ser de dos huevos que son cuidados en exclusiva por la hembra que ha construido el nido en los riscos, cuevas o desfiladeros. En su ingesta suele tragarse las frutas enteras y las semillas, al quedar intactas al pasar por su sistema disgestivo, hace que sea una especie que en las defecaciones vayan germinando árboles en zonas bastantes alejadas a su original ubicación.

Sarcoramphus papa (Tarija, 8,50 Bs), se conoce como Buitre Rey, Zopilote o Cóndor Real; de hermoso colorido, sobre todo en la cabeza, parte trasera del cuello y el pico. Llegan a medir 85 centímetros y pesar 4,5 kilos, las alas extendidas tienen una amplitud de dos metros en pleno vuelo; de pico y patas fuertes, no es muy sociable, vive en pareja y duermen en grupos. Es fácil verlos planear en los inmensos cielos azules de la región durante horas en busca de presas que suelen localizar a kilómetros, habituales de bosques tropicales y sabana. Como aves de rapiña suelen ser carroñeros, también atrapa peces, mamíferos y serpientes. Cuando localiza un cadáver se reúnen decenas de zopilotes que se encargan de desplazar a otros buitres o aves de rapiña para hacerse con el mejor lugar a la hora de la comida, de ahí le viene el sobrenombre de «rey»: hasta que él no termina de comer, el resto de pájaros permanecen alejados, esperando su turno.

Suelen sacar nidadas de 1 a 3 crías, el nido lo construye sobre árboles secos, ramas o rocas a una altura media de 20-30 metros. Huevos amarillentos con pintas rojizas, las crías llegan a los 55 días de incubación, son responsabilidad de ambos progenitores [no necesitaron ley de género para actuar como pájaros responsables], procuran alimentos en los tres meses que suele durar el período de cría hasta alcanzar la emancipación, generalmente permanecen en la colonia hasta dos años después.

Chlorostilbon mellisugus (Chuquisaca, 9 Bs), o colibrí esmeralda, especie habitual en los Llanos y el sur del Orinoco, la encontramos en las Guayanas, Brasil, Bolivia, etc. Apenas sobrepasa los siete centímetros y pesa cerca de tres gramos. El macho tiene un plumaje verde brillante con blanco y una bellísima cola azul metalizado. Típica ave de sabana, la podemos encontrar en praderas, cultivos y zonas abiertas. La hembra pone sus diminutos huevos en pequeños nidos que construye sobre las ramas horizontales en forma de copa, su período de incubación es de un par de semanas, se alimenta de diminutos insectos y néctar que extrae de las flores con su afilado pico, tiene un canto vibrante muy agradable.

Es del grupo de aves que pueden volar hacia atrás debido a la fuerza que generan sus alas que llegan a moverse entre 75 y 200 veces por segundo. También conocido como chupaflor o besaflor, frecuentemente ha sido fuente de inspiración para poetas y cantantes de todo el continente. Habitual en zonas húmedas y en las plantaciones cafetaleras que suelen darle sombra en las faldas de las montañas, raramente se localiza en tierras bajas o zonas costeras, aunque sí otros individuos de la familia.

Trogon melanurus (Pando, 6,50 Bs), ave de vivos colores y costumbres solitarias, suele habitar en las partes bajas de las copas de los árboles, se alimenta de insectos y frutas pequeñas. Los brillantes colores que adornan a esta especie son: verde oscuro iridiscente por la parte superior, azul violáceo en la nuca, corona y pecho, el rojo bermellón del vientre central, alas y cola presentan un precioso tono azul [en las hembras sólo lo será el abdomen], en la cabeza suelen tener un penacho sedoso que identifica a los machos.

Habita en terrenos de todo tipo, suele anidar entre abril y julio, sus puestas son de 3-4 huevos blancos que suele depositar en nidos abandonados de pájaros carpinteros. La pareja se turna en la tarea de la incubación que suele durar 20 días, ambos padres alimentan a sus crías con insectos, flores y frutas. En esta especie destaca su gran cola que en algunos machos han llegado a superar el metro.

Vultur gryhus (La Paz, 4 Bs), sin embargo en la fotografía facilitada va el nombre del Opisthocomus hoazin, lo que nos hace pensar que si no se rectificó la plancha, la foto no corresponde con el célebre cóndor. Estaríamos ante un nuevo error. El cóndor andino es una de las rapaces de mayor porte a nivel planetario, algunos ejemplares alcanzan 1,200 metros y su envergadura alar los 3,30 metros y 13 kilos de peso. Su plumaje es negro, el macho es de mayor tamaño, tiene una cresta y el iris de color marrón (la hembra lo tiene rojo). Los ojos están a ambos lados de la cara, el gran desarrollo alado, le permite planear durante horas sin apenas consumo de energía, gracias a las corrientes dinámicas y el aire ascendente; su característico cuello desnudo es una defensa contra las enfermedades al evitar que se acumule la suciedad.

De hábitos sociables, suele vivir en grandes colonias y construir sus nidos sobre salientes rocosos donde suele tener uno o dos polluelos; considerado un buitre, en realidad sus parientes más cercanos son las cigüeñas. Se alimenta de carroña, su hábitat se sitúa entre los 2000 y 5000 metros de altura. El cóndor andino está presente en el escudo heráldico de Bolivia y se le considera el sereno guardián del cielo del altiplano.

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JUAN FRANCO CRESPO
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