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Antártida
FILATELIA ANTÁRTICA
Colaboración de Juan Franco Crespo
Fauna antártica en Argentina, Australia y Francia - 1ª parte
o nos resistimos a “dejar” de lado estos preciosos sellos con fauna de la región austral; muchos aficionados a la Antártida buscan novedades del continente blanco.
En esta ocasión aparecen aves y uno de los mamíferos más abundante en el Mar de Weddell: la foca homónima. Sellos aparecidos en los servicios postales de tres países con intereses en el continente helado e islas subantárticas.
Cormorán Imperial [Phalacrocorax atriceps], el nombre proviene del latín Corvus marinus [cuervo de mar], son aves adaptadas a la caza submarina, con cuerpos aerodinámicos y alargados que aprovechan para entrar en el agua a gran velocidad y en forma de flecha, ello permite atrapar a sus desprevenidas piezas con gran facilidad. Dentro del grupo de los cormoranes hay diferencia de tamaños, desde el pigmeo al cormorán gigante de las islas Galápagos que se dejaba acariciar cuando tuvimos ocasión de visitar el archipiélago a principios de los noventa.
Hay catalogadas 39 especies, anidan en costas, acantilados, árboles, arrecifes, etc. Buscan su alimento tanto en las zonas tropicales como en las gélidas y turbulentas aguas atlánticas. Tienen un esternón ancho y potentes músculos que le permiten volar con relativa facilidad; gracias a la ausencia de grasa corporal, tiene gran agilidad para perseguir a sus presas dentro del agua, maniobran gracias a sus dedos palmeados. La mayoría de los cormoranes son negros, muchas especies presentan espectaculares adornos cromáticos en la época de apareamiento, donde muestran unos llamativos faciales; en los ojos tienen unos atractivos anillos orbitales. Su plumaje no es impermeable y su permanencia en el agua no suele superar la media hora, es habitual verlos en rocas o la orilla de los acantilados con sus alas extendidas para que el viento las seque.
Nidifica en las costas patagónicas, es una especie habitual en el sector argentino (base Almirante Brown). La especie antártica acostumbra a tener un pedestal permanente y mantiene frecuentes enfrentamientos con otros individuos para asegurar el nido que acaban formando como respuesta a una compleja exhibición por parte del macho. Subsisten gracias a una variada dieta de peces, pero ingiere anfibios, crustáceos, cefalópodos y algas. Cuando viajan en bandadas, el cormorán imperial suele formar una característica “V” cerca del agua.
Dentro de los charranes, el Gaviotínmantiene una distribución mundial, este grupo de aves está representado por 44 especies y 7 géneros. El filatelizado es la Sterna vittata, ave migratoria, durante el invierno boreal viaja del Ártico hasta la Antártida. De cuerpo más esbelto que las gaviotas, tiene alas alargadas que le confieren una excelente capacidad aerodinámica adaptada para la inmersión. Los charranes suelen atraer la mirada de los aficionados por su elegante vuelo. Los espectaculares “picados” les hacen fácilmente identificables, aunque tienen dedos palmeados, no suelen posarse sobre el agua.
De distribución planetaria, nidifican en todos los territorios colonizados. En la Antártida prepara sus nidos en el suelo con piedrecitas y musgo, su puesta es de uno o dos huevos que defenderá enérgicamente, sobre todo ante la “skúa” y otras aves predadoras a las que hace frente con valientes vuelos, especialmente en época de cría. Los charranes árticos suelen merodear por los bordes de las placas de hielo durante su invernada en la Antártida, posiblemente es la especie que realiza la migración más prolongada de todas las aves, en su doble viaje anual realizan 35.000 kilómetros. Estrategia que le permite tener los días más largos en ambos hemisferios y asegurarse la alimentación con relativa facilidad. Zona privilegiada de observación durante su largo viaje al Polo Sur es cuando es la costa desértica de Namibia antes de saltar a las tierras antárticas.
Al contrario que otras aves marinas, el charrán ártico ha llegado a vivir hasta los 33 años. Anualmente se anillan y controlan varios miles de aves en todo el orbe y los estudios sobre la fauna polar son constantes desde hace más de medio siglo. Es una especie que suele tener vida en pareja, aunque se rompa tras la reproducción, suelen regresar al lugar de nidificación del año precedente y reunirse al comenzar la temporada de cría. Ambos destinarán sus esfuerzos a defender su “territorio”: poco menos de un metro cuadrado, el macho suele encargarse del sustento de la hembra mientras está en su nido.
La Paloma antártica [Chionis alba] muchos ornitólogos europeos la desconocían hasta que un buque británico de transporte militar la descubrió, solitaria y agotada, en 1982 [conflicto anglo-argentino de Las Malvinas], en su viaje de regreso a Europa. Especie de cruce entre paloma y gallina, hay dos tipos catalogados muy similares en aspecto y hábitos, aunque tengan un hábitat separado.
Cuatro subespecies se localizan en las islas subantárticas del Príncipe Eduardo, Marion, Heard, MacDonald, Crozet y Kerguelen. La filatelizada por el correo argentino suele criar en la península antártica, Georgia del Sur, Orcadas y Shetland en el verano austral; suele emigrar a las islas Malvinas [Falklands] y a las costas continentales argentinas con la llegada del invierno. Durante ese vuelo migratorio suelen descansar en los navíos que encuentra en su ruta o bien sobre hielos flotantes, algunos ejemplares que han seguido la estela de los barcos hacia el norte han logrado llegar a Europa.
Es la única familia endémica de las tierras antárticas y subantárticas; constituye un eslabón evolutivo entre las aves del litoral y las gaviotas, sin embargo sus patas no están palmeadas, rasgo anatómico que las ha obligado a adoptar un modo de vida carroñero. Se parece a un cuervo, temeraria e inquisitiva, no se asusta de los humanos, tiene sus alas largas y le permiten un aerodinamismo que facilita su migración anual. Suele alimentarse de desechos de las estaciones antárticas, lejos de los asentamientos rastrea zonas costeras en busca de alimentos en la línea de la marea, aprovechan la época de cría de las focas o se desplaza hasta las pingüineras para robar el alimento que traen los pingüinos para sus crías. Calificadas por los científicos como “halcones coprófagos” por sus sucios hábitos alimenticios, tienen graves problemas para mantenerse limpias, la mayor parte de su tiempo están acicalándose. Los polluelos, tras abandonar el nido, iniciarán su dispersión por el litoral en busca de alimento, esencialmente fauna muerta, restos de toda índole y huevos de las especies que encuentran en el territorio.