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Antártida
EXPLORACIÓN - EXPEDICIONES
Ernest Henry Shackleton 1914 - 3ª parte
l 1 de mayo se despidieron del sol, y los 70 días-noches del invierno antártico empezaron. Ocho días después de ocultarse el sol ocurrió algo extraño: volvió a salir, subió hasta las 11 de la mañana y se ocultó 40 minutos, para volver a salir a las 13:10 y volverse a poner 10 minutos más tarde. El Oficial de navegación tuvo que explicar a sus incrédulos compañeros, que lo que habían visto era una refracción de 2 grados más que normal.
En julio el sol regresó a medianoche del día 1. La temperatura era de -30,5º C. La ventisca más severa en el Mar de Weddell la sufrieron el día 13. Por la mañana, las perreras que se encontraban a barlovento de la nave estaban bajo 5 pies de nieve; por lo menos cien montones se agolpaban contra los costados y el puente. La presión del hielo aumentó hasta ser causa de gran preocupación por los formidables bloques de hielo que les tenían cercados. Por la tarde el viento alcanzó 70 millas/hora y la nave tembló en toda su estructura. El sonido del viento golpeando contra las empinadas masas heladas simulaba el ruido de un fuerte oleaje.
El Endurance es aprisionado por los hielos
A mediados de septiembre salieron en busca de carne fresca para los perros, las focas y pingüinos casi habían desaparecido, pasaran cinco meses desde que capturaran la última foca.
A finales de septiembre la nave empezó a rugir por la poderosa presión de las masas heladas, amenazando con aplastarla. El domingo 23 de octubre de 1915 quedó marcado por el principio del fin. La posición era 69º 11' Sur, 51º 30' Oeste. A 18:45 el Endurance gimió, su costado de estribor empezó a doblar peligrosamente, el entablado crujió y las cuadernas de popa partieron; inmediatamente se formó una vía de agua. Las bombas de achique comenzaron a trabajar a las ocho de la tarde.
El miércoles 27 de octubre Shackleton escribió:
"La posición era 69º 5' Sur, 51º 30' Oeste. La temperatura -22,5º C. Soplaba una mansa brisa del Sur, y el sol brillaba en un claro cielo. Después de largos meses de ansiedad y tensión incesante, después de tiempos de grandes ambiciones, y tiempos de negras perspectivas; hemos decidido abandonar la nave, que está siendo aplastada, más allá de cualquier posibilidad de ser recuperada. Estamos vivos, tenemos provisiones y equipo para empezar la tarea que tenemos por delante, la de llegar a tierra con todos los hombres de la expedición. Está siendo duro tener que escribir esto".
Últimos momentos del Endurance desapareciendo bajo los hielos
Habían flotado por lo menos 1.186 millas, y estaban a 346 de la isla Paulet, el punto más cercano donde había alguna posibilidad de hallar comida y refugio. Shackleton mandó bajar al hielo los botes, vestimentas, provisiones y trineos. El Endurance había quedado prisionero de los hielos 281 días. Los 28 hombres abrieron cinco tiendas cerca de la nave que llamaron Campamento Océano, pero tuvieron que levantarlas rápidamente a prudente distancia porque el hielo comenzó a resquebrajarse bajo sus pies.
La vida diaria en el Campamento Océano
El 21 de noviembre de 1915, el Endurance levantó su popa y se hundió bajo el hielo, yendo a descansar al fondo del Mar de Weddell. Los hombres empezaron a notar como la superficie sobre la que se encontraba el Campamento Océano iba perdiendo consistencia, así que el 20 de diciembre Shackleton decidió abandonar el lugar y emprender la marcha hacia el Oeste para reducir la distancia a isla Paulet.
Se celebró la Navidad el 22 de diciembre de 1915 con la última buena comida en ocho meses. Los hombres arrastraron los botes James Caird y Dudley Docker haciendo varias paradas. Atrás quedó el otro bote, el Stancomb, que más tarde sería recuperado. Si el hielo se desintegraba los 28 hombres embarcarían en los dos botes, que medían 20 pies de longitud, y se encomendarían a la misericordia del Mar de Weddell.
Arrastrando el James Caird
El 29 de diciembre, con el hielo demasiado débil para continuar, instalaron el campamento en una placa que parecía sólida, pero durante la noche crujió. Cambiaron a otra más fuerte de hielo viejo, rodeada de otra más blanda que no permitía avanzar, con aberturas que mostraban canales de agua pero insuficientes para que los botes pudiesen navegar.
Recreación de los hombres navegando sobre una placa de
hielo
A la aventura en su nuevo "hogar" cruzaron el Círculo Polar Antártico la víspera de año nuevo. Shackleton escribió:
"Así, después de un año de incesante batalla con el hielo, habíamos regresado a casi la misma latitud de donde habíamos salido con tantas aspiraciones 12 meses antes; ¡pero bajo qué condiciones tan diferentes ahora!, nuestra nave aplastada y perdida, y nosotros flotando en un pedazo de hielo a la misericordia de los vientos".