Agricultura
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Enfermedades fúngicas de los frutales de hueso - 2ª parte
Lepra del melocotonero
a "lepra" o "abolladura" de las hojas es una grave enfermedad que ataca a los melocotoneros, paraguayos y almendros, y está prácticamente difundida por toda el área de cultivo de estos frutales.
Está producida por un hongo (Exoascus deformans) que se desarrolla bajo la piel de la hoja.Lesiones y daños
Las lesiones más aparentes se producen en las hojas y se presentan en primavera poco después de la brotación. Consisten en unas arrugas o abolladuras, generalmente con su convexidad por el haz, esparcidas o unidas unas a otras, que van agrandándose con el crecimiento de la vegetación, hasta que la hoja queda completamente retorcida y replegada sobre sí misma. Por el envés se recubren de una pelusilla blanquecina. A la vez, va cambiando el color de la parte enferma de la hoja, que pasa primeramente a amarillo claro y después toma un tinte más o menos rojizo o violáceo, el cual va oscureciendo, hasta que, finalmente, la hoja termina por secarse y caer. También los brotes pueden resultar atacados, apareciendo decolorados, hinchados, torcidos y con entrenudos cortos. Asimismo, los frutos pueden ser alcanzados por la enfermedad, aunque no es frecuente.
Hojas de melocotonero atacadas por la lepra del hongo
Exoascus deformans
Tratamiento
Contra la lepra solo son eficaces los tratamientos preventivos, a condición de que se apliquen con suficiente anticipación. El tratamiento clásico consiste en pulverizaciones a base de caldo bordelés, según la siguiente fórmula:Entre los fungicidas orgánicos más empleados están el Captan o el Tiram. El primero se aplica a razón de medio kilo del producto comercial del 50 por 100 de riqueza por 100 litros de agua, e un primer tratamiento poco antes de hincharse las yemas, debiendo darse un segundo tratamiento unos quince días después, a la mitad de concentración.
El Tiram, en productos comerciales del 80 por 100, se emplea en cantidad de 200-250 gramos por 100 litros de agua, comenzando los tratamientos en la misma época que para los anteriores productos.
En regiones donde se producen ataques graves, convendrá completar el tratamiento primaveral citado con otro análogo dado en otoño, a la caída de las hojas.