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VIVIR LA MAR
Breve historia de la navegación - 2ª parte
lgunos pueblos destacaron por su especial habilidad como navegantes, es el caso de los vikingos, que alrededor del año 700 d.C. iniciaron el alejamiento de sus aguas en las costas escandinavas, a bordo de unas excelentes embarcaciones con vela cuadrada y remos llamadas drakkars, para realizar exploraciones eincursiones regulares por las islas del Atlántico y toda Europa occidental, la mayoría de ellas depredatorias, de conquista y colonización.
Tampoco se pueden ignorar las grandes posibilidades naturales de otras regiones y pueblos vueltos hacia el mar, donde las características climáticas y fisiográficas eran totalmente favorables para un desarrollo ventajoso de la navegación marítima. Así, se pueden estimar los monzones asiáticos de otoño e invierno como un meteoro de peso, un valioso aliado que facilitaría las travesías a vela del Índico en ambos sentidos de manera estable. Los monzones se manifiestan de forma regular, contrastando y aventajando en lo que se refiere a la operatividad de los buques que se desplazaban por el Mediterráneo, al ser éste un mar de vientos caprichosos que retardaría el desarrollo de la vela en toda la región. Los juncos chinos, que eran navíos de carga sólidos y bastante grandes para su época, aprovechaban con eficacia los monzones que recibían por la popa. Existen numerosas narraciones de viajes de estos navíos, como el que realizó el chino Fahien en el año 414 d.C. entre Java y Cantón, acompañado por otros doscientos pasajeros.Debieron transcurrir varios milenos antes de que todas las tierras continentales, y más recientemente las insulares, quedaran totalmente identificadas, la mayoría de ellas a través de rutas marítimas. Con certeza, sucedió a lo largo de espacios de tiempo íntimamente ligados y con la cadencia de los progresos tecnológicos, especialmente a partir del siglo XV, una época de oro en la que se inauguran las grandes exploraciones y descubrimientos. Desde entonces, los viajes tanto comerciales como de exploración mantendrían un régimen frenético, al principiode la mano de españoles y portugueses, a los que seguirían británicos, franceses y otras variadas naciones occidentales, que llevarían al descubrimiento de todas las tierras habitadas o no, y a la formación de los grandes imperios coloniales, con los consecuentes movimientos de población en busca de nuevas oportunidades.
El siglo XV inaugura una época de oro en las
exploraciones y descubrimientos, que daría lugar a
la apertura de nuevas rutas comerciales y
movimientos de población.
La dirección de las embarcaciones se sostuvo durante largo tiempo mediante un remo-timón, o una o más espadillas mantenidas fuera de la borda por la popa; según el ángulo que se le daba con respecto a la línea de crujía se conseguía así mantener el rumbo deseado. Este sistema desapareció totalmente a finales de la Edad Media al ser adoptado el timón de codaste, que permitía se manejado incluso desde una posición distinta de la popa mediante cables o una caña de timón.
Algunos grandes adelantos en seguridad marítima ya existían en Asia en el siglo IX d.C., y no fueron adoptados en occidente, inconcebiblemente, hasta una época tan reciente como el siglo XIX. Es el caso de los juncos chinos, que poseían unos mamparos o divisiones internas huecas y herméticas, que permitían mantener la estanqueidad de la embarcación en caso de una vía de agua, evitando así su hundimiento. Esta característica ya fue observada y alabada por Marco Polo en el año 1298, y que dejó reflejada en su libro de viajes.
Los juncos chinos ya poseían en el siglo IX d.C. un sistema de mamparos estancos como prevención de seguridad ante las posibles vías de agua