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Otros prosistas (continuación)

José López Pinillos

acido en Sevilla (1876-1922), ejerció el periodismo y fue conocido por el seudónimo de "Pármeno". Continuador de la corriente naturalista, se le asocia también con la generación del 98 por su crítica contra las injusticias sociales y otros aspectos de la vida española.

Escribió obras de teatro, de tema rural (El pantano, 1913; Esclavitud, 1918; La red, 1919) y narraciones del mismo tema: Doña Mesalina (1910), Frente al mar (1915). En Las águilas (1911) trató el mundo de los toros, y en El luchador (1916), el del periodismo.

Eduardo Zamacois

Nació en Pinar del Río, Cuba (1876-1971) y ejerció el periodismo (fue corresponsal durante la primera guerra mundial). En 1939 se exilió y vivió en varios países americanos. Murió en Buenos Aires. Es un representante de la llamada "novela erótica" de comienzos de siglo, a la que pertenecen obras como La enferma (1895), Punto negro (1897), El seductor (1902) o Memorias de una cortesana (1903). En obras posteriores evolucionó hacia un tipo de novela naturalista más suave: Memorias de un vagón de ferrocarril (1925), Las raíces (1934) y Los muertos vivos (1935) representan esta tendencia. En 1969 publicó sus memorias con el título Un hombre que se va.

Ricardo León

Nació en Barcelona (1877-1943). Académico de la Lengua desde 1912, fue un escritor de ideas conservadoras; llevó a sus novelas un mundo pasado, de una forma nostálgica; entre ellas están Casta de hidalgos (1908), Alcalá de los Zegríes (1909) y la trilogía Jornadas de la revolución española: Bajo el yugo de los bárbaros (1932), Roja y gualda (1934) y Cristo en los infiernos (1943). Intentó también otros subgéneros novelescos, como la picaresca (Los centauros, 1912) o la parodia de las novelas policíacas (Las siete vidas de Tomás Portolés, 1931).

Concha Espina

Nacida en Santander (1877-1955), emigró muy joven a Chile; a su vuelta llevó una vida literaria muy activa, sobre todo en el campo de la novela. Alcanzó bastante fama por el tratamiento de temas sociales desde su posición conservadora y cristiana, ambientados en diferentes regiones españolas.

En su estilo destaca el uso de un léxico amplio y preciso, cuidado y seleccionado. Sus obras más conocidas son La niña de Luzmela (1909), que se desarrolla en Santander; La esfinge maragata (1914), cuyo ambiente es leonés y trata la situación de la mujer subordinada al hombre en todos los aspectos de su vida; El metal de los muertos (1920), considerada quizá su mejor obra, trata de la vida de los mineros en Huelva; y Altar Mayor (1926), que se desarrolla en Asturias.

Wenceslao Fernández Flórez

Nació en La Coruña (1879-1964). Se dedicó al periodismo y a la novela; fue académico de la Lengua desde 1934. En sus primeras obras, las más conocidas, destaca su humor crítico y también un cierto pesimismo. De este tipo son Volvoreta (1917), Las gafas del diablo (1918), El secreto de Barba Azul (1923) o El malvado Carabel (1931).

Escribió también una novela sobre la Guerra Civil, desde el punto de vista nacionalista: Una isla en el mar Rojo (1939). Después de esta fecha siguió publicando novelas, entre las que destaca El bosque animado (1943).

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