“La radio es una amiga, íntima y permanente”
[Sergio Valzania]
Autor: Sergio Valzania, Una radio strutturalista: Consigli per ascoltare e trasmettere. RAI-ERI-ITALIA 2002, 76 páginas, 5€.
Escrito en italiano por uno de los grandes de la RAI, durante varias décadas director de los servicios públicos italianos, nos realiza una verdadera y magistral lección sobre el mundo de la radio, analizando todo lo que ese mundo da y a dónde nos ha llevado. En infinidad de ideas coincidimos y ello hace que verdaderamente la obra no se te atragante y veas que no se necesitan centenares de páginas [casos de algún que otro trabajo que hemos analizado en esta serie, ahora me viene el de las españolas Raro y Cal] sino saber muy bien qué es lo que quieres contar.
Me devolvió a mis años adultos, mis primeros años en Barcelona cuando, al margen del mundo laboral [soy de aquellos que tenían claro que ganarás el pan con el sudor de tu frente no era una mera utopía, sino sumamente real]. De ahí que durante varios lustros simultaneara estudios, trabajo, colaboraciones, concursos y un largo etcétera que a estas alturas me sorprenden por la cantidad y por los buenos resultados. El otro día recibía un e-mail en el que me decían que habíamos hecho historia. Y el mensaje que partió de una ciudad a más de 15.000 kilómetros de casa hay que creerlo. Yo contesté al colega con cuatro palabras: JÓVENES, ÉRAMOS TAN JÓVENES.
No sé si fue así, pero era cierto que lo hacíamos con ganas y los resultados están ahí para el que quiera darse alguna vuelta por el famoso Depósito Legal, aunque las nuevas generaciones buscan las entradas fáciles y al no rastrear los boletines o revistas –que no siempre llevan por título la palabra radio- se pierden una historia escrita que incluso cotiza en las subastas de las casas de ventas que venden en la red. Acabada la Marcha Verde, el horizonte de decir adiós al largo período militar estaba cada vez más cerca y llegó, un par de años después, me enfrentaba a una Universidad –curioso todos la denostaban y resulta que si comparamos con lo que tenemos aquello era un verdadero tesoro- y con ello la parte teórica sobre la comunicación en la Didáctica de la Lengua, asignatura en la que tuve que enfrentarme, a algunos de los grandes teóricos, como McLuhan o Chomsky. Hoy Valzania, sin citarlos me lleva a aquellos teóricos del lenguaje y, créanme, al margen de tener que hacer un pequeño esfuerzo para leerlo en italiano, resulta realmente clarividente, por no decir gratificante en ese acto de entrega cuando un autor te atrapa.
Por ejemplo, siempre fui un ardiente defensor de nuestro sistema de radio en el viejo continente. El italiano dice “Las emisoras públicas son un regalo de la historia, deberíamos valorarlas en lugar de destruirlas”. Justo lo contrario de lo que ha sucedido y así tenemos una radio que realmente deja mucho que desear. Además, en muchos casos, se han canibalizado y/o desmontado los entes de radiodifusión pública prácticamente en todo el continente y asistimos, con desazón, a un chabacanismo bestial en todo el espectro de la FM, de la que apenas se salvan un par de estaciones en mi zona. En muchos casos nadie las oye. Pero, oye, el político de turno, tiene que montar su “chiringuito” para que sus palmeros le rían la gracia.
Centrándonos en Valzania, el libro lo encontré en Savona, esa bella ciudad del Levante italiano a la que he regresado varias veces y nunca me defrauda. Ese día llovía, el tiempo era desapacible y me tropecé con una inmensa librería en la que más por interés, simplemente curioseaba “a ver si escampaba” y me encontré un par de libritos y otro genérico que era un tocho de gran calibre que por motivos de peso tuve que dejar [Me recordaba al de ¿Lorenzo Díaz?, pero centrado en Italia].
Cualquier que tenga como horizonte formarse para ser profesional de la radio podría interiorizar las ideas de esta autoridad radiofónica, aunque cada vez esté más de moda “tirarlo todo” para comenzar de nuevo. Así nos va. Me tomo la libertad de copiar, tal cual, unas líneas de la contraportada, siempre con la esperanza de que todos la puedan “desmenuzar” desde cualquier rincón del mundo a donde llegue este nuevo capítulo de La Radio en la literatura.
“La radio è un essere vivo, che si sviluppa nella tensione fra chi la fa e chi l’ascolta, in uno sforzo costante di comunicazione. Nella percesione da un lato che ci sia qualcosa da dire, non necessariamente in forma de discorso, e dall’altro che valga la pena di escoltarlo. Fare radio è anche un atto d’amorre, o almeno dovrebbe esserlo”.
Desde ¿Qué cosa es la radio?, a la conclusión, tenemos catorce entregas, densas, fáciles de leer y, sobre todo, bien escritas y mejor engarzadas. Toda una lección que deja realmente muy lejos a los autores modernos de copiar/pegar/copiar y, encima, cometiendo errores garrafales y asignando profesiones a la gente. Gracias a Luis Segarra Moreno tuve conocimiento de que “yo había trabajado en Radio Liberty” y todavía no había llegado a Barcelona. ¿Podemos ser tan estólidos? Pues, sí amigos, las hay verdaderamente estólidas y, encima, se molestan. La necedad tiene un precio y hoy en día no es fácil guardar nada si en algún momento de tu vida te acercaste a la red. Unas, porque sin saberlo “van cayendo” referencias, y otras, porque escritas en un momento y con una intención, pasado el tiempo, han quedado en ideas superadas.
Dejé los “tochos” de novelas [Fort, Jiménez Losantos, Prada, Rolo Díez, Sánchez, Zepeda] aparcados y de dos tacadas devoré este libro de radio que me sorprendió y me devolvió a mis mejores años de Barcelona [donde me pasé un tercio de mi vida]. En definitiva, es un libro de la teoría de la radio e intrínsicamente también de nuestro cotidiano vivir. Que te atrapa y te sumerge en un mundo que, inevitablemente, fue mejor que el páramo radial de nuestro momento global del siglo XXI donde, parece, que la gran cantidad de “ingenios y tecnologías” ya nos han robado hasta el pensamiento; porque lo que quieren llamar “la radio a la carta” no es ni más ni menos que escuchar lo que a uno le gusta, las veces que le guste y sólo con un clic ¿eso es realmente radio o estamos hablando del antaño enlatado que tanto nos molestaba por su frialdad?
La verdad: lo único que se me ocurre es pensar en que, finalmente, la masa ha sido aislada en su bola de cristal y, fragmentadas las audiencias, han acabado hundiendo a un medio que sigue siendo actual si se sabe sacar partido aunque, lógico reconocerlo, ya no se parecen en nada los programas que recordamos y los estólidos que nos gobiernan –y no se salva nadie, desde el más bajo de los niveles de nuestra actual configuración política- que no cejan en su empeño de aislarnos para someternos con gran facilidad y embrutecer a la sociedad con el más absoluto cretinismo.
¡Gracias Sergio Valzania por devolvernos a aquella fabulosa y vibrante etapa radial con estas reflexiones! Es cierto que las teorías suelen ser áridas, en este caso resulta sumamente agradable ir devorando, capítulo a capítulo, lo que nos da a entender que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Los que pasan de la teoría, es evidente que nada van a encontrar de utilidad.
JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@yahoo.es