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Inventos e inventores
HISTORIA DE LOS INVENTOS
Fuente: Revista "Sucesos"
El vapor - 1ª parte
Introducción
l vapor fue una nueva conquista humana que hizo posible la Revolución industrial. En el siglo XVIII comenzaba en Inglaterra una profunda transformación económica, conocida como la "revolución industrial", cambio que en la centuria siguiente se haría extensivo a gran parte del mundo occidental, dando una nueva fisonomía a la cultura.
Fue el principio del fin de la mano de obra artesanal y el comienzo de la era industrial que vino a ser anunciada por la aparición de las primeras máquinas modernas, como la de hilar algodón, inventada por Hargreaves en 1767, o el telar de Arkwright, patentado en 1769. Como estas nuevas máquinas eran de grandes proporciones y elevado costo, hubo necesidad de invertir enormes capitales y levantar edificios especiales en los que trabajaban muchos operarios.
EL VAPOR.-
En las ilustraciones se muestra la máquina de doble
efecto donde Watt perfeccionó su invento; y la máquina
de Papin, en que caldera, motor y condensador forman una sola
unidad. El fuego calienta el agua y el vapor mueve el pistón
Nacieron así la fábrica y los obreros. Pero no todos los elementos estaban dados para el surgimiento de una industria en gran escala, pues faltaba lo esencial: la energía. Las primeras máquinas habían sido ideadas para ser movidas por la fuerza hidráulica, pero ésta no bastaba: era menester buscar otra fuerza motriz que no dependiese del tiempo ni del terreno. Finalmente fue encontrada en el vapor, cuyo poder, sin embargo, era conocido desde hacía mucho tiempo.
En busca de una nueva fuerza motriz
La primera referencia a la aplicación del vapor aparece ya en plena Edad Media. Se dice que el matemático Gerbert de Reims, quien se convertiría más tarde en el Papa Silvestre II, habría inventado hacia el año 975 un órgano en el que el aire de los tubos era comprimido por la fuerza del vapor. Sin embargo, se cree que esta información es puramente legendaria.
El primer instrumento de vapor del cual hay constancia histórica es el que describe una patente de 1663, concedida al marqués de Worcester, aunque no se trataba de una verdadera máquina, sino más bien de una bomba de vapor que habría de servir para satisfacer la necesidad apremiante de un medio mecánico para desaguar las minas.
PAPIN. Constructor de las
primeras calderas y máquinas de vapor. Era médico, pero no
ejerció
El paso siguiente en la conquista del vapor lo dio el notable inventor francés Denis Papin, quien hacia 1680 concibió su famosa marmita de presión proyectada para extraer cola de los huesos. Así, Papin, fuera de su aporte científico, debe ser considerado también como el precursor de la moderna y práctica olla a presión, que tanto facilita las pesadas labores de las dueñas de casa.
Pero el ingenioso inventor no se quedó sólo en esto y en 1687 diseñó una máquina de vapor que llevó a la práctica veinte años después, durante su permanencia en Cassel, Alemania. Allí construyó una pequeña embarcación con rueda de paletas, movida por una máquina de este tipo, en la que intentó hacer un viaje desde aquella ciudad hasta Londres. Infortunadamente, su barca atrajo la envidia y la ira del gremio de bateleros del río Cassel, los que, durante la noche del 25 de septiembre de 1707, hicieron que Papin fuera arrestado y destruyeron su barco, el cual era lo suficientemente grande como para transportar dos toneladas de carga. Papin murió poco después en Londres, sin haber podido reconstruir su embarcación, pero sus ideas sobre las máquinas de vapor quedaron registradas en un libro y sirvieron para que posteriormente Newcomen, el constructor de la primera auténtica máquina de vapor, se inspirara fundamentalmente en ellas.
En su tratado, Papin proponía "Un nuevo método para obtener a bajo precio fuerzas motrices considerables" y daba las siguientes instrucciones : "Tomad un cilindro que contenga agua y esté cerrado por un pistón. Calentado, el vapor levanta el pistón. Dejad que se enfríe y el vapor se vuelve a convertir en agua. Entonces, por efecto de la presión atmosférica, el pistón vuelve a bajar. Seguir alternando estas dos operaciones de calentar y dejar enfriar y el pistón se moverá indefectiblemente".