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El Hombre y la Tierra
Las relaciones vitales Hombre-Tierra analizadas desde un punto de vista crítico
DEMOGRAFÍA
La presión demográfica - 4ª parte
La velocidad de cambio de la población (continuación)
a consecuencia inmediata del aumento de población urbana, es la ocupación de cada vez mayor terreno fértil y cultivable para establecerse y levantar construcciones.
En los países menos desarrollados se añaden nuevas consecuencias a la presión demográfica, resultado de inadecuados o inexistentes sistemas de recogida de residuos sólidos, que terminan formando parte del ambiente humano, generalmente consistentes en entornos de extrema pobreza, viviendas infrahumanas y escasa o nula defensa de la higiene y sanidad colectiva.
Las personas que viven en estas degradantes condiciones sufren además las dificultades de conseguir trabajos estables o mínimamente remunerados, y se ven abocados a malvivir comerciando con los desechos reaprovechables de las sociedades más desarrolladas, como el papel, metales, etc.; estas personas son el eslabón más bajo de la cadena del desarrollo y la civilización.
La consecuencia inmediata del aumento de población urbana, es la ocupación de cada vez mayor terreno fértil y cultivable para establecerse y levantar construcciones
Muchos países subdesarrollados mantienen situaciones de crisis económicas casi permanentes, y en algunos otros se manifiestan recesiones que agravan notablemente las ya existentes. En estas condiciones, se pierden empleos o se tornan precarios los que se mantienen; las fábricas producen en condiciones desfavorables y su cuenta de resultados afectará inevitablemente al propio empleo, el bienestar de los trabajadores, el salario o su propio futuro, generando inestabilidad y desconfianza; las personas desempleadas se verán obligadas a desplazarse a las ciudades para buscar allí una salida para sí y sus familias, incrementando la masificación y el ritmo de crecimiento poblacional que ya se comentó anteriormente. Finalmente, el rápido crecimiento demográfico consecuencia de estas causas, sólo agravará el problema de la densidad de población que sufren las grandes ciudades.
Capacidad de resistencia del planeta
El concepto "capacidad de resistencia" se aplica a los límites de presión que los humanos podemos infligir al planeta, en lo que se refiere a recursos esenciales para la población y la capacidad del planeta para asimilar los residuos, sin que que exista un deterioro futuro que sature e impida la vida sobre la Tierra.
El calentamiento global del planeta y el cambio climático, son efectos que dificultan una valoración de la capacidad de resistencia del planeta, pues sus manifestaciones podrían irrumpir durante un periodo de resistencia que fuese aparentemente estable
Medir la capacidad de resistencia del planeta se torna difícil, pues existen factores muy complejos que interactúan y se interrelacionan, impidiendo evaluar con objetividad si los hechos actuales tendrán consecuencias futuras. Un ejemplo por el cual no se puede determinar una evolución de manera fiable, es la manifestación del calentamiento global y el cambio climático, cuyos temibles efectos pueden irrumpir en medio de una capacidad de resistencia del planeta que fuese aparentemente estable.
El factor que puede afectar notablemente a la capacidad de resistencia del planeta y que resulta más preocupante, es el rápido aumento del consumo en algunos países, ejemplo de China, que evolucionan muy rápido hacia demandas típicas de las sociedades más occidentalizadas, tanto en tecnología como alimentación, y que podría suponer una presión desmedida sobre los recursos y superficies de cultivo mundiales.
La solución a un problema demográfico y de evolución social de esta naturaleza, requerirá actuar firmemente sobre variados parámetros correctores políticos y tecnológicos, tales como reducir las desigualdades, promover un menor consumo de energía, mejorar las técnicas en la producción agrícola, cambiar los hábitos de alimentación, modificar sensiblemente las formas de utilización de los recursos y reducir el impacto de los residuos, pero sobre todo, conseguir que los índices de densidad de población se mantengan en niveles asumibles para la capacidad de resistencia del planeta, que simplificarían notablemente los demás problemas inherentes a la presión demográfica.
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