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El Hombre y la Tierra
Las relaciones vitales Hombre-Tierra analizadas desde un punto de vista crítico
CONTAMINACIÓN
Contaminación de la atmósfera
n plena revolución industrial la emisión de gases contaminantes a la atmósfera se realizaba sin ningún tipo de control, y las ciudades industriales se nublaban de hollín; hoy en día la contaminación atmosférica se encuentra en un mínimo, y los efectos sobre la salud no son tan notables. Pero esta mejoría puede ser transitoria debido a los patrones de consumo del hombre moderno.
El automóvil, orgullo del hombre moderno
La quema de combustibles fósiles crece conforme a las demandas de energía de la sociedad, que aumentan progresivamente. La generación de electricidad supone la combustión de carbón, y el orgullo del hombre moderno, "el automóvil", es el responsable del smog de las ciudades y de la contaminación permanente del aire.
El automóvil es el responsable del smog de las ciudades y de la contaminación permanente del aire
La incidencia de la contaminación sobre los seres vivos
Otras formas de contaminación que tienen su origen en el sector industrial y la agricultura son especialmente dañinas para los seres vivos. Las industrias químicas emiten a la atmósfera variadas sustancias, algunas muy tóxicas como el mercurio o el plomo. Los seres vivos, al respirar el aire cargado de suciedad y veneno, se enfrentan a enfermedades; cuando penetra en los pulmones humanos reduce su capacidad inmunológica.
En el sector industrial se encuentra una de las fuentes contaminantes de la atmósfera
La sociedad tiene una cuenta que saldar
La sociedad debe reconocer que existe una cuenta que pagar, y la única forma de saldarla es mediante la ordenada disminución de la contaminación atmosférica. No tenerlo en cuenta significará que continuará creciendo, acumulando productos que en algún momento llegarán a ser letales.
Un medio ambiente saludable es un bien social al que el ser humano no debe renunciar
Un medio ambiente saludable, aguas y aire limpios, suelos no contaminados y ciudades libres de atmósferas dañinas, son bienes sociales y públicos irrenunciables, que deben suministrarse o exigirse. En nuestros tiempos, más que nunca, los humanos debemos reconocer la necesidad de ver nuestro ambiente ecológico como algo primordial; debemos asumir que nuestra civilización no mejorará, más bien declinará o desaparecerá, si no incluimos la calidad del medio ambiente en nuestro presupuesto. Si no se actúa, dentro de unas décadas volveremos la vista atrás y descubriremos con terror que nos hemos demorado demasiado.