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Historia y Arte
PREHISTORIA
El Paleolítico - 5ª parte
Las técnicas de habitación y el fuego
arece claro que el fuego fue utilizado por el hombre desde el Paleolítico Inferior, pero se desconoce desde qué momento lo dominó. Del pavor que embargaría a ese ser, oculto ante el trueno y su poderosa manifestación en forma de rayo, se pasaría a otra fase de búsqueda de tímido conocimiento y aprovechamiento de esa energía.
Inicialmente, debió tomar el fuego de los incendios que producían los rayos de las tormentas y durante mucho tiempo se limitaría a mantener encendido el fuego conseguido de ese modo.
Los fuegos naturales debieron ser ya un
recurso utilizado
por el hombre que habitó durante el Paleolítico Inferior
Descubrir cualquiera de los sistemas mediante los cuales podía producirse una llama pudo ser fruto de la casualidad (como la chispa que se produce al golpear el sílex del que obtenía sus útiles) o de la experiencia (el calentamiento por rozamiento o frotación) pero, en cualquier caso, el llegar a dominar esas técnicas y, sobre todo, su difusión debió ser tarea de cientos o miles de años.
El fuego fue utilizado inicialmente para calentarse, para iluminar y para ahuyentar a las fieras de las cuevas o de los lugares de residencia. Su uso para asar la carne de la caza fue posterior y las técnicas de cocinado no se desarrollaron hasta el Neolítico.
Con respecto a las formas de habitación a lo largo del Paleolítico se utilizaron tanto refugios naturales (abrigos de roca y cuevas) como cabañas o chozas fabricadas por los hombres. Estas cabañas fueron generalmente de planta circular u oval, y los materiales empleados ramas y troncos, cubiertos, a veces, por tierras arcillosas. En las zonas donde la vegetación arbórea no era abundante se llegaron a construir chozas de barro y, en Siberia, una especie de tiendas de campaña con pieles de animales que permitían montar y desmontar los campamentos con mayor rapidez y así perseguir mejor a los renos que constantemente cambiaban de lugar en busca de pastos. En algunos casos se llegaron a construir cabañas dentro de las propias cuevas.
Como formas de habitación, a lo largo del
Paleolítico
se utilizaron indistintamente espacios construidos por los
hombres y refugios naturales, como las cuevas de roca
Todas estas construcciones tienen como características comunes no distinguir muros y tejado (eso es lo que diferencia una choza de una casa), adecuarse al medio en lo que se refiere a materiales de construcción y ser obras sencillas que se acomodan a una vida nómada, por ser fáciles de construir o de transportar.
La construcción de cabañas no fue una práctica constante, ni de todos los pueblos del Paleolítico. Su uso, desde luego, estuvo muy unido a los distintos cambios de clima que se produjeron a lo largo del periodo y, siempre que fue posible, el modo de vida habitual se desarrollaba al aire libre o ligeramente protegidos de los vientos por cualquier roca o accidente del terreno.