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Historia y Arte
LA EUROPA DEL BARROCO
Mentalidad y pensamiento - 1ª parte
Introducción
esulta difícil determinar cuál fue la mentalidad de los hombres del Barroco, porque el siglo XVIII fue un periodo rico en planteamientos culturales, en posturas religiosas y sobre todo en teorías filosóficas.
Pero, además se puede hablar de diferentes mentalidades, en función de los grupos políticos, sociales o religiosos. Así, no sería igual la mentalidad propugnada por las monarquías absolutistas (Francia), que por los partidarios de concepciones políticas parlamentarias (Inglaterra) o republicanas (Holanda); también hubo grandes diferencias entre las formas de entender la vida las clases populares o los intelectuales y, desde luego, la óptica católica y la protestante difirieron notablemente en casi todos sus planteamientos.
Cada país tuvo su propia cultura sujeta a condicionantes políticos, económicos, sociales y religiosos y, aun dentro de cada país, se gestaron mentalidades diferentes en función de esos mismos condicionantes.
Absolutismo y parlamentarismo
Las dos formas políticas predominantes en el siglo XVII fueron el fruto y la causa de mentalidades diferentes.
Como punto de partida conviene señalar que el absolutismo se manifestó vinculado al catolicismo (uno de los teóricos defensores del absolutismo fue el obispo francés Bossuet), mientras que el parlamentarismo lo estuvo al protestantismo. Téngase en cuenta que la Iglesia católica había apoyado siempre la idea de la unidad de un imperio cristiano y que, por el contrario, la Iglesia protestante había nacido como una crítica individual al poder de Roma.
Los católicos respondieron más a la concepción colectiva que suponía aceptar más fácilmente un poder absoluto y centralizado, mientras que los protestantes, desde su individualismo, optaron por modelos políticos más participativos y controlados.
Estas diferencias se plasmaron en la mentalidad colectiva, de manera muy gráfica, pues mientras el pueblo francés consideraba a Luis XIV como a un dios (se arrodillaban a su paso) capaz de hacer milagros, los ingleses se atrevieron, y la osadía fue grande para la época, a enfrentarse a su monarca Carlos I, hasta llegar a ejecutarlo. Estas dos posturas tan radicalmente diferentes suponían mentalidades casi opuestas que condicionaron muchos aspectos de la vida económica, social e incluso religiosa.
Luís XIV inaugurando la Academia de las
Ciencias y el Observatorio, acompañado por Colbert
Así, el desarrollo de las clases burguesas fue notablemente superior en los países que optaron por fórmulas parlamentarias (Inglaterra, Holanda), puesto que el ascenso social de este nuevo grupo no era más que la aceptación de una valía personal con independencia del origen de nacimiento de cada individuo. Las fórmulas parlamentarias significaban la superación del Antiguo Régimen y eso era, en definitiva, la superación de la mentalidad que sustentaba el sistema estamental.