Historia y Arte
LAS CIVILIZACIONES FLUVIALES
Mesopotamia - 3ª parte
Economía y sociedad (continuación)
esde el punto de vista social, en las ciudades, el ejercicio del poder, la propiedad privada y la división del trabajo habían separado en diferentes clases a sus habitantes.
Desde antes del año 3000 a. de C. ya había dos grupos claramente diferenciados: los hombres libres y los esclavos. Al principio eran sólo mujeres y niños los individuos considerados esclavos, pero con el tiempo pasaron a formar parte de este grupo los prisioneros de guerra o los hombres libres que no habían podido pagar sus deudas. De todos modos, en Mesopotamia, nunca fueron un grupo maltratado, ya que incluso se les permitió ser propietarios de ciertos bienes.
Al mando de la ciudad estaba un señor que recibía el nombre de En. El En vivía en el templo y, junto con los sacerdotes, administraba los bienes de la ciudad. En una primera época, el templo y la casta sacerdotal tuvieron una gran influencia. El templo era el edificio más importante de la ciudad, y con frecuencia sus graneros eran el centro económico de la vida urbana. El En tenía funciones religiosas muy concretas que se fueron perdiendo cuando apareció el título de Ensi, una especie de gobernador que, cuando actuaba como jefe militar, recibía también el título de Lugal (rey).
Desde mediados del tercer milenio a. de C. (hacia el 2500 a. de C.), la casta sacerdotal y el templo perdieron gran parte de su poder, en favor de los Lugal (reyes militares) y del Palacio como nuevo centro de poder. Al tiempo, la idea del antiguo En como jefe político y religioso se fue perdiendo, hasta que, hacia el 2.350 a. de C., Sargón I (rey acadio que conquistó Sumer) unió en su persona el jefe militar y religioso, al hacer que se le rindiera culto como a un dios. Esa situación de hacer coincidir los dos poderes en la figura del soberano la continuaron los descendientes de Sargón I, hasta que fueron destituidos a finales del tercer milenio a. de C.
El poder de los templos fue decreciendo, pero la casta sacerdotal siempre fue un grupo importante, cuyos miembros procedían de las familias más poderosas. Junto a los sacerdotes estaban los escribas, que ocupaban un cargo destacado, al ser quienes fijaban en documentos el estado de cuentas de los templos.
Desde comienzos del segundo milenio a. de C., los sacerdotes fueron, con frecuencia, nombrados por los reyes y los templos se vieron obligados a pagar ciertos tributos al palacio.
Desde época muy temprana, debió existir una clase privilegiada, de carácter económico, que poco a poco, se transformó en una especie de aristocracia. Hacia el 1700 a. de C., el Código de Hammurabi habla de tres clases sociales, los awilum o patricios, los mushkenum o ciudadanos libres asalariados y los wardum o esclavos.
En la estructuración social fue determinante la posesión de la tierra. Parece lógico, en un país cuya principal fuente de riqueza era la producida por la tierra, que la posesión de la misma fuera lo que determinara la categoría social. Así los reyes, desde finales del tercer milenio a. de C., eran grandes terratenientes que llegaron a financiar con sus propios recursos algunas campañas militares. Los templos también fundamentaron su prestigio en la posesión de tierras y los mercaderes enriquecidos invertían sus ganancias en la compra de terrenos.