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Historia (continuación)

a dureza de la represión contra el UNFP, que había provocado en 1963 el exilio de Ben Barka en París, se agudizó aún más tras los disturbios de Casablanca de 1965, que dejaron un saldo de más de 100 muertos y cerca de 600 detenidos. El rey Hasán II proclamó el estado de excepción, gracias al cual asumió todos los poderes, al mismo tiempo que en París estallaba el «affaire Ben Barka», a raíz del rapto y asesinato del líder político.

El país no recobraría su pulso normal hasta después de cuatro años, con la celebración de elecciones municipales. Después de superar varios intentos de golpe de Estado, en 1975 el monarca alauita planeó la «Marcha Verde» en la que participaron 350 000 marroquíes desarmados, decididos a penetrar en el Sahara Occidental y forzar así a España a abandonar el territorio. Unas semanas más tarde se firmaban los Acuerdos de Madrid, por los que el ex Sahara español fue repartido entre Marruecos y Mauritania. Desde 1976, Marruecos ha sostenido una guerra con el frente Polisario (Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro), que no acepta la adhesión de su territorio a Marruecos. El plan de regulación global de las Naciones Unidas, centrado en un referéndum de autodeterminación de la zona, ha provocado un fuerte rechazo entre la opinión pública del país, que lo ha criticado como un ataque contra la soberanía de Marruecos.

En mayo de 1994 Hassan II nombró a Abdelatif Filali nuevo primer ministro, aunque no hubo cambios en el gabinete ministerial. En noviembre del mismo año en la Conferencia Económica sobre el Próximo Oriente y África del Norte, celebrada en Casablanca, se sentaron las bases de un mercado común de Turquía a Marruecos. Sobre este bloque económico y comercial Marruecos pretende apoyar su política moderada, basada en el desarrollo económico, frente a la radicalización islamista que padecen sus vecinos. En este mismo sentido de la moderación cabe entender el inicio de los contactos, en 1994, para el establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel.

Instituciones

Desde 1962 el país está regido por una monarquía constitucional, y su ley fundamental, que ha sido modificada varias veces por referéndum, lo define como un Estado soberano y musulmán. El rey, figura sagrada, posee vastos poderes: nombra al primer ministro y al gobierno, tiene facultades para disolver la Cámara, dirige la política exterior, controla la economía y la cultura, y es comandante en jefe de las fuerzas armadas.

Según la Constitución de 1970, el poder legislativo corresponde al parlamento compuesto por 306 miembros, elegidos por sufragio universal directo para un período de seis años. En 1992 se modificaron por referéndum ciertos aspectos constitucionales, con el fin de iniciar una apertura democrática. Existen varios partidos políticos, entre los más destacados figuran el Istiqlal (Partido de la Independencia), el Movimiento Popular y la Unión Nacional de Fuerzas Populares. Actualmente reina el sucesor de Hassan II, Mohamed VI.

Arte y literatura

Durante largos siglos el país gozó de un elevado prestigio literario y sus escuelas ocuparon los primeros puestos del mundo musulmán. En el período de la España islámica, Marruecos participó de las corrientes artísticas, literarias y filosóficas hispanomusulmanas.

El gran filósofo del período almohade, el cordobés Averroes, gran conocedor del pensamiento griego e introductor del aristotelismo en el mundo árabe, después de que sus libros fueran arrojados a la hoguera en Córdoba, ejerció un cargo en la corte de Marrakech. Posteriormente, la intransigencia religiosa destruyó todo lo que no fuera el estudio de los libros sagrados, lo que tuvo serias repercusiones para la vida intelectual, limitándose la creación literaria a la poesía.

En la segunda mitad del s. XX han destacado algunos narradores y ensayistas, muchos de ellos publicados en Francia, entre los que sobresale Mohamed Chukri, autor de ensayos y cuentos, conocido en Occidente principalmente por su obra El pan desnudo.

La mezquita más grande del mundo, situada en la ciudad de Casablanca

La fase prehistórica presenta en Marruecos un interés arqueológico notable, pero carece de importancia a nivel artístico. Durante la dominación romana el territorio se convirtió en un importante centro comercial, como testimonia la riqueza de las ciudades fundadas en el período: Tingis (Tánger), Lixus y especialmente Volubilis. Pero no fue hasta la llegada del Islam cuando el país adquirió su personalidad artística.

La arquitectura alcanzó gran esplendor en la época almohade, cuyo arte se caracterizapor los edificios monumentales, austeros y sencillos. Los minaretes de Kutubiya en Marrakech y de Hasán en Rabat son dos perfectas muestras del arte musulmán occidental. Las mezquitas, esbeltas y austeras en su decoración exterior, presentan en su interior una serie de naves en torno a un gran patio central donde está la fuente de las abluciones. Las puertas de la medina de Marrakech y las de Mequinez son también monumentos notables por su ornamentación y grandiosidad. Las mezquitas de al-Qarawiyyiny de los andalusíes, en Fez, fueron edificadas por los deportados de Kairuán y Córdoba.

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