Hay que tener cuidado al elegir a los enemigos
porque uno termina pareciéndose a ellos.
Que otros se jacten de las páginas que han
escrito; a mi me enorgullecen las que he leído.
La duda es uno de los nombres de la
inteligencia.
Quienes dicen que el arte no debe propagar
doctrinas suelen referirse a doctrinas contrarias a
las suyas.
Felices los valientes, los que aceptan con ánimo
parejo la derrota o las palmas.
Hay derrotas que tienen más dignidad que la
victoria.
El verbo leer, como el verbo amar y el verbo
soñar, no soporta 'el modo imperativo'.
He sospechado alguna vez que la única cosa sin
misterio es la felicidad, porque se justifica por sí
sola.
Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por
lo que ha leído.
Yo creo que es mejor pensar que Dios no acepta
sobornos.
Hay comunistas que sostienen que ser
anticomunista es ser fascista. Esto es tan
incomprensible como decir que no ser católico es ser
mormón.
Estoy solo y no hay nadie en el espejo.
Las tiranías fomentan la estupidez.
¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea
de muerte? Lo interesante, lo original, sería que
alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.
Sólo aquello que se ha ido es lo que nos
pertenece.
Para el argentino, la amistad es una pasión y la
policía una mafia.
Me gustaría ser valiente. Mi dentista asegura
que no lo soy.
El tema de la envidia es muy español. Los
españoles siempre están pensando en la envidia. Para
decir que algo es bueno dicen: "Es envidiable".
La Universidad debiera insistirnos en lo antiguo
y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo
contemporáneo, la Universidad es inútil, porque está
ampliando una función que ya cumple la prensa.
No eres ambicioso: te contentas con ser feliz.
Que cada hombre construya su propia catedral.
¿Para qué vivir de obras de arte ajenas y antiguas?
Dicen que soy un gran escritor. Agradezco esa
curiosa opinión, pero no la comparto. El día de
mañana, algunos lúcidos la refutarán fácilmente y me
tildarán de impostor o chapucero o de ambas cosas a
la vez.