Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el
corazón y larga la mano.
Elige un trabajo que te guste y no tendrás que
trabajar ni un día de tu vida.
Donde hay educación no hay distinción de clases.
Por muy lejos que el espíritu vaya, nunca irá
más lejos que el corazón.
El silencio es el único amigo que jamás
traiciona.
Es más fácil apoderarse del comandante en jefe
de un ejército que despojar a un miserable de su
libertad.
Me lo contaron y lo olvidé; lo vi y lo entendí;
lo hice y lo aprendí.
Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende
el nuevo, puede considerarse un maestro.
No pretendas apagar con fuego un incendio, ni
remediar con agua una inundación.
El hombre que ha cometido un error y no lo
corrige comete otro error mayor.
Estudia el pasado si quieres pronosticar el
futuro.
Algún dinero evita preocupaciones; mucho, las
atrae.
Una voz fuerte no puede competir con una voz
clara, aunque ésta sea un simple murmullo.
Aprender sin reflexionar es malgastar la
energía.
Sólo los sabios más excelentes, y los necios más
acabados, son incomprensibles.
Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo
en la adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero
el hombre virtuoso descansa en la virtud, y el
hombre sabio la ambiciona.
Si no estamos en paz con nosotros mismos, no
podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.
Lo que no quieras que los otros te hagan a ti,
no lo hagas a los otros.
Es posible conseguir algo luego de tres horas de
pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con
apenas tres palabras impregnadas de afecto.
Se puede quitar a un general su ejército, pero
no a un hombre su voluntad.
Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un
hombre virtuoso.
La ignorancia es la noche de la mente: pero una
noche sin luna y sin estrellas.
Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin
aprender, peligroso.