Aquel que gobierna por medio de su excelencia
moral puede compararse a la estrella polar, que
permanece en su sitio en tanto todas las demás
estrellas se inclinan ante ella.
Los hombres se distinguen menos por sus
cualidades naturales que por la cultura que ellos
mismos se proporcionan. Los únicos que no cambian
son los sabios de primer orden y los completamente
idiotas.
Yo no procuro conocer las preguntas; procuro
conocer las respuestas.
Antes de empezar un viaje de venganza cava dos
tumbas.
El lenguaje artificioso y la conducta aduladora
rara vez acompañan a la virtud.
El hombre superior es persistente en el camino
cierto y no sólo persistente.
Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar
a los hombres.
La virtud no habita en la soledad: debe tener
vecinos.
Los cautos rara vez se equivocan.
Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es
el hombre que ama lo justo.
El que conoce la verdad no es igual al que la
ama.
Un erudito que no sea serio no inspirará
respeto, y su sabiduría, por lo tanto, carecerá de
estabilidad.
No hay cosa más fría que un consejo cuya
aplicación sea imposible.
Quien gobierna a un pueblo dando buen ejemplo se
parece a la estrella polar, que permanece inmutable
mientras los astros dan vueltas a su alrededor.
Gobernar es rectificar.
Trabaja en impedir delitos para no necesitar
castigos.
Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los
demás. Así te ahorrarás disgustos.
Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo
haces entonces estás peor que antes.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se
sabe lo que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
Una casa será fuerte e indestructible cuando
esté sostenida por estas cuatro columnas: padre
valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano
complaciente.
¿Me preguntas por qué compro arroz y flores?
Compro arroz para vivir y flores para tener algo por
lo que vivir.
Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden
verla.
Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan
como huéspedes y se quedan como amos.