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Física
ENERGÍA MECÁNICA Y TRABAJO
Conservación y disipación de la energía mecánica - 2ª parte
Conservación de la energía mecánica
uando se consideran únicamente transformaciones de tipo
mecánico, es decir, cambios de posición y cambios de velocidad, las relaciones
entre trabajo y energía se convierten de hecho en ecuaciones de conservación, de
modo que si un cuerpo no cede ni toma energía mecánica mediante la realización
de trabajo, la suma de la energía cinética y de la energía potencial habrá de
mantenerse constante. Eso es lo que también se deduce de la ecuación (6.16). En
efecto, si
La conservación de la energía y el trabajo por rozamiento
La presencia de fuerzas de rozamiento impide la aplicación de la conservación de la energía mecánica, dado que en tales condiciones esta forma de energía disminuye durante el movimiento. No obstante, es posible recurrir a un principio más general, cual es el de la conservación de la energía total, pues aunque la energía mecánica se pierda como tal por efecto del rozamiento, no se destruye, sino que se invierte precisamente en realizar un trabajo en contra de esas fuerzas de fricción.Expresando el anterior razonamiento en forma matemática, para dos estados inicial y final cualesquiera del cuerpo en movimiento, se tiene la siguiente expresión:
Aceptando la simplificación consistente en suponer constantes las fuerzas de rozamiento, es posible expresar Wroz de acuerdo con la definición de trabajo en la forma:
Wroz = Froz · s
siendo s el desplazamiento o longitud recorrida por el cuerpo entre las posiciones inicial y final.La ecuación de conservación de la energía permite entonces calcular la fuerza de rozamiento Froz, supuesta constante, sin más que despejarla de ella:
Froz = [(Eci + Epi) - (Ecf + Epf)]/s
Así, pues, mediante procedimientos energéticos es posible calcular la energía mecánica perdida por el cuerpo; dividiendo por el desplazamiento, se tiene una estimación de la fuerza de rozamiento supuesta constante.