Mitos y Leyendas - Mitología greco-latina: Dioses olímpicos: Hermes/Mercurio - 2ª parte
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Mitos y Leyendas

MITOLOGÍA GRECO-LATINA

Dioses olímpicos: Hermes/Mercurio - 2ª parte


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Naturaleza y hechos de Hermes (continuación)

oco dispuesto a creer que su hijo recién nacido era ladrón, Zeus le instó a que se declarase inocente, pero Apolo no estaba dispuesto a ceder y al final Hermes flaqueó y confesó, indicando a Apolo que le devolvería su rebaño, el cual dijo guardar como sacrificio a los dioses.

Los dos dioses volvieron al monte Cilene. donde Hermes saludó a su madre y recuperó algo que había dejado oculto bajo una piel de oveja. Apolo le preguntó qué era y Hermes le mostró la lira de concha de tortuga recién inventada por él, y utilizando el plectro, que también había inventado, tocó con ella una tonada tan arrebatadora, al mismo tiempo que cantaba en elogio de la nobleza, la inteligencia y la generosidad de Apolo, que éste le perdonó inmediatamente.

Hermes condujo al sorprendido y complacido Apolo a Pilos, tocando durante todo el camino, y allí le entregó lo que quedaba del ganado --pues dos animales ya los había sacrificado para alimentarse-- y que había ocultado en una caverna.

—¡Hagamos un trato! —exclamó Apolo—. Tú te quedas con las vacas y yo con la lira.

Hermes aceptó y se estrecharon las manos. Y mientras las vacas hambrientas pacían, Hermes cortó unas cañas, hizo con ellas una zampoña y tocó otra tonada. Apolo, complacido de nuevo, propuso:

—Hagamos otro trato. Si me das esa zampoña yo te daré este cayado de oro con el que reúno mi ganado, y en el futuro serás el dios de todos los vaqueros y pastores.

Hermes respondió que su zampoña valía más que el cayado, pero que aceptaría si le enseñaba el augurio. Apolo argumentó que no podía hacer eso, pero que si visitaba a sus viejas nodrizas, las Trías que vivían en el Parnaso, les enseñaría a adivinar por medio de guijarros.

Volvieron a estrecharse las manos y Apolo llevó al niño nuevamente al Olimpo y le refirió a Zeus todo lo que había sucedido. Zeus advirtió a Hermes que en adelante debía respetar los derechos de propiedad y abstenerse de decir mentiras completas, pero no pudo por menos de sentirse divertido.

Hermes pidió a su padre que le hiciera responsable de la seguridad de toda la propiedad divina y nunca más diría mentiras, aunque no pudo prometer que diría siempre toda la verdad. Zeus expresó que no le exigiría tanto, pero que sus deberes incluiríán la conclusión de tratados, la promoción del comercio
y el mantenimiento de la libertad de tránsito de los viajeros por todos los caminos del mundo.

Cuando Hermes aceptó esas condiciones, Zeus le dio un báculo de heraldo con cintas blancas que todos debían respetar, un sombrero redondo para que se resguardara de la lluvia y sandalias de oro aladas que lo llevaban de un lado a otro con la rapidez del viento. Fue recibido inmediatamente en la familia olímpica, a la que enseñó el arte de hacer fuego haciendo girar rápidamente una varilla.

Luego las Trías enseñaron a Hermes a predecir el futuro mediante la danza de guijarros en una vasija de agua; él mismo inventó el juego de la taba y el arte de adivinar por medio de ella. Hades le tomó también como su heraldo, para llamar a los moribundos con suavidad y elocuencia, poniendo el báculo de oro sobre sus ojos.

Más tarde Hermes ayudó a las tres Parcas a componer el Alfabeto, inventó la astronomía, la escala musical, las artes del pugilato y la gimnasia, los pesos y medidas (que algunos atribuyen a Palamedes) y el cultivo del olivo

Hermes tuvo numerosos hijos, entre ellos Equión, el heraldo de los argonautas; Autólico, el ladrón; y Dafnis, el inventor de la poesía bucólica. Este Dafnis era un bello joven siciliano al que su madre, una ninfa, abandonó en un bosquecillo de laureles de la Montaña de Hera; de aquí el nombre que le dieron los pastores, sus padres adoptivos. Pan le enseñó a tocar la zampoña, Apolo le adoraba y solía cazar con Ártemis, a quien complacía su música. Prodigaba su cuidado de los numerosos rebaños de vacas, que eran de la misma raza que los de Helio.


Escultura hallada en Pompeya, datada del 100 a.C., que representa como Pan enseña a Dafnis a tocar la zampoña

Una ninfa llamada Momia hijo jurar a Dafnis que nunca le sería infiel bajo pena de quedar ciego, pero su rival, Quimera, se las ingenió para seducirle cuando estaba borracho y Momia le cegó en cumplimiento de su amenaza.

Dafnis se consoló durante un tiempo con tristes canciones acerca de la pérdida de la vista, pero no vivió mucho tiempo. Hermes lo convirtió en una piedra, que se ve todavía en la ciudad de Cefalenitano, e hizo que brotara una fuente llamada Dafnis en Siracusa, donde se ofrecen sacrificios anuales.

Fuentes: Robert Graves, Los Mitos Griegos; Isaac Asimov, Las palabras y los mitos; René Ménard, Mitología Greco-latina.

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