
Frases célebres
Michel de Montaigne - 1ª parte
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- La muerte no os concierne ni vivo ni muerto:
vivo, porque sois; muerto porque ya no sois.
- Incluso en el trono más alto, uno se sienta
sobre sus propias posaderas.
- Nunca se logra ningún beneficio sin perjudicar a
otro.
- Soledad: Un instante de plenitud.
- Los juegos infantiles no son tales juegos, sino
sus más serias actividades.
- Quien quisiera que el hombre no conociera el
dolor, evitaría al mismo tiempo el conocimiento del
placer y reduciría al mismo hombre a la nada.
- Cien veces al día burlamos nuestros propios
defectos censurándolos en los demás.
- La vida no es en sí ni un bien ni un mal, sino
el lugar del bien o del mal, según que el hombre
practique lo uno o lo otro.
- El oro puede hacer mucho, pero la belleza más.
- La belleza es una gran recomendación en el
comercio humano, y no hay nadie que sea tan bárbaro
o tan grosero que no se sienta herido por su
dulzura.
- La ciencia es un cetro en ciertas manos, al paso
que en otras tan solo es un palitroque.
- El bien público requiere que se traicione, que
se mienta y que se masacre.
- No hay cosa de la que tenga tanto miedo como del
miedo.
- Nada parece tan verdadero que no pueda parecer
falso.
- Cuidamos más que se hable de nosotros que de
como se hable.
- Las leyes mantienen su crédito no porque sean
justas, sino porque son leyes.
- De todos los beneficios que nos reporta la
virtud, uno de los más grandes es el desprecio a la
muerte.
- La palabra es mitad de quien la pronuncia, mitad
de quien la escucha.
- No existe el presente: Lo que así llamamos no es
otra cosa que el punto de unión del futuro con el
pasado.
- Mil rutas se apartan del fin elegido, pero hay
una que llega a él.
- Los libros son el mejor viático que he
encontrado para este humano viaje.
- Aunque pudiera hacerme temible, preferiría
hacerme amable.
- El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo.
- Rechazo toda violencia en la educación de un
alma tierna que se adiestra para el honor y la
libertad.
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