Cinematografía
EL CINE ESPAÑOL
Barcelona como motor
Fuente: Recursos educativos del Mº de Educación de España (Licencia Creative Commons)
uizás por su cercanía con Francia, Barcelona se convirtió, desde finales del siglo XIX, en el motor cinematográfico español. Sobre todo, porque en dicha ciudad se impulsó con gran interés y eficacia la producción de imágenes de actualidad, reportajes y películas de ficción que, poco a poco, fueron abasteciendo los salones y barracones que existían por todo el país.
No obstante, también destacaron en estos años los aragoneses Ignacio Coyne y Antonio de Paula Tramullas y el valenciano Antonio Cuesta, quien a partir de 1905 consolidó una empresa que se mantuvo al mismo nivel que las catalanas (El ciego de la aldea, 1906; La barrera número 13, 1912) y una serie de operadores en diversas provincias con desigual actividad.
… entre 1914 y 1918 se producen en España numerosos seriales, algunos de ellos con más de diez episodios? Fue una época en la que las salas de cine se vieron invadidas por producciones similares procedentes de países como Estados Unidos, Italia y Francia. El éxito de algunas favoreció la producción masiva que, a la hora de ser exhibidos los diferentes episodios, obligó a los empresarios a organizar de desigual manera la programación.
Fue Fructuoso Gelabert el que impresionó la que se considera como primera película española de ficción, Riña en un café (1897). Demostró su efectividad con la obtención de "vistas" y "panorámicas" de Barcelona y sus alrededores, aunque durante un tiempo siguió, como todos los pioneros, los modelos franceses de "salidas de..." y abundantes procesiones religiosas. También sorprendió el trabajo del turolense Segundo de Chomón, quien se vio obligado a deambular por aquellas ciudades en las que comprendieron y arroparon con mayor interés sus aportaciones —Turín, París...-. Maestro en el uso de maquetas y todo tipo de efectos, incansable a la hora de encontrar recursos visuales —la doble impresión, el paso de manivela, etc.- y de color, que dieran más efectismo a sus historias, obtuvo interesantes resultados en Choque de trenes (1902), Eclipse de sol (1905) y en El hotel eléctrico (1908), entre otros, convirtiéndolo en el mayor oponente del francés Georges Méliès, con una carrera que se prolongó hasta finales de los años veinte.
El hotel
eléctrico
Fuente: Tharrats, Juan Gabriel: Los 500 films de
Segundo de Chomón. Zaragoza: Universidad de Zaragoza, 1988. Pág. 71.
… En 1912 se dicta la primera disposición censora que tiene que ver con los programas que se estrenan en las salas españolas? Las reacciones empresariales fueron numerosas, sobre todo porque la contratación de una película no tenía garantizada su exhibición. Las autoridades estaban asesoradas por representantes de instituciones diversas, tanto sociales como eclesiales, públicas y privadas.
A la par que el trabajo de estos pioneros evolucionó la producción de una serie de casas "editoras" en cuyo seno desarrollaron una gran actividad otros directores técnicos y artísticos. Films Barcelona producirá algunas adaptaciones de la obra del escritor Angel Guimerá (Tierra baja, 1907; María rosa, 1908). Abordando temáticas muy variadas, siempre a la búsqueda de un público interesado. Hispano Films, fundada por Alberto Marro y Luis Macaya en 1906, produjo Don Pedro el Cruel (1911) y Diego Corrientes (1914), continuando con una intensa actividad hasta entrar de lleno en la producción de seriales como Barcelona y sus misterios (1916). Tras esta productora surgen Barcinógrafo, que fue fundada por Adriá Gual en 1913 y acometió películas como El alcalde de Zalamea (1914) y La gitanilla (1914), y Studio Films, constituida por Juan Solá Mestres y Alfredo Fontanals en 1915, con Doménec Ceret como principal director (Regeneración, 1916; La herencia del diablo, 1917).
Esta producción estuvo respaldada por un representativo elenco artístico proveniente del mundo teatral, como garantía de éxito de cara a los espectadores de la época y una interpretación cimentada en la hiperdramatización, fórmula que demostró que muchos buenos actores de teatro no supieron adaptarse al nuevo medio. Rostros como los de Margarita Xirgú, María Guerrero, Ernesto Vilches, Joaquín Carrasco o Fernando Díaz de Mendoza, fueron completando los repartos de películas como La muerte del tirano (1907), Carceleras (1911), El calvario de un héroe (1915) y El golfo (1917), entre otras.
Cabe destacar en el marco catalán, y como excepción, la película La vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de América (1916), coproducción con Francia que alcanzó un presupuesto inusitado para la época y que muchos sitúan en un millón de pesetas.
La vida de
Cristóbal Colón y su descubrimiento de América.
Fuente: García Fernández, Emilio C. Historia
ilustrada del cine español. Madrid: Planeta, 1985. Archivo Emilio García.
Fueron años en los que la producción catalana alcanzó algunos éxitos notables en su venta al extranjero, además de contar con los trabajos de otros importantes directores como Ricardo de Baños (Don Juan de Serrallonga, 1910; Sacrificio, 1914), José Gaspar Serra (Semana trágica de Barcelona, 1909) y Juan María Codina (El signo de la tribu, 1914, considerada la primera película de episodios producida en España).
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