Las Cantigas de Santa María:
Estas canciones están formadas por 427 composiciones que constituían un cancionero religioso, integrado dentro de la tradición literaria mariana en Europa Occidental, creada por los que profesaban el fervor y culto a la Virgen, sobre todo a partir del siglo XI.
Las Cantigas se fueron elaborando a lo largo de la vida de Alfonso X, autor de muchos de los cantares y de las músicas y promotor de la compilación.
Ilustración de las Cantigas de Santa María
Las fuentes de este cancionero religioso están en las colecciones marianas en prosa y verso de su tiempo, en textos latinos y en las narraciones orales de milagros.
Según esto, tenemos dos tipos de cantigas:
— Líricas: son cantos de alabanza («loor») a la Virgen, que imitan el model das las canciones de amor profanas, pues la Virgen es la señora, la «dona» a quien ama el poeta.
— Narrativas o de milagros: presentan un personaje devoto de la Virgen, que peca y solicita su ayuda; ella obra el milagro y al final hay una lección moral, además del agradecimiento y alavanza a la Virgen.
En cuanto a las características formales, las cantigas de Santa María presentan una variada medida de los versos, con irregularidades rítmicas ajustadas al carácter musical; la lengua ofrece una gran riqueza léxica y fuerte expresividad.
La prosa medieval:
Aunque la creación literaria medieval galaico-portuguesa está centrada en la lírica, existe una interesante producción en prosa que tal vez no fue justamente valorada, ensombrecida por la altura de la poesía. La mayor parte de los textos narrativos medievales son traducciones al galaico-portugués de textos procedentes de otras culturas. Probablemente sean versiones que presentan variantes respecto de sus modelos o se trate de libres recreaciones de temas, lo que es común en las literaturas europeas de la época.
Así pues, la prosa medieval de esta literatura forma dos grandes grupos: la prosa de ficción y la historiografía con otros textos (de tipo jurídico, didáctico, etc).
La prosa de ficción consta de dos ciclos narrativos, la Materia de Bretaña y la Materia de Troia (que veremos en el siguiente artículo). Son obras que relatan tradiciones caballerescas, textos bíblicos y piadosos, y colecciones de exaltación o mitificación de personajes, santos, etc.