Fray Luís de León: «Decíamos ayer…»

Nacido en Belmonte (Cuenca), en 1527, Fray Luís de León era hijo de padres con ascendencia judía. En 1543 ingresó en el convento agustino de Salamanca, donde se licenci´en Teología. Estudió después hebreo en Alcalá.

Desde 1561 fue catedrático de la Universidad de Salamanca. En la orden se hace notar por el rigor con que combate la relajación de costumbres de los frailes. Se muestra justo pero agresivo, lo cual le ocasiona animadversiones. Denunciado por supuestas irregularidades -ejemplo, haber traducido el bíblico Cantar de los cantares, desobedeciendo acuerdos del Concilio de Trento- fue encarcelado en Valladolid (1572). Permaneció en prisión y completamente aislado durante cuatro años y casi nueve meses. Por entonces, compuso el famoso poema:

Aquí la envidia y mentira
me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado
del sabio que se retira
de queste mundo salvado,
y con pobre mesa y casa
en el campo deleitoso
con sólo Dios se acompasa
y a solas su vida pasa
ni envidiado ni envidioso.

Reintegrado a la cátedra, el primer día que tomó posesión de su asiento, ocurrió una anécdota graciosa: Fray Luís tenía por costumbre resumir o recapitular las lecciones explicadas el día anterior, y obviando que habían transcurrido 5 años desde su última intervención, retomó sus lecciones con la frase que ya quedó para la historia «Decíamos ayer…», como si nada hubiera ocurrido.

A pesar de que el ser apartado durante tanto tiempo fue un bálsamo para su alma, el ánimo le siguió moviendo a luchar e implicarse en reyertas teológicas y universitarias. Así, en 1584 sufrió un nuevo proceso, que acabó en una amonestación a Fray Luís para que evitara polémicas.

Fray Luís es uno de los más grandes prosistas y poetas españoles. Su obra más importante en prosa es De los nombres de Cristo, que escribió durante su cautiverio entre 1574 y 1575; son una serie de comentarios referidos a los diferentes nombres con que se designa a Cristo en las Sagradas Escrituras, tales como Jesús, Cordero, Pastor, Amado, Pimpollo, Esposo, Príncipe de la Paz, etc.

Otras obras de Fray Luís son La perfecta casada (1583), consistente en una tratado de virtudes que debe poseer la mujer, con cierto tono feminista, aunque no totalente comprensible, y más bien alejado de la despectiva con que se solía tratar a la mujer; y Exposición del Libro de Job, obra ésta que tardó veinte años en escribir, iniciada en la carcel y terminada poco antes de morir. En esta obra, Fray Luís va describiendo sus diferentes estados de ánimo, primero el abatimiento que le producía su dura reclusión en la prisión de Valladolid, pasando por la desesperación y furor ante la injusticia, para finalmente aceptar la adversidad y rogar el perdón.

En los últimos años de su vida, dejó la Universidad y fue nombrado para altos cargos en su orden. Murió en Madrigal, en 1591.