Reacondicionando los materiales suelen salir cosas curiosas y emisiones que hace años duermen en el cajón. Cuando Radio Suecia era una de las emisoras más populares dentro de la onda corta, tenía en el aire un excelente programa filatélico que magistralmente confeccionaba la inolvidable Brita Brand y, junto con Radio Praga, uno de los pocos espacios radiales dedicados al mundo de la filatelia que sistemáticamente te enviaba sobres de primer día sólo por el hecho de reportar su escucha. Por lo tanto era una de esas emisoras que siempre estaba en el dial para escuchar su didáctico y educativo mundo del sello que tanto nos enseñó en los años setenta-noventa.
Otro espacio, no menos célebre fue el SCDX [Suecia llamando a los cazadores de la onda corta] la emisora escandinava tenía fama de seriedad y efectividad en su mensaje, siempre solidario, siempre neutral, que se divulgaba en sus diferentes idiomas; después llegaron los políticos y de la otrora popular emisora prácticamente no queda nada y de lo poco que quedaba también en este 2010 han dicho “fin definitivo”: no hay QSL, no hay horarios y casi nadie habla ya de la que fuera próspera nación ¿quién lo hará si el propio gobierno sueco cierra uno de sus más importantes medios de comunicación radial?
De aquellos años tengo decenas de sobres que poco a poco voy ordenando, tras el traslado, proceso lento y felizmente agradable porque cada caja es un libro abierto, un libro que nos retrotrae a tiempos pasados en donde la radio nos enriquecía, camino ya del medio siglo de historia vivida. En una de esas cajas me encontré este sobre del gran músico sueco y me puse a redactar un nuevo artículo de temática musical.
Franz Adolf Berwald nació en Estocolmo el 23 de julio de 1796 y allí murió un 3 de abril de 1868; de origen alemán es, posiblemente, el músico sueco de mayor fama de toda la historia musical del país nórdico, era la cuarta generación en una familia de músicos; con apenas diez años se presentaba como violinista y a los dieciséis integraba la plantilla de la Capilla Real que el soberano Carlos XIII reinstauró nada más acceder al trono. Recibió lecciones del gran maestro Edouard du Puy, durante los vernos, cuando la orquesta descansaba, él viajaba por Escandinavia, Finlandia y Rusia, sus primeras composiciones las realizó con apenas 16 años.
En 1818 inició la publicación del diario Musikalisk journal [Diario de música] onde incluía piezas de fácil interpretación y canciones de diversos compositores; lamentablemente los reveses económicos hicieron que la familia tuviera que padecer ciertas carencias que, en cierto sentido, se dejaron sentir en su obra. Fue el motivo por el que marcha a Berlín donde emprende una vida como ortopedista y fisioterapeuta [algunas de sus adaptaciones ortopédicas continuaron utilizándose hasta prácticamente finales del siglo, allí fundó en 1835 el Instituo de Ortopedia], en esa etapa llega hasta la capital del imperio austro-húngaro, en Viena conoce a Mathilde Scherer y contrae matrimonio en 1841.
En composición destaca antes de 1820 con piezas que muestran una gran perfección y libertad de estilo. En esa década abandona Suecia y trata de abrirse paso en la tierra de sus antepasados; en Viena finalizó su Sinfonía Seria [1841]; al año siguiente regresaba a Estocolmo donde compondrá, posiblemente, lo más granado de toda la música sueca, entre sus composiciones sobresalen varias piezas, aunque quizá sea Sinfonía singular la más destacada. Pero de nuevo se ve impelido a dejar su tierra, actúa en París, Viena, Salzburgo [fue nombrado miembro de honor del Mozarteum].
Al año siguiente acontece la exitosa presentación de su poema sinfónico Redoutensaal en el Palacio Imperial de Hofburg y en esa etapa compone sus cuatro sinfonías, de las que sólo una la estrenó en vida La Sinfonía nº 1 en Sol menor o Seriosa, fue representada bajo la batuta de su primo Johan Frederik en la capital sueca; en dicho concierto estaba integrada también una opereta Jag går i kloster [Tomo los hábitos] que alcanzó un inesperado éxito en la voz de Jenny Lind.
En 1849 retorna a sus orígenes y realiza diferentes trabajos, entre ellos el de director de una cristalería de Ångermanland propiedad de un violinista aficionado que le permite tener tiempo libre que dedicará a la composición hasta que en los sesenta logra dedicarse por completo a esta actividad musical.
Su ópera Estrella de Soria [la había compuesto en Viena en 1841, en España se estrenó en el Teatro Real de Madrid en 1862 según indica la bibliografía consultada] fue estrenada en Estocolmo tras someterla a una revisión y readaptación; en 1864 finaliza Drottningen av Golconda [La reina de Golconda] y ese año es nombrado miembro de la Academia Real de Música para convertirse en profesor de composición en el Conservatorio de Estocolmo en 1867.
En vida no fue muy apreciada su producción musical, sin embargo fue honrado con la orden de la Estrella Polar en 1866, dos años después fallecía de neumonía y sus exequias tuvieron lugar en el cementerio septentrional de la capital escandinava [Norra begravningsplatsen], durante su funeral se interpretó el segundo movimiento de la Sinfonía número 1.
La Sinfonía nº 4 fue estrenada una década después de su muerte [1878], peor suerte corrieron la 2 y 3, que pasa por ser su obra cumbre, se estrenaron ya en el XX [1914-1950 respectivamente]. El hecho de que su música fuese prácticamente desconocida en su patria fue debido a la falta de grandes orquestas sinfónicas, ello eclipsó la grandeza de uno de los más grandes músicos dentro de los compositores suecos y una de las figuras más destacadas de toda la música de los países escandinavos. En su legado encontramos numerosas piezas para orquesta de cámara, óperas, cantatas, etc. Berwald, en su peculiar estilo, creó células que dan la sensación de crecimiento hasta que se produce la gran explosión orquestal, todo un exabrupto que, a mediados del XIX, rompía con la ortodoxa de Beethoven; también es clara la influencia de Louis Spohr o Carl Maria von Weber.
La pieza filatélica que hemos recuperado fue puesta en circulación el 3 de abril de 1968, el día del bicentenario de su muerte. Fueron dos sellos de 35 öre (color ojo) y dos coronas (amarillo) en donde aparece su perfil junto al violín, como fondo una partitura de su autoría parcialmente reproducidas. La emisión, aparecida hace casi medio siglo fue obra del diseñador Sven Erik Skawonius y el grabado fue realizado por Heinz Gutschmit, fueron impresos en papel fluorescente en bobinas y carnet, de ahí las diferencias de dentado apreciables en los sellos de 35 öre donde la pareja vertical corresponde al carnet (falta del dentado superior e inferior en cada díptico) y el dentado aislado de la bobina (carece de él en los laterales).
Ya saben si quieren de verdad deleitarse con algunas de su sinfonías no duden en teclearlas en Youtube y verán [oirán] el gran legado de uno de los más grandes músicos suecos de todos los tiempos.
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