El 27 de enero de 2017 comenzó a circular una preciosa hojita bloque con la imagen de uno de los edificios más sobresalientes de la capital de Eslovenia, el popularmente conocido como Edificio Magistrat que en el XVIII levantara el prestigioso Carlo Martinuzzi (Cividale del Friule hacia 1673-Koper 1726).
El personaje fue uno de los grandes arquitectos de la Carniola y en 1710 se alzó con el cargo de Landesbaumeister. Muchos fueron los edificios civiles o religiosos que proyectó, en su legado nos encontramos el hoy filatelizado, el Gran Seminario o la Iglesia de la Ursulinas.
Pero no sólo esas son sus obras, podemos localizar sus huellas por casas y palacios señoriales en las zonas de Logatec, Hosperk, Groblje y Zalog pri Moravcah (lamentablemente de estas dos últimas sólo quedan testimonios gráficos ya que fueron demolidas en el XX). Naturalmente su fama se extendió fuera de la Carniola, también levantó el monasterio capuchino de Karlobag o el Lazareto de Trieste.
Falleció en la ciudad marítima de Koper tras un accidente mientras levantaba un edificio conventual destinado a atender a los más desfavorecidos [aquí me pregunto quién se encargará de ellos en esta España que está arrasando con todo y siguiendo una senda que no pinta nada bien con las órdenes religiosas que se encargaban de este segmento de población].
En 1717 las autoridades municipales de Ljubljana decidieron encargarle la renovación del Ayuntamiento (conocido como Magistrat); planes y modelos de la estructura del edificio público fueron realizados por el arquitecto y este año se cumplen los trescientos años de su construcción y debemos recordar que durante bastante tiempo esa magna construcción fue atribuida a Gregor Macek el Viejo (Ljubljana 1664-1725), pero la historia restituyó la autenticidad de este magnífico edificio de estilo barroco que recoge el histórico ayuntamiento en cuyo patio gótico (tres plantas arqueadas) se representaban, antaño, funciones de teatro. Todo el entorno de la zona es de construcción barroca aunque en la cercana plaza vieja y plaza superior aún se conservan huellas netamente medievales.
El valor facial del sello fue de 1,40€, fue diseñado por Robert Zvolej, emitido en hoja bloque impresa en offset cuatricolor con una tirada de 50.000 ejemplares.
JUAN FRANCO CRESPO
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