Me toco muchas veces días de escaso color,
donde jamás penetraría un rayo de sol,
unos días tan grises que el respirar no compartía prioridad existencial,
asi, acondicionado entre recuerdos y penas
que no fingían el mas absoluto pesar de todo mi ser
cuando tu de mi vida soliste escapar, para no volver.
Entre latidos gastados y alegrías en quiebra
ahogo tanta idea que pronuncia tu huída
siendo hasta el momento aquellos días
donde los colores existen,
donde respirar vuelve a ser necesidad
y en donde la vida justifica el existir por el arte de amar.
Queriendo así regar la planta
que creció de la semilla que tus pasos dejó.
pensé en cada letra que me dictó el dolor.
Viviendo así cada noche, día a día
un indescriptible escenario
donde la luz de la luna se sumerge en cada pensar
en el mas recóndito espacio donde solemos meditar.
Entre colores y aromas que vistieron mi alma
trotando el mundo como una moneda internacional
nunca hubo nada mejor en los colores que la forma de tu pintar.
Nuestros días embriagados de fragancia con sabor a ti
es solo recuerdo, tormento sin saber porque el fin
Y así sentado en mi mismo,
en aquel escenario cristalizado
en momentos hechos arte por el sentir a Ti
donde sueles aparecer entre el tibio momento sublime de tu función
y el fresco de la noche que me abre a la reflexión.