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xisten problemas especiales para la regulación del comercio de animales vivos y plantas, así como de los productos derivados de ellos.

Las demandas en los países más desarrollados causan severas dificultades en otros países con abundancia en este tipo de recursos, pero que debido a sus niveles de escasa renta, y los altos precios que pueden adquirir estos productos en los mercados clandestinos, complica aun más el control y salvaguarda de muchas especies.

Demanda y exportación de animales en peligro de extinción

El comercio de algunas especies en peligro de extinción viene dado por las demandas sobre determinadas pieles de animales raros, que tienen su origen en los centros de moda de todo el mundo desarrollado. Por las altas ganancias que se obtienen, los tratantes buscan esas piezas por dondequiera que puedan encontrarse, incluso en ocasiones dentro de parques nacionales y reservas. Como la vigilancia sobre estas prácticas es muy difícil de ejercer, el comercio legal e ilegal llegan a solaparse y establecer como actividades firmemente consolidadas.

Exportadores de animales salvajes y sus productos mantienen negocios en cuya cadena intervienen diferentes sectores que aseguran el aprovechamiento y enriquecimiento mientras el recurso está disponible, y que comienza con los cazadores y tramperos que se mueven en las áreas más remotas en que puedan localizar sus presas. Por cada animal o piel que alcanza el mercado extranjero de un país, se destruyen muchos más durante la caza, trampas y transporte.

Por cada animal o piel que alcanza el mercado extranjero de un país, se destruyen muchos más durante la caza, trampas y transporte

Los países que adquieren estas piezas o productos podrían controlar con eficacia ese comercio dentro de sus fronteras. Se podría hacer dirigiendo los usos que se realizan sobre los recursos salvajes para modas, restringiendo la compra de animales vivos, y controlando su despacho en las oficinas de aduanas, aeropuertos internacionales y puertos de mar.

Convención de Comercio Internacional sobre Especies de Fauna Salvaje y Flora en Peligro de Extinción

En 1973 representantes de 80 países firmaron la Convención de Comercio Internacional sobre Especies de Fauna Salvaje y Flora en Peligro de Extinción, cuyos acuerdos fueron ratificados por casi todos los países miembros. El tratado prohibió el comercio de 375 especies de animales salvajes que se encontraban dentro de estas características. Además, el comercio de otras 239 especies era aceptado siempre que los permisos fueran expedidos por parte del país importador y exportador. Entre los recursos protegidos se encontraban muchas plantas escasas, tales como especies de orquídeas raras que se siguen arrancando de bosques tropicales remotos.

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