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Antártida
FILATELIA ANTÁRTICA
Colaboración de Juan Franco Crespo
Cincuentenario de la primera estafeta postal en la Antártida argentina
n 1942 Argentina envió su navío Primero de Mayo a la isla Decepción y, oficialmente, tomaba posesión de todas las tierras situadas al sur de los 60º, entre los 25 Oeste y los 68º 34’ Oeste. Esa ceremonia se repetiría en otros dos grupos de islas, dejando, en todos los casos, unos cilindros de cobre con la documentación oficial de la declaración de soberanía. En enero de 1943 los británicos enviaban al HMS Carnarvon Castle que retiraba las marcas argentinas y las acabará devolviendo a través de su embajador en Buenos Aires.
Los “piques” entre ambas naciones continuaron y los británicos decidieron levantar la Base B, una estación meteorológica permanente y los argentinos harían lo propio en 1948. En 1952 argentinos y chilenos construirán sendos refugios en la denominada pista aérea de Wilkins en Whalers Bay [zona que en los años veinte había sido sede de la poderosas industria ballenera noruega]. Aquí fue en donde se levantó la primera oficina postal argentina que hoy ha sido de nuevo filatelizada. Los británicos los cambiaron al año siguiente y los dos argentinos que estaban en la base fueron deportados a South Georgia. En 1955 Chile formalizó su presencia con la creación de la Base Presidente Pedro Aguirre Cerda en la zona de Pendulum Cove. Desde entonces los tres países reclaman la soberanía sobre esta isla volcánica, pero volvamos a la conmemoración filatélica argentina que es lo que nos interesa.
Fue el 7 de febrero de 1952 cuando llegó el primer vuelo argentino, aquél histórico viaje fue cubierto con dos hidroaviones Consolidated Catalina PBY-5A que habían despegado de Buenos Aires el 30 de marzo, hicieron escala en Río Gallegos y desde Río Grande [Tierra del Fuego] se elevaron el 7 de febrero, transportaban dos sacas de correspondencia que hoy está buscadísima por instituciones y coleccionistas de todo el mundo; lamentablemente, debido a la escasez de piezas, ya en los años sesenta se habían descubierto algunas falsificaciones. La primera escala fue la Base Naval de la isla Decepción (funcionó entre enero de 1948 y diciembre de 1967) y en ella estuvo la primera oficina postal aeronaval ambulante de la historia del correo antártico.
Aunque no hemos profundizado en los catálogos, queremos recordarles que en 1962, al cumplirse el X aniversario, la efemérides fue filatelizada con un sello de 2 pesos, éste mostraba el triángulo de soberanía argentina y la ruta aérea desde la Tierra del Fuego a la Antártida. En aquella ocasión el sello fue diseñado por el dibujante Ricardo J. Leiva e impreso por la Casa de Moneda.
Los pilotos de aquel primigenio viaje aeropostal debieron de franquear los feroces vientos antárticos y las grandes capas de nubes que suelen cubrir el cielo de la isla, prácticamente, durante todo el año, hasta encontrar el agua y conseguir amerizar entre los enormes bloques de hielo que en aquellas fechas flotaban en la zona.
La isla Decepción forma parte de las Shetland del Sur y corresponde al cráter del volcán Foster que aún está en activo y dio varios sustos a las diferentes dotaciones que durante el siglo XX hubo en la isla, algunas de las bases fueron totalmente destruidas por las erupciones volcánicas. Es dentro de este cráter, de unos quince kilómetros de diámetro, donde suele funcionar la base temporal que se abre durante el verano austral y a la que llegan científicos y turistas de todo el mundo.
En cuanto a la Base Esperanza (también cumplió 50 años), se localiza en la península Antártica, la zona de mayor densidad demográfica del continente blanco y en donde se localizan varias estaciones científicas de diferentes países. La base se levantó en 1952 y estaba destinada a ser el albergue de la primera colonia argentina en el gélido territorio austral, pero pasaron muchos años hasta convertirse en la base actual.
Las instalaciones ofrecen hospedaje y ayuda a científicos de todo el mundo y es, implícitamente, una forma más de reivindicar y reafirmar la soberanía argentina sobre la región antártica. En la Base Esperanza funciona también una de las pocas emisoras de radiodifusión en onda corta que, desde 1979, envía sus transmisiones al éter bajo el nombre de LRA Radio Nacional Arcángel San Gabriel transmitiendo desde la Base Antártica Esperanza. Todo un reto para los radioescuchas de todo el mundo que, salvando las transmisiones utilitarias, tienen en ella a la única emisora que les permite conseguir la QSL que certifica el haber sintonizado tan peculiar emisora de radio, la pieza, que suele llegar en sobre oficial, también nos permite disponer de un documento real y no preparado por los aficionados [los norteamericanos hace años cerraron la que transmitía en los 49 metros, aunque junto a chilenos y franceses, tienen también en el aire programas que se emiten por pequeñas estaciones en la Frecuencia Modulada].
En la base encontramos laboratorios, material científico y provisiones que permiten sobrevivir durante el largo invierno polar, generalmente casi 50 personas suelen realizar la invernada en estas latitudes. En 1978 se creó una guardería, jardín de infancia y escuela para atender las necesidades de los retoños del personal de la guarnición que suele renovarse cada temporada. Aquí nació el primer niño de la Antártida que se tiene constancia; ese honor correspondió al vástago de Silvia Morello de Palma, esposa del Jefe de la Estación Antártica del momento, el entonces capitán Jorge de Palma, el acontecimiento fue el 7 de enero de 1978 y el niño recibió el nombre de Emilio Marcos de Palma.
Los sellos de esta nueva emisión polar fueron realizados por Carlos A. García y la empresa Mosca Ochenta; se imprimieron en hojas de veinte ejemplares sendos faciales de 75c y una tirada de 154.000 efectos con cada cincuentenario que fueron impresos en Letra Viva de Buenos Aires. Ambos valores nos ofrecen cartografía de la zona, ubicación y edificios de las bases filatelizadas. En el primero aparece uno de los aviones empleados hace medio siglo sobre un fondo en el que destaca el matasellos que hoy es una codiciada pieza entre los coleccionistas polares. En el dedicado a la Base Esperanza encontramos el Rastreador ARA Chiriguano. Son faciales que entran no sólo en el tema polar, sino en el geográfico, historia del correo, la aviación, la marcofilia, etc. ¡Cuestión de analizar las posibilidades que estas bellas estampillas encierran!
Ambos valores nos hablan del pasado y el porvenir, los mismos no debieran perderse de vista ahora que son fáciles de obtener. Si le interesó el tema, entonces le recomendamos visite, entre otras muchas, las páginas en donde pueden localizar más datos sobre esta región austral:
www.alfinal.com
www.argentina-rree.com
www.correoargentino.com.ar
www.dna.gov.ar
www.ejercito.mil.ar/origin.htm
www.tierradelfuego.org.ar