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Antártida
EXPLORACIÓN - EXPEDICIONES
Adrien de Gerlache 1897 - 2ª parte
ras la primera claridad que asomaba por el horizonte el 21 de Julio de 1898, reanudó la tripulación los trabajos de investigación realizando sondas y observaciones astronómicas, mientras partidas de trineos inspeccionaban los alrededores de la placa helada. Aunque el invierno acababa, el carbón y el aceite para las lámparas comenzaba a escasear. La tripulación empezó a temer la posibilidad de pasar un segundo invierno entre los hielos. La certeza de la muerte comenzaba a prosperar en sus mentes.
En el mes de octubre las grietas, canales y claros comenzaron a hacerse más numerosos, aunque seguía habiendo días en que el hielo permanecía compacto. A sólo 600 o 700 metros se encontraba una inmensa mole de hielo de unas 2 millas de diámetro, en torno a ella se divisaban numerosas venas de agua o canales. Las Navidades llegaron y el pánico comenzaba a apoderarse de algunos hombres, varios de ellos tuvieron que ser tratados por el Dr. Cook tras mostrar ataques de locura.
Nave Belgica
En una laboriosa operación en que participaron todos los miembros de la expedición, tardaron tres semanas en serrar o demoler de 2500 a 3000 m. de hielo. Hacia el 1 de febrero solo quedaba por serrar los bloques adyacentes al buque, pero las presiones comenzaron a estrechar el canal que habían conseguido abrir, a la vez que se cerraba también el claro en que terminaba. Afortunadamente, poco tiempo después empezaron a notar ligeros movimientos del oleaje.
El 11 de febrero el claro se prolongaba hacia el Norte hasta perderse de vista, al tiempo que el canal se abría un poco, pero no lo suficiente para poder navegar por él. Se procedió a limpiar de nieve y hielo el canal, siendo cada vez más perceptible el oleaje. El 13 de febrero 1899 se pudieron dar algunas vueltas de hélice, y el 14 a las 2 de la mañana el Bélgica por primera vez desde el 2 de marzo de 1898, era capaz de moverse por si mimo abandonando por fin el lugar de la invernada.
Durante el día 14 y el siguiente se consiguió avanzar 15 o 16 millas hacia el Norte, pues ya era inviable hacerlo hacia el Sur. Al otro día por la tarde quedaron nuevamente bloqueados por el hielo, éste se presentaba tan cerrado y compacto que apenas podían alejarse de algunos icebergs amenazadoramente muy próximos. Sólo la oscuridad que reflejaba el cielo en la parte Norte, daba indicios de esperanza de que en aquella dirección se extendía mar abierto. El oleaje aumentaba día tras día, y el 20 se divisó una larga línea negra en el horizonte que se extendía de Este a Oeste; el mar libre se encontraba a sólo 7 u 8 millas hacia el Norte. Por fin, el 14 de marzo a las 2 de la mañana la placa se abrió lo suficiente para navegar y salir a alta mar. Al mediodía ya se encontraban en aguas libres de hielos. No se avistó un solo icebergs en la toda la travesía hacia Tierra del Fuego. Tras tocar Punta Arenas a finales de mayo, llegaron a Montevideo el 23 de junio de 1899.La invernada de Gerlache fue la primera entre los hielos antárticos. Durante ese tiempo se practicaron buenas observaciones meteorológicas y horarias, coleccionados interesantes ejemplares de la fauna marina, así como sedimentos submarinos.