Agricultura
CONTROLES
Los pulgones - 2ª parte
Medios de lucha
e pueden combatir estos insectos empleando insecticidas de diversos tipos, y también por medio de los enemigos naturales que tienen.
Existen varios tipos de insecticidas, algunos ya despreciados por su toxicidad y posibilidad de afectar a las cadenas tróficas.
Insecticidas de contacto
Nicotina
Se podría utilizar el jabón nicotinado a la dosis de 50 gramos de nicotina y 500 gramos de jabón de potasa blanda por cada litro de agua. Este tipo de insecticida tiene el inconveniente de que sólo mueren los pulgones que son tocados por el líquido; el resto no es afectado. Por ello, y porque la nicotina es muy tóxica, este productos no son utilizados.
Clorados
Entre todos los insecticidas clorados existentes en el mercado, sólo puede recomendarse el lindano en emulsión o en polvo; el DDT, que demostró gran eficacia en el pasado es un producto prohibido en la actualidad, y no puede ser aplicado en cultivos destinados a la alimentación del hombre o de los animales.
Insecticidas fosforados
En los casos de los pulgones recubiertos por sustancias céreas o lanosas puede recurrirse a los fosforados de baja toxicidad, como son el malathion, fenitrotión, etión, o a otros más tóxicos pero con las debidas precauciones, tales como el diazinón o el fosalone. Estos insecticidas, aunque no son sistémicos, son penetrantes y actúan tanto por contacto como por ingestión.
Al usar estos insecticidas deben guardarse exactamente las indicaciones que dan los fabricantes de los productos, en todo lo referente a la dosis y plazo que debe de mediar entre el tratamiento y la recolección del fruto. También debe de tenerse en cuenta que existen en el mercado insecticidas fosforados que no pueden ser utilizados en aquellas plantas y frutos que van a utilizarse para consumo humano o de los animales.
Insecticidas sistémicos
Este tipo de insecticidas son sumamente interesantes para la lucha contra los pulgones porque, al ser absorbidos por las hojas, quedan incorporados a la savia, y por lo tanto ésta queda envenenada y los insectos mueren al chuparla. Cuando se emplean insecticidas sistémicos no importa, por consiguiente, que los pulgones estén recubiertos de sustancias que puedan protegerlos, como sucede en el caso de los insecticidas de contacto.El inconveniente de estos insecticidas es que suelen ser muy tóxicos para los humanos o los animales, y por ello no pueden utilizarse más que en plantas industriales y en frutales, pero con gran precaución y siguiendo estrictamente las normas dadas en las etiquetas.
Algunos de los principios activos utilizados en los insecticidas sistémicos son el metasystox, ekatín, rogor, kilval, anthío, etc., utilizados en variados preparados comerciales como el metil-demetón, tiometón, dimetoato, vamidotioón, formotión, y el sayfos; este último producto, que es comercializado como aziditión, es uno de los insecticidas sistémicos menos tóxicos autorizado en diversos cultivos.Nota.- Todas estas referencias comerciales son para España y pueden resultar desconocidos en otros países.
Lucha biológica
El método biológico de combatir los pulgones consiste en aprovechar la gran cantidad de enemigos naturales que tienen. Así, por ejemplo, los Coccinélidos, entre los que se encuentran la popular "mariquita" (Coccinella septempunctata) o "vaquita de San Antón", son enemigos feroces de los pulgones, por ello no deben eliminarse estos insectos. En cambio, conviene desterrar la creencia de que las hormigas son enemigas de los pulgones, pues ocurre precisamente todo lo contrario, ya que son sus cuidadoras y se encargan de trasladarlos de unas plantas a otras.
La popular "mariquita" (Coccinella septempunctata)
es un feroz enemigo de los pulgones, por lo que
resulta una excelente aliada en la lucha
biológica
Otro caso de lucha biológica es el empleo del insecto Aphelinus mali, útil para combatir el pulgón lanígero del manzano. Algunas estaciones de fitopatología distribuyen colonias de estos insectos beneficiosos entre los agricultores que lo solicitan.