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Principales autores prosistas

Francisco de Quevedo (1580-1645)

a importancia literaria de Quevedo se extiende prácticamente a todos los géneros literarios. Si como poeta lírico, moral o satírico, sus composiciones ocupan uno de los primeros lugares de la historia de la literatura, su obra en prosa constituye un ejemplo de virtuosismo, profundidad e ingenio.

Muy variados son los temas que trató en su obra en prosa (al margen de su novela El Buscón): desde la política, la moral o la religión hasta la sátira de costumbres, personas e ideas.

Sin embargo, quizás sea su obra satírica la más interesante (además de la más famosa): en ella hay que situar Los sueños, uno de sus libros más conseguidos. Quevedo comenzó a escribirlos todavía joven (hacia 1607), pero retrasó muchos años su publicación. En 1627 aparecieron con el título (bastante indicativo de sus intenciones) de Sueños y discursos descubridores de abusos, vicios y engaños en todos los oficios y estados del mundo. En esta obra se incluyen cinco sueños: El sueño del juicio final, El alguacil endemoniado, El sueño del infierno, El mundo por de dentro y El sueño de la muerte. Pero esta edición fue desautorizada por el autor.

En 1631 apareció una nueva edición muy reformada, en la que entre otras cosas se habían cambiado los títulos de los "sueños" y también el título de conjunto: la obra se titulaba Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio, y los títulos particulares pasaban a ser El sueño de las calaveras (para el del juicio final), El alguacil alguacilado (para el del alguacil endemoniado), Las zahúrdas de Plutón (para el sueño del infierno) y Visita de los chistes (para el sueño de la muerte); El mundo por de dentro mantuvo su título. Estos cambios, así como todos los que existen en el texto, tenían como origen la presión de la Inquisición contra una obra que atacaba muchos aspectos de la religión; de ahí, por ejemplo, la sustitución de las referencias a Dios y a la religión católica por otras a los dioses clásicos. La intención de Quevedo en Los sueños es hacer una sátira del mundo español del primer tercio del siglo XVII.

En una línea muy parecida hay que situar, entre otras, una obra publicada después de la muerte de Quevedo, La hora de todos y la fortuna con seso (1650).

La obra política de Quevedo manifiesta su gran patriotismo: ya desde las primeras contiene una defensa de España contra los ataques y opiniones negativas que sobre ella circulaban en Europa.

Más tarde expresa su pensamiento sobre la forma de gobierno en Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás (1625); la teoría política manifestada en esta obra tiene una base de tipo teológico: el modelo del rey ha de ser Cristo, supremo rey de todo el universo. Las ideas parten de las Sagradas Escrituras. Otra obra importante en la que Quevedo expuso sus ideas políticas es Marco Bruto (1644), una biografía de este personaje del mundo romano antiguo.

Las ideas morales y religiosas de Quevedo expresan su concepción estoica (mejor, neoestoica) de la vida. La cuna y la sepultura (1634) trata de la brevedad de la vida y de lo innecesario que es afanarse por los bienes y valores mundanos; la preparación para la muerte, como fin último de esta vida, debe ocupar el principal lugar en las preocupaciones humanas.



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