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Literatura prosista
LA LITERATURA EN EL SIGLO XVII
La prosa no novelesca - 3ª parte
Principales orientaciones prosistas (continuación)
Obras políticas
as obras de tema político tienen sus mejores representantes en los tres autores que se han señalado como los más destacados de la prosa no novelesca: Quevedo, Gracián y Saavedra Fajardo.
La corriente más importante trata de la formación del príncipe y de sus virtudes, que había iniciado a comienzos del siglo XVI el italiano Nicolás Maquiavelo con El príncipe. La orientación política expuesta toma rumbos opuestos: el antimaquiavelismo es claro en autores como Quevedo, mientras que otros continúan el pensamiento manifestado en El príncipe.
Retrato de Nicolás Maquiavelo
La crítica de la política practicada por los Austrias menores (Felipe III y, sobre todo, Felipe IV) a través de sus validos fue un tema repetido; ella conducía al empobrecimiento y decadencia de la sociedad española con sus continuos errores.
Obras misceláneas: el costumbrismo
Las obras de tipo misceláneo abundaron en el siglo XVII; como indica su nombre, eran una mezcla de temas (e incluso de obras), que van desde lo autobiográfico (como El viaje entretenido, 1602, del cómico Agustín de Rojas) hasta textos de tipo costumbrista que reflejan la vida de la época.
El costumbrismo, más que un género, es una tendencia de buena parte de las obras en prosa del siglo XVII (incluidas las novelas). Generalmente con un matiz irónico o satírico, la presentación de las formas de vida barrocas interesó a un gran número de escritores: costumbrismo aparece también en las novelas de Cervantes y en toda la picaresca, así como en muchas obras de Quevedo.
Como muestra de este tipo de obras puede citarse El día de fiesta por la mañana (1654) y El día de fiesta por la tarde (1660), ambas de Juan de Zabaleta (¿1610-1670?).