Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Salud
NEUROCIENCIAS: LA CIENCIA DEL CEREBRO
Tacto y dolor - 2ª parte
Fuente: Asociación Británica de Neurociencias
Todo comienza en la piel (continuación)
a información recibida por el cuerpo es sistemáticamente representada en la corteza somatosensorial formando una representación de la superficie corporal. Algunas partes del cuerpo, tales como las yemas de los dedos y la boca tiene una gran cantidad de receptores y, por tanto, una gran cantidad de nervios sensoriales. Otras zonas como la espalda tienen menos receptores y menos nervios.
Sin embargo, dentro de la corteza somatosensorial la densidad de neuronas es uniforme. Por consiguiente, la representación de la superficie corporal en la corteza está distorsionada. Esta representación se denomina el homúnculo sensorial y representaría que una persona, curiosamente, distorsiona con sus receptores del tacto distribuidos de una manera homogénea a lo largo de la superficie corporal.
Vosotros podéis comprobar esta diferencia de sensibilidad realizando el test de discriminación de dos puntos. Coged un clip de papel y deformadlo hasta que adopte una forma de U, algunos con los extremos separados por 2-3 cm. y otros con ellos más próximos. Luego con un antifaz puesto, le pedís a un amigo que os toque diferentes partes del cuerpo con ellos. ¿Sentís sólo un extremo o los dos? ¿Alguna vez sentís un extremo cuando realmente estáis siendo tocados por dos? ¿Por qué?
El homúnculo. La imagen de una persona
está dibujada a lo largo de la corteza somatosensorial de manera
proporcional al número de receptores que existen en esa parte del
cuerpo. Tiene una forma muy distorsionada
Un poder de discriminación exquisito
La capacidad de distinguir pequeños detalles varía mucho dependiendo de la parte del cuerpo y está mucho más desarrollada en las yemas de los dedos y en los labios. La piel es tan sensitiva que sería capaz de determinar las dimensiones de un punto de menos de 1/100 parte de milímetro de altura, siempre y cuando lo tocara de la misma forma que un persona invidente leyendo Braille. Un área de investigación muy importante se dedica a estudiar como los diferentes tipos de receptores contribuyen a las diferentes tareas que permiten discriminar entre texturas e identificar la forma de los objetos.
El tacto no es un sentido pasivo que responde sólo
a lo que recibe sino que, también está implicado en el control activo del
movimiento. Las neuronas de la corteza motora que controlan los músculos del
brazo y que son responsables del movimiento de los dedos reciben impulsos
sensoriales de los receptores del tacto, situados en la yema de los dedos. ¿Qué
mejor forma de detectar y reconocer un objeto en la palma de vuestra mano,
gracias a la rápida comunicación entre los sistemas sensoriales y motores? La
comunicación entre el sistema sensorial y motor se inicia a nivel de la médula
espinal e implica una comunicación recíproca con las neuronas motoras, que se
continua a todos los niveles en el
sistema somatosensorial.
Las cortezas primarias sensoriales y motoras se encuentran situadas la una junto a la otra. La exploración activa es fundamental para el tacto. Imagínate que estás intentando determinar las diferencias que existen entre distintos papeles de lija. ¿Qué condiciones son las que nos permitirán diferenciarlos mejor?
¿Situar las yemas de vuestros dedos sobre las muestras?
¿Situar y recorrer con las yemas de vuestros dedos las muestras?
O ¿Utilizar una máquina que os pase las diferentes muestras sobre las yemas de vuestros dedos?
Este tipo de experimentos nos ayudan a determinar en que región del cerebro se analiza la información sensorial. La toma de imágenes funcionales del cerebro nos indica que la identificación de las distintas texturas de los objetos se realiza en distintas áreas de la corteza. La toma de imágenes del cerebro nos está empezando a elucidar los fenómenos de plasticidad cortical, revelándonos que la representación del cuerpo en la corteza somatosensorial es variable dependiendo del tipo de experiencia. Por ejemplo, los invidentes poseen una representación cortical del dedo índice que usan para la lectura del Braille mucho mayor, así como los músicos que tocan instrumentos de cuerda tienen una mayor representación de los dedos de la mano izquierda.