LA RADIO EN LA LITERATURA: LA GUERRA EN LAS SOMBRAS

“Sólo lo que atesoras en tu mente es lo que nadie te puede quitar”
[Theodor W. Hänsch]

 

Autor Mark Mazzetti, Editorial Planeta, Crítica, Barcelona 2013, 312 páginas, editorial@ed-critica.es .

 

Un nuevo ejemplar de temática oscura, el mundo a la sombra o como en su tiempo titularan en Radio Nederland a las emisoras clandestinas: la oscuridad. En este caso se trata de otro libro sobre la célebre CIA norteamericana, en esta ocasión centrada en Afganistán-Pakistán, aunque hay que colegir que también aparecen otras zonas del mundo, pero básicamente a esa lucha del imperio contra el terror en las montañas más altas del mundo y donde los occidentales tienen poco que pintar teniendo en cuenta el peculiar mundo tribal que allí impera y que, si a ellos, los nativos, ya les va bien ¿para qué hay que ir a molestarlos?

Se trata de una obra realmente impresionante y que está a años luz de otras similares hechas por escritores de otros pagos. Aquí el periodista norteamericano desbroza y, llegado el momento, hasta apabulla al lector con tan alto y prolijo trabajo. Vaya que resultaría imprescindible para cualquiera que pretenda adentrarse en el peculiar mundo del espionaje. Impresionante también la traducción de Ricardo Artola que hace de esta obra una buena fuente de referencia.

Se trata de un libro sobre espionaje y en donde la radio está presente y a muchos nos recuerda las horas que le dedicamos a este peculiar mundo cuando la actividad en la onda corta era realmente impresionante. No han dejado de emitir, pero ya no es como en los tiempos de la guerra fría en la que te encontrabas prácticamente estaciones operativas las 24 horas.

Las nuevas tecnologías han pasado las comunicaciones al código binario y eso hace que la onda corta vaya quedando relegada, no porque no sea utilizable, sino porque no puede ser “controlada” que es el quid de la cuestión. Las nuevas tecnologías convierten cualquier terminal móvil en un punto totalmente controlado y localizable; según [en] donde te encuentres y dependiendo del usuario, lo tienes claro. Como estamos en esa zona caliente de Asia, cuando la CIA detecta un móvil y encaja con uno de los que aparecen en sus listas, automáticamente se pone toda la maquinaria en marcha y si no hay contraorden un Predator destrozará la ubicación que el móvil tiene y ellos se apuntarán el tanto a miles de kilómetros. Vaya, como en un momento dicen, se trata de un trabajo donde el piloto hace su trabajo, lo finaliza y regresa a casa a follarse a su mujer. No puede ser más elocuente ni el periodista ni el traductor, aunque cada juguete (y se lanzan unos cuantos al año) cuesta nada menos que casi 400 millones de nuestras antiguas pesetas (unos dos milloncillos de euros que a uno ya la vendrían bien para vivir un buen retiro y contemplar el futuro de manera desahogada a poco que sepas administrarlos y no dilapidarlos como hacen tan alegremente los independentistas, que regalan a sacos, lo que tanto cuesta a los curritos de a pie y que están escribiendo gloriosas páginas en el mundo a la sombra, vaya, que en determinado momento me recuerdan a la Familia Ulises o al genial Gila).

Así que, hecha la introducción, vayamos a lo que radialmente nos interesa, como siempre, entre corchetes, la página en la que aparece el párrafo radial. Esperamos que disfrute de esta nueva entrega de la radio en la literatura.

“Llamó por radio al consulado estadounidense pidiendo ayuda, y en pocos minutos un Toyota Land Cruiser estaba a la vista, dirigiéndose en dirección contraria por una calle de un solo sentido. Pero el coche golpeó y mató a un joven motociclista pakistaní y después se marchó dejando a Davis de pie en medio de la calle. Desperdigado en la escena del crimen había un surtido de extraña parafernalia, que incluía una máscara negra, un centenar de casquillos y un trozo de tela con una bandera estadounidense. El móvil que estaba dentro del coche de Davis contenía fotos de instalaciones militares pakistaníes, tomadas a escondidas”. [15]

Se erigieron antenas en el tejado, se instalaron ordenadores nuevos, llegaron agentes clandestinos utilizando falsas identidades muy pobres. En efecto, era una estación de espionaje que se hacía pasar por avanzadilla diplomática”. [41]

“La agencia de espionaje ya había mostrado que era incapaz de entender las dinámicas de la revolución iraní, con su director Stansfield Turner lamentándose durante las reuniones del Consejo de Seguridad Nacional que tenía pocas fuentes en el país y que dependía en gran medida de los periódicos estadounidenses y de la BBC para obtener información”. [65]

A medida que Gritz se preparaba para la misión, muchos miembros de la ISA se pusieron en contacto con él y le ofrecieron su apoyo: decenas de miles de dólares en equipos de cámaras, radio, billetes de avión a Bangkok y un equipo de polígrafo para determinar si las fuentes locales le suministraban información sobre el campo de prisioneros podían estar mintiendo. La ISA también proporcionó fotografías de satélite y otra información al equipo de Gritz”. [67]

“El director de la CIA ni siquiera controlaba la mayoría de los programas de inteligencia estadounidenses más costosos; la constelación de satélites espías y puestos de escucha globales que representaban el 80 por ciento de lo que Estados Unidos gastaba en espionaje se financiaba a través del presupuesto del Pentágono”. [69]

Con su base de operaciones justo después del cinturón de circunvalación de Washington, en Fort Belvoir, Virginia, Zorro Gris contaba con varios cientos de agentes que trabajaban clandestinamente en destinos en el extranjero. Se especializaban en instalar aparatos de escucha en lugares de difícil acceso. Dichos aparatos podían comunicarse con las grandes estaciones de escucha que la Agencia de Seguridad Nacional había instalado en todo el mundo”. [69]

“Pero los agentes de la CIA tenían otro problema: cómo conseguir suficiente ancho de banda del satélite para los vuelos de los drones. Para entonces, los ingenieros de la fuerza aérea ya habían ideado un modo de hacer volar el Predator desde miles de kilómetros de distancia haciendo rebotar la señal en un satélite y enviarla a través de una estación terrestre en Alemania. Esto permitía a la CIA situar a los pilotos de los Predators muy cerca de casa, en un tráiler de coches de carreras transformado, ubicado en un aparcamiento en Langley. Pero la agencia seguía teniendo que alquilar ancho de banda de compañías comerciales de satélite, lo que resultó más duro de lo esperado. Dado que los medios de comunicación absorbían todo el ancho de banda de los satélites en sus preparativos para cubrir los Juegos Olímpicos de Sydney, los Predators permanecían prácticamente en tierra mientras la CIA buscaba frenéticamente una compañía de satélites con espacio de transpondedor para alquilar”. [83]

“¿Por qué me está siguiendo ese pájaro?

Nek Muhammad Wazir estaba dentro de un edificio de barro en Waziristán del Sur, rodeado de seguidores y hablando por su teléfono vía satélite con un periodista de la BBC. Cuando miraba por la ventana, el joven comandante con el pelo largo negro azabache se dio cuenta de que había algo dando vueltas por encima de él, destellando el sol. Preguntó a uno de sus lugartenientes sobre el chispeante objeto de metal que había en el cielo”. [91]

“El teniente general Saldar Hussain, el comandante que lideró la batalla, declaró que la operación había sido un éxito rotundo. Había destruido una base de activistas, dijo, y una red de túneles que contenía sofisticados equipos de comunicaciones”. [93]

“Nek Muhammad también habló de paz: “Lo que sucedió ya sucedió –dijo ante una batería de micrófonos-. Haya sido nuestra culpa o la del ejército, no volveremos a luchar entre nosotros”. [94]

“Afortunadamente tanto para los espías estadounidenses como para los pakistaníes, Nek Muhammad no estaba exactamente muy escondido. Concedía entrevistas regularmente a los canales pastunes de cadenas de noticias occidentales, alardeando de humillar a los poderosos militares pakistaníes. Esas entrevistas, a través de móviles por satélite, le convertían en un blanco fácil para los espías estadounidenses, y, a mediados de junio de 2004, estos estaban siguiendo sus movimientos sistemáticamente. El 18 de junio, un día después de que Nek Muhammaed hablase con la BBC y se preguntase en voz alta sobre el extraño pájaro que le perseguía, un Predator fijó su posición y lanzó un misil Hellfire contra el edificio en el que había estado descansando. La explosión le arrancó la pierna y la mano izquierdas y murió casi al instante. El periodista pakistaní Zahid Hussain visitó el pueblo días después y vio la tumba de barro en Shakai, que ya se estaba convirtiendo en lugar de peregrinaje. Un cartel en la tumba decía: “VIVIÓ Y MURIÓ COMO UN AUTÉNTICO PASTÚN”.

Después de una discusión entre los agentes de la CIA y del ISI sobre cómo manejar las noticias sobre el ataque, decidieron que Pakistán se apuntaría el tanto por haber matado al hombre que había humillado a sus militares. Un día después de que Nek Muhammad fuera asesinado, comenzó una farsa que duraría años. El general de división Shaukat Sultan, principal portavoz militar de Pakistán, dijo a la Voz de América que el “facilitador de Al Qaeda”, Nek Muhammad, y otros cuatro activistas habían sido asesinados durante un ataque con misiles por parte de tropas pakistaníes”. [96]

“Los enormes presupuestos para operaciones especiales también permitían al JSOC comprar nuevos equipos de escucha que proporcionaban a los comandos la capacidad de conseguir información del interior de Pakistán desde el cielo. Aviones Beechcraft despegaban regularmente desde aeródromos en Afganistán, volaban sobre el espinazo de montañas que separan Afganistán de Pakistán, y se convertían en antenas de telefonía volantes. Dentro de los aviones un aparato llamado “caja tifón” contenía docenas de números de teléfono que los espías militares sospechaban que eran utilizados por activistas pakistaníes. El aparato podía identificar cuándo uno de los números estaba siendo utilizado y señalar su localización. Aunque un teléfono estuviera apagado, el JSOC tenía la capacidad de conectarlo y entonces podía revelar las coordenadas precisas del poseedor del aparato”. [113]

Dentro del complejo había un pequeño grupo de habitaciones donde los estadounidenses comían, dormían y se comunicaban con sus jefes utilizando las radios y los ordenadores seguros para evitar que el ISI interceptara sus transmisiones. La pequeña base apestaba a aguas residuales debido a fugas de las tuberías, y una lluvia de virutas de yeso de la techumbre cubría frecuentemente las camas, platos y equipos de comunicaciones”. [131]

“La CIA comenzó a enviar “analistas de objetivos” desde Langley a las bases de fuego en Afganistán, encargados de cribar las fuentes de información humanas, reunidas en el interior, y fusionarla con la información recogida de satélites o puestos de escucha para tratar de localizar el emplazamiento de los activistas en Bajaur y Waziristán. Tres años después, una reunión con un hombre de la CIA creía que era un agente de alto nivel pero que, en realidad, estaba trabajando para los activistas salió terriblemente mal en una de las bases, Camp Chapman, en Jost. Siete empleados de la CIA fueron asesinados cuando el agente, un médico jordano, detonó una prenda suicida. Fue el día más mortífero de la agencia desde el ataque contra la embajada de Estados Unidos en Beirut en 1983”. [132]

“La propaganda negra y las operaciones psicológicas habían sido la piedra angular de las acciones encubiertas de la CIA: desde repartir dinero por Europa, después de la segunda guerra mundial, a influir en las elecciones, pasando por crear emisoras de radio financiadas por la agencia en el bloque del Este y el sureste asiático.

Cuando terminó la guerra fría, la CIA ya no veía la necesidad de invertir enormemente en propaganda negra o en formar a sus agentes para la guerra psicológica, y esos programas fueron víctimas de los drásticos recortes presupuestarios de los años noventa”. [143]

“En (sic) primavera de 2005, un hombre corpulento con un paquete de Marlboro en el bolsillo de la camisa apareció andando entre los stands de los vendedores tecnológicos de la convención de la Asociación Nacional de Emisoras en Las Vegas, Se hacía pasar por un vendedor de suministros de oficina, pero se trataba de una leve falsa identidad para un antiguo agente de operaciones psicológicas del ejército que había pasado una década pensando en maneras de desatar guerras en las cabezas de otras personas”. [144]

“Después de que las partes combatientes en los Balcanes firmaran un acuerdo de paz en Dayton, Ohio, Furlong fue uno de los primeros estadounidenses en participar en el despliegue en Bosnia, mandando un batallón de operaciones psicológicas con la misión de mantener una paz frágil utilizando el lanzamiento de octavillas y la propaganda mediante radio y televisión para convencer a los nativos de que cooperasen con las tropas de pacificación extranjeras”. [145]

“Después de varia semanas, a los prisioneros se les daban bolsas de regalo con radios sintonizadas en la emisora de radio de la Voz de la SSPL y eran devueltos a Vietnam del Norte, donde podían hablar a todo el mundo de las organizaciones fantasma. Entre 1964 y 1968, según The Secret War Against Hanoi, del profesor de la Universidad de Tufts, Richard H. Shultz hijo, más de mil detenidos fueron llevados a Cu Lao Cham y adoctrinados sobre los usos de la Espada Sagrada de la Liga de los Patriotas”. [146]

“Furlong viajó a Bagdad para dirigir un proyecto de 15 millones de dólares que el Pentágono había concedido  SAIC para crear una emisora de televisión, la Red Iraquí de Medios. La red fue concebida como contrapeso de Al Jazeera y otras redes árabes que Washington percibía que tenían un sesgo antiestadounidense. Pero el proyecto pronto se vio asediado por problemas, Los empleados iraquíes se marcharon después de que no les pagaran y la red tenía problemas técnicos para llegar a los hogares iraquíes”. [147]

“U-Turn estaba dirigida por Jan Obrman, un checo cuya familia había huido de Praga durante la represión de finales de los años sesenta. Sus experiencias de la infancia le habían convertido en incondicionalmente proestadounidense y en un feroz defensor de la difusión de las ideas occidentales demócratas por el mundo., Trabajó para un laboratorio de ideas proestadounidense durante  los años ochenta y, posteriormente, se convirtió en ejecutivo de Radio Europa Libre. La perspectiva de hacer dinero en el creciente mercado de Internet y de la telefonía móvil, y el respaldo financiero de un rico inversor alemán, le llevó a crear U-Turn Media en 2001. La empresa tuvo dificultades los primeros años, antes de que los teléfonos inteligentes convirtieran al sector en un gigante”. [147/148]

“También se discutió la posibilidad de mandar televisiones grandes y de pantalla plana a remotas aldeas de Asia Central y el norte de África, protegidas por un blindaje para que no fueran destruidas. Las televisiones tendrían una gran antena que podrían recibir y emitir mensajes proestadounidenses desde miles de kilómetros de distancia”. [152]

“En cuestión de horas los aviones interceptaron una conversación entre combatientes talibanes, con interferencias, que usaban radios portátiles. Los combatientes hacían planes para tender una emboscada a un equipo que buscaba a Bergdahl.

-Les estamos esperando.

-Saben dónde está, pero siguen yendo a la zona equivocada.

-De acuerdo, preparadlo todo para recibirles.

-Sí, tenemos un montón de explosivos improvisados de camino.

-Si Dios quiere lo conseguiremos.

Pero los estadounidenses no sabían dónde estaba Bergdhal. Se había convertido en prisionero de guerra”. [163]

“Durante una entrevista con la Voz de América habló de un enfoque “suave” que rehuía la violencia: “Los somalíes ya han sido testigos de suficientes conflictos, de suficientes empresas militares, baños de sangre, pólvora, ya han visto suficientes balas”. [198]

“Cuando los activistas de Al Shabaab se hicieron con las emisoras de radio en Mogadiscio, prohibieron la música y obligaron a los programadores de radio a incluir reportajes de interés con los sonidos de disparos grabados, cabras balando y gallinas cacareando, Ballarin escribió una canción de resistencia para los sufíes de Somalia.

La canción, escrita en inglés e interpretada por un cantante de pop brasileño, llevaba el grito de guerra “¡Nunca derrotarán la vida sufí!”:

Levantad la voz… ¡Tomad posiciones!

Recuperad vuestro honor y vuestra tierra

de potencias extranjeras y manos entrometidas.

Hermanos y hermanas, ¡tomad posiciones!

Levantad la voz… ¡Tomad posiciones!

De condiciones regionales… prohibiciones internacionales.

Hermano, ven conmigo… hombre a hombre

Hermanos y hermanas… ¡Tomad posiciones!

Los combatientes de Al Shabaab dijeron que los cementerios eran monumentos excesivamente adornados, una idolatría prohibida por el Islam. Sheik Hassan Yaqub Ali, el portavoz de Al Shabaab en la ciudad de Kismayo, en el sur, dijo a la BBC: “Está prohibido convertir las tumbas en santuarios”. [199/200]

“Le dieron un portátil y un transmisor seguro para comunicarse con la CIA, y cuando los estadounidenses trataban de comunicarse con él el transmisor le alertaba enviando un sonido en forma de pitido”. [221]

En fin un libro que merece la pena conocer. Sus 22€ son toda una inversión que un jubilado siempre se puede permitir y, además, disfrutar con la lectura que combate la estolidez que nos inunda en este territorio que nos lo han convertido en un sinvivir por obra y gracia del supremacismo excluyente.

 

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LA RADIO EN LA LITERATURA: LA GUERRA EN LAS SOMBRAS was last modified: agosto 1st, 2018 by Editor - Juan Franco Crespo
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