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Literaturas ibéricas e hispanas
PAÍS VASCO
De la Edad Media al siglo XIX - 2ª parte
La literatura vasca en el siglo XVI (continuación)
Principales autores del siglo XVI
Mosén Bernat Dechepare
o poco que se sabe de su vida ha sido entresacado de
lo que dice en su obra. Fue párroco de Saint Michel le Vieux y estuvo en la
cárcel, quizá por apoyar al rey de Castilla en las luchas por el reino de
Navarra.
Su única obra constituye el nacimiento de la literatura vasca. El libro, Linguae Vasconum Primitiae (Primicias de la lengua vasca), fue publicado en Burdeos en 1545. Consta de cincuenta y dos páginas. Se inicia con una breve introducción en prosa y el resto son poemas de temas variados: hay poesías religiosas y de amor mundano descrito con realismo, un poema dedicado a su prisión y dos composiciones en honor de la lengua vasca.
Por haber estado preso, por el desenfado con que mezcla poesía religiosa y amorosa y por ser sacerdote, se le suele comparar con el Arcipreste de Hita. Aunque su poesía no alcanza la calidad de la de éste, no deja de tener valor. Sobre todo es destacable que Dechepare fue consciente de ser el primer escritor en lengua vasca que animó en sus poemas a otros para que escribieran en su idioma. Pero sus esfuerzos no tuvieron fruto. Las consecuencias del Concilio de Trento se dejaron sentir pronto en el País Vasco y la literatura religiosa lo ocupó todo.
Joannes Leizarraga
Nació en Briscous (Laburdi) y fue sacerdote católico antes de sumarse a la reforma calvinista. Por ello, el sínodo calvinista de Pau (1564) le encargó la traducción del Nuevo Testamento al vascuence. En 1567 fue nombrado ministro de la Iglesia reformada, cargo que ocupó hasta su muerte, ocurrida en Labastide-Clairence hacia 1600.
Portada del Nuevo Testamento
traducido al vascuence por Leizarraga
Su obra consta de tres libros encaminados a la difusión del protestantismo entre los vascos. De ahí que su aportación a la literatura sea prácticamente nula. Su interés es sobre todo lingüístico. Los tres libros se publicaron en La Rochelle, en 1571, y sus títulos son: Jesu Christ gure jaunaren testamentu berria (Nuevo Testamento de Nuestro Señor Jesucristo), Kalendrera (Calendario) y Abc edo christinoen instructionea (Abc o instrucción de cristianos).
Leizarraga quería llegar al mayor número posible de lectores. Por ello, fue consciente de la necesidad de una lengua unificada que salvase las diferencias dialectales. Él utilizó el que consideraba como dialecto más comprensible, el labortano. En su estilo se aprecian influencias cultistas y latinizantes, pero los sonidos y la morfología son arcaicos. Tampoco Leizarraga pudo ejercer ningún influjo en los escritores posteriores, ya que el protestantismo fue vencido y sus libros prohibidos.