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Literaturas ibéricas e hispanas
CATALUÑA
Los siglos XVI al XVIII
a literatura catalana inicia un largo periodo de decadencia, que durará más de tres siglos, tras el esplendor literario del siglo XV. Las causas de esta situación hay que buscarlas en la historia política: con la unión de Castilla y Aragón desaparece la corte, impulsora de la cultura en los siglos anteriores; el poder político es fundamentalmente castellano.
En el aspecto militar, Cataluña sale derrotada en los conflictos bélicos que emprende por recuperar su poder (primero en 1640, después en la guerra de sucesión de 1700), en los que pierde parte de su territorio (el Rosellón, en 1659) y también su peculiar organización política (en 1714).
La actividad literaria no desapareció del todo, pero se escribieron obras de escasa calidad, en ocasiones de tipo populachero. Además, el peso del castellano, en el que se estaba escribiendo la gran literatura de los "siglos de oro", hizo que se desplazaran hacia este idioma muchos escritores del ámbito catalán.
Así, apenas serían de destacar en el siglo XVI las obras de Pere Serafí, Lluís Milà y Joan de Timoneda, el editor valenciano que publicó también en castellano. Y en el siglo XVII la dependencia de lo castellano es todavía mayor; pueden citarse algunos autores como Josep Romaguera, poeta de tipo conceptista, Francesc Fontanella o Vicenç García, escritor que utiliza elementos humorísticos de tipo bastante vulgar.
Joan de Timoneda, uno de los pocos escritores
cuyas obras
apenas destacaron en el periodo de los siglos XVI al XVIII
La castellanización del mundo literario es casi total en el siglo XVIII, y sólo se mantiene una cierta actividad de tipo popular, además de la que se registra en Menorca, que estuvo bajo dominio inglés durante casi todo el siglo.