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Lengua
LAS LENGUAS PENINSULARES
El castellano medieval - 2ª parte
Del latín al romance
n el curso de varios siglos, una profunda
transformación en todos los planos de la lengua ha convertido al latín hablado
en varias lenguas diferentes.
Estos son los aspectos esenciales de dicha transformación:
a) En lo que respecta al plano fonológico, el vocalismo latino, basado en la distinción entre vocales abiertas y vocales cerradas y en la duración silábica, ha sido sustituido por un sistema en que el factor determinante es el acento de intensidad; y consonantes nuevas, desconocidas en latín (las palatales), surgen en las lenguas romances.
b) El sistema morfosintáctico del latín, basado en la declinación (es decir, en la distinción de funciones oracionales mediante el morfema de caso), ha sido sustituido por otro en que las relaciones entre las palabras se expresan mediante preposiciones.
En general, las construcciones analíticas se prefieren a las sintéticas, contrariamente a lo que ocurría en latín. El orden de palabras adquiere un carácter más bien lineal (sujeto + verbo + complementos), distinto también al del latín.
c) En el plano léxico, determinadas palabras latinas son abandonadas; otras se crean, recurriendo sobre todo a la derivación, y se incorporan vocablos de distintas procedencias (piénsese en la cuantiosa aportación de arabismos al castellano).
La lengua de Castilla
El castellano es el dialecto de Castilla, región que, según algunas teorías, parece deber su nombre a los castillos construidos por los reyes astur-leoneses en los primeros tiempos de la Reconquista. Extendida hasta el Duero en el siglo X, y constituida en condado, se convierte en reino independiente en el siglo XI. En el XII alcanza la cuenca del Tajo, y en el XIII ocupa la Baja Extremadura y parte de Andalucía.
Esta expansión explica la de la lengua castellana: a medida que la Reconquista se extiende por el sur, los repobladores imponen su idioma sobre los dialectos mozárabes, que desaparecerán. Por otro lado, la secular rivalidad con el reino de León -mucho más tradicionalista, tanto en lo social y en lo jurídico como en lo lingüístico- se resolverá finalmente con la hegemonía castellana.
La primera literatura castellana
Además, una pujante literatura surge en castellano. No hay testimonio de una poesía lírica remota, que sin duda existió. Sí se conserva un largo poema narrativo, de tema heroico, El Cantar del Cid. Compuesto en el siglo XII o quizás a comienzos del XIII (si bien la copia existente es del XIV), es difícil considerarlo primitivo si se atiende a su rigurosa concepción artística y a la riqueza de su lenguaje: el poema se inscribe en la tradición de una poesía épica, de la que apenas han quedado otros restos; los poemas se difundieron por la recitación o el canto y sólo ocasionalmente fueron escritos.
En la literatura medieval, la lengua oral precede a la lengua escrita (igual que la poesía precede a la prosa); en el siglo XIII, otra corriente poética aparece en Castilla, como literatura escrita y culta, obra de clérigos que cuentan vidas de santos o milagros de la Virgen, el Mester de Clerecía.