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Lengua
ORTOGRAFÍA
Introducción - 1ª parte
Qué es la gramática...
e entiende por gramática, en un sentido amplio, el
estudio de la lengua -como sinónimo, pues, de lingüística-. Pero se llama así de
modo más preciso al estudio de uno de los subsistemas o planos de la lengua, el
de las palabras o, mejor, monemas, en cuanto que tienen una forma y una función.
Se suelen distinguir metodológicamente dos partes en la gramática: la morfología y la sintaxis.
Este estudio tiene una larga historia y se organiza en torno a algunos conceptos fundamentales: monema, palabra, sintagma o grupo y oración.
Los estudios gramaticales, en su origen, se mueven en un terreno filosófico, lógico: la reflexión sobre el lenguaje es, sobre todo, un medio para estudiar en qué consiste el pensamiento y el conocimiento, cuáles son sus posibilidades y mecanismos, de qué manera el pensamiento se adueña de la realidad. Esto explica que cuando se establecen categorías gramaticales se haga en relación con categorías de pensamiento: por ejemplo, los nombres expresan "sustancias", los verbos "acciones", las conjunciones "relaciones".
El estudio gramatical es además estudio del lenguaje en todas sus dimensiones: los sonidos, y también las letras ("grama" quiere decir en griego "escrito, letra"), y también los significados. Es decir, gramática es sinónimo de lingüística y de hecho con ese sentido general se usa todavía hoy.
Por otra parte, la gramática se estudia en los comienzos desde dos puntos de vista centrales: uno, fijar, analizar e interpretar adecuadamente determinados textos previos -escritos- que las diferentes comunidades consideran fundamentales en su tradición cultural -Homero para los gramáticos alejandrinos, los vedas para los gramáticos de la antigua India-, considerando otros usos de la lengua, como el coloquial, carentes de interés; el otro, dar normas prácticas para un buen uso de la lengua.
La gramaticalización
En la historia de una lengua, en ocasiones, una palabra pierde su significado léxico, propio, y se convierte en un puro signo de relación. He aquí unos ejemplos de tal fenómeno.
En el latín fueron comunes asociaciones de palabras del tipo bona-mente, sana-mente, que querían decir "con buena disposición" o "con sano ánimo" (de mens, mentis: mente, ánimo). Estas asociaciones se generalizaron, según R. Lapesa, a causa del influjo del cristianismo, que valora mucho la intención moral con que un determinado acto se realiza. Cuando los compuestos se estabilizan, se convierten en adverbios y así permanecen en el castellano y en otras lenguas romances.
Un hablante hoy no percibe esta síntesis de significados que originariamente se dio y el -mente se convierte en un simple recurso para formar adverbios a partir de adjetivos, sean éstos cualesquiera que sean: cómodamente, desgraciadamente, etc. El lexema mente se ha convertido en un morfema.