Historia y Arte
EL SIGLO XIX
Ciencia y técnica - 4ª parte
La biología y medicina (continuación)
as tesis mantenidas por el evolucionismo suponen que todos los seres vivos proceden de un origen común y que la diversificación en especies se debe a un proceso evolutivo mediante el cual los seres se adaptan al medio en que viven. En ese proceso de adaptación se desarrollan los órganos que garantizan la supervivencia y se atrofian los que dejan de ser útiles, por ello sólo los más fuertes y capaces de adaptarse sobreviven. La evolución de las especies suponía así una selección natural en favor de la lucha por la existencia que se ponía de manifiesto, no sólo en la adaptación al medio, sino también en la supremacía de los más fuertes de cada especie en la lucha por las hembras, lo que garantizaba una descendencia de los más aptos y, por lo tanto, la conservación de la propia especie.
A partir de la teoría evolucionista y en una interpretación simplista de la misma se difundió la idea de que el hombre descendía del mono. Por ello y por la propia concepción del evolucionismo, éste se encontró con una radical oposición por parte de la Iglesia, que vio cómo la nueva teoría atentaba contra la idea de creación contenida en el Génesis.
Las técnicas
El siglo XIX fue particularmente fecundo en lo que a técnicas se refiere. Los progresos científicos permitieron aplicar tecnologías nuevas y con frecuencia fue la propia ciencia la que precisó mejorar ciertas técnicas para sus investigaciones.
La primera fase de la revolución industrial giró en torno al vapor como fuerza motriz y a la mecánica del maquinismo como fórmula de aplicación de esa fuerza, resultando en una auténtica revolución tecnológica que fue aplicada a numerosas actividades, como la agricultura. La segunda fase de la industrialización empleó otras fuentes de energía como la electricidad y el petróleo y de ello se desprendió una tecnología diferente.
La máquina de vapor supuso una revolución en
numerosas actividades, en la imagen se puede observar una máquina utilizada
para arrastrar un arado
Así, de las locomotoras y máquinas movidas por vapor se pasó a los motores eléctricos, a la iluminación y el calor producidos por electricidad, al automóvil con sus distintos tipos de motores, al telégrafo, al teléfono, al fonógrafo y a cuantos instrumentos o técnicas tienen su origen en el uso de la electricidad y en el empleo de combustibles derivados del petróleo.