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La integración en el Imperio

esde el momento en que los distintos pueblos germánicos atravesaron las fronteras del Imperio, comenzó un proceso de adaptación a las formas de vida que llevaban los pueblos romanizados. En muchos aspectos ese proceso fue lento, pues los germanos eran una minoría que temía ser absorbida y por ello puso, al menos inicialmente, trabas a la fusión.

Por esa razón, durante los primeros tiempos, no se permitieron los matrimonios mixtos entre germanos y romanos y hubo un fuerte interés en mantener las costumbres, las leyes y las lenguas germánicas. Ahora bien, la misma situación de minoría (la población germana supuso entre el cinco y el diez por ciento de la población total) hizo que se respetaran muchas de las estructuras económicas o sociales del mundo romano.

Los germanos pudieron reservarse los puestos de gobierno e incluso repartirse algunas de las mejores propiedades, pero hubiera sido inútil pretender cambiar todo un sistema socioeconómico. Por otro lado, la estructura social germánica no difería apenas de la romana, pues en ambas había hombres libres, semilibres y esclavos. De este modo, las minorías gobernantes germánicas se asimilaron a los grandes propietarios romanos, generando así una nueva aristocracia.

Poco, o nada, acostumbrados a la vida urbana, que por otro lado estaba ya en decadencia, los germanos se asentaron en torno a sus grandes posesiones rurales. Por ello, y como principal consecuencia de las invasiones, desaparecieron las ciudades y con ellas gran parte del comercio y de la economía monetaria.

Este proceso de ruralización fue determinante en muchos aspectos, pero sobre todo favoreció el que se sentaran las bases económicas del futuro sistema feudal, ya que en los grandes latifundios pronto aparecieron colonos cuyas relaciones con los propietarios tendían hacia la servidumbre. Esa tendencia tenía como precedentes la clientela en el mundo romano y la comitiva en el germánico, por lo que resulta fácil entender que se instaurara un sistema social fundamentado en las relaciones personales.

Por otro lado, la desaparición, casi total, del comercio supuso la decadencia de la industria y la reaparición de un artesanado de autoabastecimiento, propio de las economías cerradas.

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